viernes, 2 de septiembre de 2016

Chicoleos en el PSOE


Voten a nuestro Teo Sánchez en las elecciones a concejales.



«El presidente de Castilla-La Mancha y secretario regional del PSOE en esta región, Emiliano García-Page, se ha ofrecido este jueves al secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, a "contrastar" opiniones en el PSOE de cara al próximo Comité Federal, sobre la posición del partido de cara al futuro una vez que la investidura de Mariano Rajoy resulte fallida, como está previsto, tras la segunda votación de mañana en el Congreso de los Diputados», según afirman determinados medios (1). Mi primera reacción ha sido volver a leer la noticia. Y entonces me adentro en un mar de cavilaciones tan inquietantes como el futuro del ceceo en la lengua santaferina.

Por lo que se ve, don Emiliano tiene sus dudas acerca de la fiabilidad de los canales de información de la dirección de su partido. Con lo que nos estaría diciendo que toda la artillería verbal de Pedro Sánchez con relación a la investidura del hombre de Pontevedra se ha basado en invenciones y supuestos arbitrarios del grupo dirigente federal. Y de aquí se puede colegir pacíficamente que el manchego deslegitima sutilmente a Pedro Sánchez.

Ahora bien, supongamos que don Emiliano tiene datos serios de que Pedro Sánchez hace de su capa un sayo, vale decir, que sus discursos no son de fiar. Entonces, la propuesta para saber qué opina «la militancia» debería ser otra. Por ejemplo, la consulta orgánica a la familia socialista. Pero no es eso lo que plantea don Emiliano sino que le dejen chicolear entre las élites de los baronatos aplicando el viejo dicho de «cuius Regio eius Religio», que traducido a la lengua de la Vega de Granada equivaldría a: los jornaleros deben tener la misma opinión que la de sus señoricos. Así pues, lo que se plantea es la concreta institucionalización del cabildeo, o lo que es lo mismo, hacer virtud del vicio del conciliábulo. En todo caso hay algo pretencioso en la propuesta de don Emiliano: substraer a Pedro Sánchez su prerrogativa de dialogar antes de cada consejo confederal con los dirigentes socialistas más destacados. De donde podríamos suponer que el presidente manchego sigue la teoría del Flaco Menotti sobre el achicamiento de los espacios que, en este caso, propone el empequeñecimiento del secretario general, siempre que no sea él mismo. 




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