No
son buenas las noticias que nos vienen de los lavaderos y mentideros de la
política que dice estar a la izquierda del PSOE. Son más que rumores: Izquierda
Unida y Podemos se preparan, cada uno desde su domicilio, para las próximas
elecciones: esto es, cada uno en su casa y Dios en la de todos. Con lo que IU
será el principal competidor de Podemos y viceversa. Y de la competencia, velis nolis, corren el riesgo de alzarse
la voz, levantar la mano y tirarse los platos los unos a los otros. Es cosa que
saben los dirigentes y, sin embargo, repiten hogaño los errores de antaño. Pero
no, no se trata de unas izquierdas incorregibles, porque tan repetido error es
una consecuencia de un travieso genoma que rebosa confrontación. Una confrontación
de unos contra otros y en el mismísimo interior de cada fuerza política. Así pues,
todo indicaría que el lema de ambos –lo único compartido-- es «más vale cabeza de ratón que cola de león».
Para
los que nos hemos educado en la acción colectiva unitaria, el sindicalismo,
estas prácticas no solo son incomprensibles sino, especialmente, indeseables. Francamente, no habríamos podido generar un nuevo
movimiento obrero, construir una organización sindical como Comisiones Obreras y mantener ese artefacto contra
viento y marea sin el armazón de la unidad y la argamasa de las síntesis sucesivas.
Esta es una lección que nunca entendieron esas izquierdas que más se asemejan a
órdenes menores conventuales que a formaciones políticas.
Cada
uno por su lado es el anticipo de una nueva derrota, precisamente en unos
tiempos de unas crisis superpuestas (la
guerra europea, la económica, el cambio climático) en la que avanzan
desparpajadamente organizaciones iliberales que contestan ásperamente esta
envejecida democracia nuestra.
No
voy a hacer un llamamiento a la cordura.
Permitid la boutade –o, mejor dicho, la malafoyá
granaína: respeto profundamente vuestro derecho a la eutanasia que, con
vuestras últimas voluntades –ir cada cual por el camino, camino verde, que va a
la ermita, como cantó Angelillo-- habéis
demostrado que «la fuente se ha secado y lloran de pena las margaritas». Lúcido
este cantante, Angelillo, republicano de pura cepa.
Pero
quiero que se sepa: que esta propuesta –ir cada uno con su propia bandera— es perjudicial
para IU y Podemos, para la izquierda en su conjunto, lo que significa lo que es
fundamental: para las personas de carne y hueso de este gran país que con
cierta frecuencia hace obras maestras de extravagancia.
Hasta
aquí hemos llegado.
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