La CUP sabe perfectamente que
las propuestas económicas y sociales que le ha enviado Junts pel Sí para que Artur Mas sea investido
president de la Generalitat no se van a cumplir. Junts pel Sí igualmente sabe
que ella no lo cumplirá. Los que han
echado cuentas de una u otra familia también lo saben. Y sin embargo, la orden
mendicante sigue sosteniendo que Artur Mas debe subir al primer peldaño del
podio. La CUP, por su parte, sigue las enseñanzas del legendario sindicalista
italiano Luciano Lama, un auténtico culo di ferro, que nunca fue el primero
en romper cualquier negociación. Por lo demás, la CUP ya fue avisada cuando,
en el segundo pleno del Parlament de Catalunya, Junts pel Sí se negó a tratar
monográficamente el problemón de la pobreza. Sorprendentemente, la CUP apoyó dicha negativa
por entender que eso interfería sus negociaciones con Mas.
De todas formas, tengo para mí
que estas negociaciones son un artificio al haberlas situado ambas formaciones
políticas como la variable dependiente del procés
soberanista por la independencia y no como un intento de solución para paliar los gravísimos efectos de
la crisis económica. Son, en esa lógica, una apariencia. Lo saben los viejos
galápagos de Convergència (o como se llame ahora), pero no lo saben los
polluelos de la CUP, aunque intuyen que, si no dan el brazo a torcer, podrían
aparecer como el chivo expiatorio que ha mutilado el famoso procés.
Ahora bien, entiendo que este
temor de la CUP es exagerado. Porque los costaleros de Artur Mas han menguado y
están algo precarios de altavoces y resmas de papel. Este caballero tiene
también su propia parábola descendente: los resultados de las recientes
elecciones que, barrocamente se han disfrazado de éxito, lo demuestra a las
claras. Y es que las Matemáticas tienen una razón con su estatuto epistemológico
que la politiquería con su razón andrajosa no quiere conocer. Una conjetura,
aunque sea la de Goldbach, no es un teorema.
Conclusión, así las cosas, si la
CUP se pliega a la obcecación de Mas no tendrá ni siquiera la excusa de la
bisoñez y podría ser que su futuro fuera incierto. Máxime cuando ha aparecido En Comú-Podem que no se
anda con chiquitas.
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