Trapero
ha pasado de ser héroe a villano. Hasta su declaración en el Tribunal Supremo
era la joya de la Corona. Ahora es poco más que un charnego. Las llamadas redes
sociales están a todo voltaje. El ciber espacio independentista le señala como
«otro traidor» más a la causa de Dios, Nuestro Señor. Ayer, patriota catalán,
ahora un colomero, o sea, la versión
despectiva de los habitantes de Santa Coloma de Gramanet.
Josep Lluis Trapero, máximo responsable de los Mossos
de l´Esquadra durante los hechos de Octubre (2017), ha declarado en el juicio
de los dirigentes independentistas en el Tribunal Supremo que «hubiera detenido a Puigdemont y a todo el
gobierno catalán si se lo hubiera pedido la Justicia», tras la declaración
unilateral de independencia. Más todavía, que avisó en su día a los dirigentes
políticos de la inconstitucionalidad de dicha declaración y de lo que se estaba
tramando. Añadió que todos ellos le parecen «irresponsables». Es decir, tres
cuartos de lo mismo que declararon anteriormente los comisarios de los Mossos Castellví y Quevedo,
que automáticamente pasaron a engrosar el abultado elenco de traidores a la
patria y a las glorias catalanas. Por lo que la lectura que puede hacerse de la
irascibilidad de los apóstoles de Waterloo en las redes es esta: «Cría cuervos
que te sacarán los ojos».
Por
lo demás, vale la pena añadir que Trapero ha dejado con el culo al aire toda la
leyenda subvencionada de la caverna política y mediática que ha denigrado al por mayor y detall a este policía
constitucionalista. En fin, coincido con Andreu Claret:
Trapero es «un hombre honesto. Otra víctima del Procés».
Todavía
no han reaccionado el hombre de Waterloo, ni la musa del independentismo, ni
tv3.
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