Paco Rodríguez de Lecea añade un comentario a lo ya dicho en HUNDIMIENTOS Y GIROS (2)
Caro maestro,
Releo lo que
dejó escrito Antonio Gramsci sobre la ‘revolución pasiva’. En la prosa
telegráfica y alusiva propia de los Quaderni, comenta cómo el conservador Cavour
desvía hacia sus propios fines el proyecto revolucionario de Mazzini, hasta el
punto de que Vittorio Emmanuele, con su estilo cuartelero –dice Gramsci– de
‘sargento mayor’, se exclama jubiloso: «¡Me he metido a Mazzini en el
bolsillo!» Gramsci relaciona la ‘revolución pasiva’ en este texto con la guerra
de posición (Cavour, dice, era un experto en ese tipo de guerra, mientras que Mazzini
sólo entendía la guerra de movimiento); de forma más amplia y política, con un
proceso de ‘revolución-restauración’, y en un comentario incidental con la
categoría del transformismo, que Dario Danti ha preferido designar con el
nombre más científico y por tanto menos peyorativo de ‘mutación genética’.
Dejo en el aire ese debate. Pero
encuentro una reflexión paralela, y creo que muy valiosa, en el libro de Vittorio
Foa que me prestaste hace un par de meses y que voy leyendo con
esfuerzo y provecho. Foa, oh casualidad, relaciona la svolta del post-Risorgimento con la
reconstrucción política de Italia en 1945. Después añade lo siguiente (la
traducción es mía): «Quiero detenerme un momento para señalar la mutación en el
tiempo de las mismas categorías analíticas de “continuidad” y “ruptura”. Pienso
en cómo cambian los juicios con el paso del tiempo. Lo que primero se presenta como ruptura, después se revela como continuidad. La
dimensión temporal podría ser el fundamento de la heterogénesis de los fines de
Gian Battista Vico, según la cual los proyectos no se realizan del modo esperado o deseado, pero sí se realizan en definitiva, aunque de forma
distinta.»
[...]
«Surgen
entonces dos preguntas: ¿por qué fracasan los proyectos? ¿Y cómo es que, en
cambio, se realizan de una forma diferente, por ejemplo en el caso específico
del postfascismo? ¿Por qué fracasa un proyecto concreto? ¿Sólo porque no es
posible prever todas las variables? Si fuera así, el perfeccionamiento y la
difusión de los ordenadores resolvería los problemas de la humanidad; se trata
de una tesis muy extendida en la cultura tecnológica, y siempre desmentida por
los hechos. Puede ser que, cuando proyectamos, consigamos en cierta medida
calcular el cambio de los otros, pero no calculemos lo suficiente el cambio en
nosotros mismos. Puede ser que el fracaso del proyecto se deba a una sobrecarga
debida a nuestro modo de ver a los otros, por no legitimarlos en medida
suficiente, por un exceso de iluminismo. No se me ocurren respuestas, sino más
preguntas aún. ¿Por qué se proyecta si nunca va a haber una realización, por lo
menos del modo como deseábamos? Y luego, ¿ha habido un proyecto de la Resistencia ? ¿O más
bien hablamos de él pensando en nuestro proyecto? Y este último, ¿era sólo
un instrumento para conseguir un fin, o era más bien otra cosa, por ejemplo un
instrumento para realizarnos a nosotros mismos, para hacer sentir nuestra
presencia en la historia? Debemos distinguir entre historiografía y política:
el proyecto como simplificación de una realidad compleja es necesario en la
política, pero no tiene lugar en lo que atañe a la comprensión histórica.»
Vittorio Foa, Il Cavallo e la Torre. Riflessioni
su una vita. Torino, Einaudi
1991, pp. 161-62.
Pido
disculpas por la extensión de la cita. Entiendo que no sólo es útil en la
polémica abierta por Fausto sobre la svolta de 1991 (curiosamente, el mismo año
de publicación del libro), sino sobre nuestra transición democrática y, más
allá, sobre nuestras propias expectativas actuales de salida de la crisis.
Tuyo en la Idea, Paco
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