domingo, 17 de septiembre de 2017

Interioridades del Manifiesto del 21 de Septiembre: Cotxeres de Sants a las 19 horas



Permítanme que arrime el ascua a mi sardina.  En muy contadas ocasiones se ha publicado un documento con tanta claridad como este: Manifiesto para el acto del día 21 de septiembre en Barcelona.  Que se esté de acuerdo con él –o no--  ya es harina de otro costal. Pero lo que salta a la vista es la ausencia de ambigüedad, confusión o malabarismos conceptuales. Para satisfacer la curiosidad de los lectores hay que decir que el redactor en jefe ha sido Isidor Boix, «gloria y flagelo» del viejo PSUC de antaño, que ha tenido que lidiar con un grupo de discutidores muy puntillosos.


Un atento Salvador López Arnal analiza detalladamente dicho Manifiesto (1). Por mi parte –interesada, ciertamente--  saco estas conclusiones provisionales: 1) se trata de un documento que, partiendo de unas premisas determinadas, propone líneas de acción para ahora mismo; y 2) sugiere unos predicados de largo recorrido, sabiendo que el problema que aborda va para largo.

Este Manifiesto tiene un elemento de distinción con otros que, afortunadamente, se están prodigando estos días. No se queda en la contingencia del día 1 de Octubre; es una contingencia muy importante, por supuesto. Esa contingencia es muy importante, pero que el Manifiesto 21 de Septiembre la sitúa en función del elemento troncal: el no a la independencia de Cataluña. Más todavía, el documento habla con esta claridad: «Consideramos que es necesario un efectivo proceso democrático de participación también en la negociación de las consecuencias sociales, políticas y eventualmente legislativas de su resultado, evitando toda tentación de unilateralidad. Una negociación en la que consideramos necesario que se exprese de nuevo la unidad y solidaridad de la clase trabajadora del conjunto de España». Como quien indica que la solución del problema no debe ser obra exclusiva de la sala de máquinas de los partidos políticos.

En resumidas cuentas, el Manifiesto tiene esas características. Lo que no equivale a que sea necesariamente mejor que otros documentos también muy importantes. Pero una cosa es clara: procura no dejarse nada en el tintero.
 


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