El
ruido del Séptimo de Caballería lo ocultó. El estruendo de los cañones
de Navarone lo acalló. En suma, todo
el zafarrancho del interminable proceso electoral ha tapado una de las
propuestas más inteligentes y necesarias que se han hecho en los últimos años
en España. Su autor es Josep Sánchez Llibre, presidente del empresariado
catalán del Foment del Treball Nacional.
Que la ha publicado en La Vanguardia recientemente. Sorprendentemente
pocas alusiones ha concitado y casi ningún comentario se ha vertido sobre el
particular. Lo que importa es el vocerío de los hunos contra los hotros o el clamoreo
de los hotros contra los hunos. En todo caso, pasado el zóster electoral, es
obligatorio atender la propuesta del dirigente empresarial catalán.
Sánchez
Llibre plantea un pacto social de gran envergadura capaz de abordar los
problemas, viejos y nuevos, que tenemos. Unos problemas de gran importancia
para la condición concreta de los trabajadores y sus familias, incluidos sus
derechos, y, por supuesto, para la eficiencia y competitividad de los centros de trabajo. El autor ha dejado
abierto qué morfología y qué contenidos debería tener el pacto. Es como si
quisiera que tan importantes temas se fueran rellenando in itinere.
Dicen
los entendidos en la materia que la presente legislatura durará los cuatro años
previstos. Ya veremos. Ahora bien, sea como fuere, tras la oferta empresarial,
no parce que nada impida que los actores potenciales del pacto empiecen a
enhebrar sus respectivas agujas. Por lo demás, una operación de este calibre
tendría una ventaja añadida, a saber, mantener al empresariado lejos de las
broncas de las tres derechas españolas: Sanctus,
Sanctus, Sanctus.
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