Joaquim González
Muntadas*
No he
encontrado mejor título para este recuerdo y reconocimiento al compromiso y
trabajo de Salvador López, que: ”Salva, un artesano del sindicalismo”.
Artesano, en la definición de Richard Sennett en su libro El Artesano es:
persona que se compromete y enorgullece de su oficio y producto; persona que en
su trabajo diario demuestra la constante interrelación entre el conocimiento,
la reflexión y la acción.
Conocí a Salva
en un pequeño cuartel del ejército en la ciudad de Barbastro. Nuestro primer
tema de conversación fue el vino. En concreto, si la cosecha del año 51 fue
mejor añada de rioja que la del 52. Eran, como podéis suponer, nuestros
respectivos años de nacimiento. Concluimos la apuesta, nada original por
cierto, con una botella de vino que compartimos.
El segundo tema
de conversación fue la política. Formábamos parte de un reducido grupo de
soldados que nos reuníamos para comentar las noticias de aquel convulso otoño
del año 1973, en el que coincidió en septiembre el golpe de estado de Pinochet,
y en diciembre el atentado contra Carrero Blanco y la sentencia del Proceso
1001, que juzgó a los diez miembros de la dirección de CCOO, conocidos como los
diez de Carabanchel.
Pocas años más
tarde nos encontramos de nuevo al finalizar una manifestación de las aún no
legalizadas CCOO, en una de las calles traseras de este edificio de Vía
Layetana, que entonces era la sede del “Sindicato Vertical”, la CNS. Comisiones
Obreras estábamos ya organizándonos en las empresas y sectores en torno a la
negociación de los convenios colectivos. Salva, junto a otros compañeros y
compañeras (permitidme que mencione a dos que ya nos dejaron, Carlos Ezcurra y
Julián Jiménez que falleció el pasado mes de marzo), organizaron el Sindicato
de Químicas de CCOO de Barcelona en la calle Padilla.
La militancia
de Salva en la política y, principalmente, en su sindicato, fue generosa, sincera
y auténtica, y su obra, amplia y muy rica. Sabemos que son las acciones las que
acreditan las ideas, que somos lo que creamos y hacemos, y no sólo lo que
pensemos y decimos. Por esto quiero recordar algunas de las obras más
relevantes de este sindicalista, de igual forma que cuando se hace un
reconocimiento a un artista, se resaltan sus obras más significativas.
Salva fue
protagonista de muchas e importantes movilizaciones, negociaciones y acuerdos.
Primero, en su etapa de Secretario de Acción Sindical, y como Secretario
General de la Federación de Químicas de CCOO de Catalunya hasta enero de 2006.
Dirigió la lucha por la salud laboral en la empresa Urquima, una dura huelga
debida a la intoxicación continuada de sus trabajadores por mercurio, selenio y
benceno, un conflicto que marcó un antes y un después en la conciencia sobre la
salud laboral en el sector. Lideró la acción sindical en conflictos como
Laboratorios Doctor Andreu, Textil Puigneró, Aiscondel de Cerdanyola,
Levi’s, y un interminable etcétera.
Conflictos
complejos y duros, pero también innovadores en políticas sindicales, como en
Pirelli Manresa, donde Salva demostró inteligencia y fuerza en las convicciones
y, sobre todo, valentía para liderarlas y defenderlas, en circunstancias poco
favorables, en ocasiones por la oposición de algunos colectivos
sindicales.
He querido
resaltar algunos conflictos porque su principal escuela fue la acción sindical
mirando de frente los problemas, tal como solía repetir en las reuniones y
asambleas.
Salva, en su
responsabilidad de Secretario General de Catalunya de Químicas, jugó un papel
nuclear para hacer realidad la fusión de Químicas y Textil, de la que surgió
FITEQA. Se implicó con todas sus fuerzas para que aquel proceso de sumar
historias, realidades y personalidades tan diversas fuera un éxito.
No fueron
épocas fáciles, marcadas por nuestras diferencias internas, que hicieron
especialmente compleja la dirección de una organización como FITEQA Catalunya,
donde se expresaban, con fuerza similar, las dos posiciones presentes, en
aquellos años, en el conjunto de las CCOO. Gracias a él, y a tantas otras
personas de la dirección de aquella Federación en Catalunya, se creó un clima
de unidad de acción en el proyecto y de respeto a la pluralidad en el trabajo
común.
En enero del
año 2006, Salvador López abrió otra etapa de su vida al asumir la secretaría de
acción sindical de FITEQA estatal. Así lo reflejaba el periodista de El País,
Serafi del Arco el lunes 30 de enero de 2006:: “Salvador López (Mugías del
Camino, Lugo, 1951) dejó el viernes la secretaría general de la Federación de
Industrias Textiles, Químicas y Afines (FITEQA CCOO) después de estar 16 años
al frente. Llegado a Barcelona en 1963, deja su despacho de Vía Layetana por
otro en la madrileña plaza de Cristino Martos, ….. Salva López, nostálgico de
Os Ancares, su tierra, enamorado de Cuba y amante de la buena mesa”. Y la
noticia seguía apuntando una larga lista de conflictos laborales en los que
Salva había sido protagonista.
Desde su nueva
responsabilidad siguió mirando de frente a los problemas, reflejado en
decenas de acuerdos en convenios colectivos, expedientes, pactos en empresas y
en los sectores, muchas veces con fuertes movilizaciones y siempre con un
serio trabajo sindical con el colectivo de personas afectadas: CEPSA, INDO,
Carburos Metálicos, Michelin, Gamesa, Gas Natural, Vidrio y Cerámica, Textil
Confección … o en el Convenio General de la Industria Química del que fue
actor principal desde sus creación en el año 1978. Así se reconoció el pasado
diciembre en la sede del Ministerio de Trabajo con ocasión del 40 Aniversario
de ese Convenio Colectivo, también por parte de UGT y de la Patronal de la
Industria Química.
