Mario
Moreno Caninflas
construyó un metalenguaje. En Santa Fe, capital de la Vega de Granada, nos desternillábamos
de risa cuando le oíamos hablar, en el cine de Benítez,
de una manera tan fantásticamente
disparatada. Los niños éramos de Cantinflas y los mayores seguían fieles a un
cómico argentino, Luis Sandrini, que se hizo
famoso por las caras tan absurdas que ponía, aunque nunca se le entendió nada.
Nadie habló como Cantinflas en el cine, ni tampoco fuera de pantalla. Bigote Arrocet se quedó en un mediocre imitador del
mejicano.
Nadie,
pues, como Cantinflas hasta que, llegado un momento, Dolores
Cospedal –el ´de´ es un añadido postizo-- se lió la lengua a la cabeza creando una
estrambótica sintaxis donde el «salario diferido» de Bárcenas,
el contable mayor del Partido Popular, era
simultáneamente sujeto, verbo y todos los predicados gramaticales existentes e
inexistentes. Una obra maestra de la confusión y del despelote el lenguaje de la
Cospedal. Pero ¡ca! No llegó a desbancar a Cantinflas. Cantinflas era mucho
Cantinflas.
Recuerdo
que, en plena campaña contra el ingreso de España en la OTAN, el gran Avel·lí Artis—Gener, Tisner, me contó que los de tv3 le pidieron que hiciera
la traducción al catalán de las películas de Cantinflas y que les ayudara a
buscar un actor que las doblara a dicha lengua. Tisner se negó en redondo a
tamaña grotesquez. El lenguaje de Cantinflas no se traduce ni se dobla ni
siquiera al sánscrito.
Ahora, recientemente, ha aparecido un candidato a disputarle embrollo sintáctico a Cantinflas. Es consejero de Sanidad por el lote andaluz de Ciudadanos y se llama Jesús Aguirre, famoso por su caótica gestión del asunto de la carne mechá. Así habló este caballero:
Don
Luis Miranda Podadera se hubiera llevado las
manos a la cabeza viendo a este hombre con carrera destrozar todas las
convenciones de la lengua de Nebrija. Me malicio
que la explicación es que Aguirre no sabe de qué está hablando. Vamos, que es
un completo ignorante, a pesar de ser licenciado en Medicina.
Por
lo demás, se debe descartar que este Aguirre siguiera las enseñanzas de aquel
cínico ilustrado que enseñaba lo siguiente: «Las notas de prensa, breves y
confusas». En resumen, ni Cantinflas ni Marcelino Morata: pura ignorancia profesional y, sobre todo, no
saber qué decisión político-administrativa debe tomar.
Post
scriptum.--- «No hables de lo que no entiendas», decía el maestro Juan de Dios Calero en Parapanda. Que lleva inexorablemente
al dicho de don Vicente Sacristán, mecánico
ajustador y filósofo: «Lo primero es antes».
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