Pilica Bulla y Pepelópez
Ayer por la mañana decíamos que Podemos e Izquierda Unida
estaban negociando participar conjuntamente en las próximas elecciones del mes
de Junio. Y situábamos como chocante lo que era algo más que un rumor: «que cada organización exhibirá su propio
programa electoral en una campaña que, además, será diferenciada» (1). Durante
el día de ayer se corrigió tal anomalía: Pablo Echenique y Adolfo Barrena, con el traje de gala de los hábiles y
amigables componedores, empezaron a redactar lo que será, si se llega a buen
puerto, el programa electoral de ambas formaciones. Deseamos que ello tenga una
fecunda preñez. Para que sea de esa manera, entiendo que conviene sugerir
algunas advertencias que, aunque intuidas, por lo general no siempre son
convenientemente sabidas.
En
primer lugar, digamos como premisa mayor, que un programa no es un zurcido, es decir, un
conjunto de retales no constituyen un programa. Simplemente es una lista de
demandas (con vestimenta de promesas electorales) cuyas variables no responden adecuadamente a una función. Un programa electoral, digno de ese nombre, es matemáticamente
hablando un polinomio. No son gratuitas estas sugerencias: está demasiado
extendida la técnica de que un programa electoral es una suma de variables
infinitas capaces de encandilar a los más diversos sectores de la ciudadanía considerados
todos y cada uno de ellos de manera invertebrada. Por lo demás, tampoco es
infrecuente que no pocos programas electorales no dispongan de la compatibilidad
entre unas y otras demandas. Por ejemplo, las propuestas de Estado de bienestar
deben corresponderse a lo que se plantea sobre política fiscal, amén de ser creíbles
y factibles cada una de ellas y ambas entre sí. Esta es una regla de oro.
Porque ninguna de las variables de un programa es independiente de las unas con
las otras y de todas con el programa en general. Este es el encaje de bolillos
que da credibilidad de masas al contenido del programa general.
Por
supuesto, no se pide a los hábiles componedores que hagan una obra maestra; se
trata simplemente de que se acerquen todo lo que puedan a ello. Errejón y
Barrena tienen ese desafío. Menos aún se les pide que hagan un compendio
politológico, simplemente se trata de un programa político que contemple lo más
urgente y necesario a resolver, que sea también una indiciación para avanzar
gradualmente. De un programa que, en resumidas cuentas, sea el cuaderno de
bitácora de las actividades de la coalición tanto en la sociedad como en las
Cortes Generales.
No
soy quién para sugerir nada a los profetas desarmados de una u otra formación.
Sin embargo, soy de este parecer: las personalidades que en IU y Podemos han manifestado
su enemistad al acuerdo deberían dejar la continuidad del debate sobre ello para
después de las elecciones. Es lo que mandan los cánones de la política seria.
Es, por lo demás, lo que siempre pidieron los profetas desarmados: unos con la
boca grande otros con la boca chica.
1) http://lopezbulla.blogspot.com.es/2016/05/la-heterodoxa-alianza-entre-podemos-e-iu.html
1) http://lopezbulla.blogspot.com.es/2016/05/la-heterodoxa-alianza-entre-podemos-e-iu.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario