La arquera Laia: su autor es Josep Maria Rovira--Brull
Primer tranquillo
A los expertos en casquería mediática de la
cosa política se les atribuye exageradamente una capacitación profesional que,
a la hora de la verdad, es pura filfa. Pongamos que hablo de los estrategas que
diseñan el corpus de los mensajes electorales, consejeros áulicos del
argumentario que se envía desde la sala de máquinas a los círculos concéntricos
y excéntricos de su respectiva tribu política.
Siguiendo las enseñanzas del filósofo
santaferino Juan de Dios Calero podemos clasificar tales mensajes en propios (aquellos de uso particular) y compartidos (esto es, los indistintamente usados por casi todos al
pie de la letra). De momento, no nos
extenderemos en los primeros, pues de ellos ha hablado sabiamente mi amigo Paco Rodríguez de Lecea en su entrada “Se buscan estrategas para campaña
electoral” (1). En todo caso, mi amigo les aconseja gratuitamente que «los
viejos trucos ya no sirven, se percibe una necesidad imperiosa de renovar el atrezzo», que es toda una orientación en regla para que, por lo menos,
las semanas que vienen se nos hagan más llevaderas.
Segundo
traquillo
Así es que vamos a
ocuparnos brevemente de los mensajes compartidos, especialmente al atinente de
las cosas de Venezuela que, de manera indiferenciadamente sobada,
martillean contra Podemos y sus diversas
cohortes. Dispensen mi atrevida hipótesis que, aunque probable, no está demostrada: da la impresión que los estrategas desconfian de las promesas
electorales de sus respectivos merinazgos, y para tapar esa impresión centraran
el mensaje atacante en la supuesta relación entre Podemos con el bolivarianismo
venezolano. Lo que sí está suficientemente demostrado es que, sea o no verdad, no
tiene vínculo con las cosas de comer en España.
Así las cosas, tengo
para mí que los estrategos no han percibido una novedad realmente visible a
quien no tenga la vista torcida o el oído en poder del cerumen. Podemos, de un
tiempo a esta parte, ha matizado su posición sobre Maduro hasta hacer
irreconocible lo que afirmaba en sus primeros andares. Cada día que pasa los
podemitas se alejan de sus primeras «ideas muertas» sobre el particular para
mayor perplejidad de sus atacantes que no están interesados en ver lo que se
mueve en Podemos. Siguen la celtibérica dogmática del mantenella y no enmendalla,
que rige el cuchitril del ropavejero.
Nota bene: los nervios son de tal calibre que hasta un
hombre elegante, sofisticado y templado, Josep Borrell, ha perdido los
estribos. Cierto, no ha hablado (todavía) de Maduro, como padre espiritual de
los podemitas, pero ha arremetido contra, contra, contra «los comunistas». Pero,
alma de Dios, ¿acaso ignoras que los comunistas no tuvieron nada que ver en lo
de Abengoa? Pepe, no te va la lógica
viuda.
No hay comentarios:
Publicar un comentario