miércoles, 22 de mayo de 2019

Primera sesión: follón y besos



«El lagarto está llorando, / la lagarta y el lagarto/ con delantalitos blancos», el famoso poema infantil de Federico García Lorca.  Así parece que entraron ayer en el hemiciclo Casado y Rivera. Llorando o haciendo pucheros camino del mismo escaño de la anterior legislatura. No ha habido «valor seguro» en los de Casado; los del lagarto  Rivera sin haber adelantado (sorpasso) a los del lagarto Casado.

La primera sesión del Parlamento ha evidenciado que el triángulo escaleno de las derechas no puede vivir sin bronca. La zahúrda es su signo de distinción. Fallido intento del lagarto Rivera de paralizar la sesión con motivo de la fórmula utilizada por los diputados independentistas de prometer el cargo. La flamante presidenta, Meritxell Batet, no entra al trapo. Nerviosismo de Rivera. Minutos antes se había producido un gesto que dará que hablar: su diputada estrella Inés Arrimadas ha saludado, con besos incluidos, a los diputados independentistas que están siendo juzgados. Y, como es sabido por todos los lagartos, «la española cuando besa, es que besa de verdad». Ella no ha ido a Madrid para hacer de chacha, sino a mandar. El beso es la primera señal. Cosas veremos en esta legislatura entre los dos pesos pesados de Ciudadanos.

La gran mayoría de los comentaristas y politólogos auguran una legislatura de cuatro años, es decir, completa. No es que los números parlamentarios lo avalen exactamente, pero la geometría variable del encaje de bolillos permitiría gobernar con desahogo. No digo que no. Doctores tiene la iglesia. Pero si la política de estos tiempos tiene una característica diríamos que es la volatilidad.

Más todavía, será una gobernabilidad siempre condicionada por el «qué hay de lo mío» para conseguir el apoyo al gobierno. Será la tensión entre el arreglo del techo del campanario y los intereses generales. 

En todo caso, hay algo rotundamente seguro: el triángulo escaleno de las derechas intentará convertir las Cámaras en la casa de la Troya. Téngase en cuenta que tales alborotos son de consumo interno. Esto es, para que los bronquistas les digan a sus amigos, conocidos y saludados que siguen siendo los de siempre.


Punto final.--  Me barrunto que, a lo largo de esta legislatura, habrá cambios en los catetos del triángulo escaleno.






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