Salva ha sido
una persona admirada que dio y recibió el cariño y la amistad de quienes
trabajamos con él. Tuvo el reconocimiento y agradecimiento de cientos de
hombres y mujeres del sindicato con los que trabajó codo con codo. Dejadme que
reproduzca, como un ejemplo más, unas líneas de una entrevista que
publicaron en la revista de la Sección
Sindical de CEPSA en abril de 2010 y que dice lo siguiente. Leo literal:
“ENTREVISTA A SALVADOR LÓPEZ - FITEQA CCOO
Cuando hablamos
de un dirigente sindical, a muchos nos suena a lejanía, a sindicalismo de
despachos, a personas que no pisan la realidad del día a día, PERO nuestra
convivencia estos últimos años con CC.OO nos dice cosas bien distintas.
Decir que este
"viejo zorro" -con perdón y con cariño- representa todo lo contrario
a un personaje lejano y extraño, es exactamente el sentimiento que hoy tenemos
los que estamos afiliados/as a las CC.OO de CEPSA.
¿De quién
hablamos?, de Salvador López, pero todos le conocemos por Salva.
Este catalán de
acogimiento y gallego de origen, representa unas Comisiones Obreras cercanas y
con sentido común, unas Comisiones Obreras responsables pero con claro sentido
de Clase.
Salva hace un
sindicalismo pragmático, pero cargado de una buena dosis de sangre caliente y
roja. Respetuoso, colaborador y firme, es un sindicalista de corazón, de esos que
están convencidos de lo que hacen... porque se lo creen desde el fondo de sus
huesos y porque no pierde la orientación de qué somos y qué representamos los
trabajadores y trabajadoras. “
Amigos y amigas, comparto la descripción que hace casi una década hicieron
los compañeros y compañeras de CEPSA. Salva fue un “tipo especial” por su fuerte personalidad, directo y sin
rodeos. Así lo expresó en su forma de entender la militancia sindical y
política, y en el compromiso con sus ideales, por los que luchó con
honestidad y pasión. Por esto no le importó defender sus posiciones,
también cuando eran minoritarias, en la organización o en la sociedad. Y por
esto se había ganado el derecho a no esconder su desprecio a las personas
interesadas, arribistas, falsos o pelotas. Y también por esto su militancia fue
auténtica, sincera y generosa.
Salva nunca
dejó de sentirse trabajador de Laboratorios Esteve, y fue miembro de su comité
de empresa durante toda su vida laboral, hasta su último día de trabajo.
Disfrutó de la confianza y el reconocimiento de sus compañeros y compañeras. Y
aquí quiero resaltar el apoyo especial que recibió de Silvia Huerto, que nos
dejó hace unos años. Las personas del mundo sindical que estamos hoy aquí
sabemos la importancia y el valor que representa que, tras más de treinta años,
yendo solo un día por semana a la empresa por sus responsabilidades sindicales
en la dirección del sindicato, no hubiera perdido la fuerza ni la
representatividad y, sobre todo, el cariño de sus compañeros y compañeras de
trabajo.
Como persona y
sindicalista, Salva disfrutó del respeto, e incluso la admiración, de muchos
profesionales y empresarios que le tuvieron enfrente en complejas negociaciones
y duros conflictos, y de quienes se ha oído adjetivos y reconocimientos que
hinchan de orgullo el corazón de amigo y de prestigio a CCOO.
Cerró su ciclo,
con la ilusión de un joven militante, en la nueva Federación de Industria CCOO.
Y al final, durante poco más de un año, representó a CCOO en el Tribunal
Laboral de Catalunya donde sintió, así lo explicaba él, el aprecio de las
personas que lo componen.
Salva amó la
ciudad de Barcelona, conocía como pocos su historia, arquitectura y costumbres,
y convertía en un placer pasear con él por esta ciudad. Como hombre de izquierdas
e inteligente quiso disfrutar de varias y complementarias identidades, al
contrario de lo que exigen los nacionalismos, una ideología de la que fue
radicalmente contrario. Se sintió catalán, gallego, español, europeo y,
sobretodo, se sintió parte de la patria más noble, de la que debería formarse
con la fraternidad y la solidaridad entre todos los trabajadores y trabajadoras
del mundo.
Salva sintió el
aprecio de muchos compañeros y compañeras que vieron en él a ese compañero
auténtico, solidario, trabajador, leal y honrado. Como aquel sindicalista que
describió Ernesto Sábato en su libro “La Resistencia”, que se desvaneció en la
calle y que, al ser fue reanimado, le preguntaron por qué no había comprado
algo de comer con el dinero que llevaba en su bolsillo, a lo que respondió que
ese dinero era del sindicato.
Por esto,
amigos y amigas, compañeras y compañeros, estas palabras, además de ser un
recuerdo a nuestro compañero, amigo o camarada Salvador López, son también el
reconocimiento al trabajo y el esfuerzo, a la ilusión y a la lucha de los miles
de hombres y mujeres que militan en la causa del sindicalismo, que hoy forman
las Confederaciones Sindicales de CCOO y UGT.
· * Discurso en el acto de homenaje a
Salvador López el 9 de Mayo 2019 en el Salón de Actos de la sede de Comisiones
Obreras de Catalunya.
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