sábado, 9 de septiembre de 2017

Que lo sepa Joan Coscubiela




Joan Coscubiela, tras su importante discurso  en la tan famosa como desordenada sesión del Pleno del Parlament de Catalunya ha declarado a los periodistas que no piensa repetir en la próxima legislatura. Está en su derecho, por supuesto. Pero también está en el mío pedirle que reconsidere dicha decisión.

Creo que, tras casi veinte años de trabajo en común, estoy en condiciones de decirle cuatro cosas con el mayor respeto y consideración. Fueron años apasionantes en Comisiones Obreras. Como diría el padre del iuslaboralismo europeo Umberto Romagnoli, Coscubiela fue «un jurista prestado al sindicato». Todo un elogio del profesor boloñés, siempre tan austero en sus apreciaciones. Después fue reclamado por su partido para que encabeza la lista en las elecciones generales. Mi amigo Justo Domínguez (ex secretario general de Ugt de Catalunya, que hace años nos dejó) y un servidor firmamos un documento en su apoyo. Más tarde fue elegido como diputado al Parlament de Catalunya. 

No hace falta hacer un elogio de la actividad de Joan Coscubiela durante esta legislatura catalana. Como tampoco vale la pena discutir con quienes le niegan el pan y la sal. Porque quienes, desde dentro de su grupo parlamentario, se le han enfrentado tan toscamente no están a su altura. Cierto, esta es una opinión subjetiva. Coscubiela hace política, buena y eficaz política; algunos de sus compañeros (y, sin embargo, enemigos) hacen toreo de salón, política libresca con celos mal reprimidos. Lo que también es una opinión subjetiva.  

Puede ser que Coscubiela esté de muchas cosas hasta la cruz de sus pantalones. Lo entiendo. Ahora bien, sé que nuestro hombre es fuerte. Puro granito. De ahí que me diga: si no continúa en el Parlament la política tendrá una pérdida considerable. Y, sobre todo, la izquierda. No digo irreparable, sino considerable. Sería, ante todo, un triunfo del «mal obscuro de la política», que tantas veces dijera Bruno Trentin. Un triunfo de algunos rabiosos e indocumentados trepadores.

Coscubiela debe continuar, si sus compañeros le avalan. Y él, que no es un ermitaño de la política –ni un monje urbano--  debe saber que tiene que seguir disfrutando de la felicidad de seguir diciendo la suya. Estoy convencido de que su padre, el inquietante Josep Coscubiela, li diría con voz de la Barceloneta: «Nen, no afluixis». Nosotros, con menos autoridad, le decimos lo mismo. 


Nota editorial.--  El Manifiesto para el acto del día 21 de septiembre en Barcelona tiene ya su web oficial, a ella deben dirigirse quienes deseen firmarlo ya sean de Cataluña o no.  La web se encuentra enhttps://manifest21s.com/  Sigan adhiriéndose, las firmas aparecerán de un momento a otro. 


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