sábado, 20 de diciembre de 2014

SINDICATO, CONÓCETE A TÍ MISMO



En este ejercicio de redacción propondré que el sindicato tenga una actitud tan prolífica como la de los viejos hidalgos de bragueta. No se espanten, el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española definía el hidalgo de bragueta así: «Padre que, por haber tenido en legítimo matrimonio siete hijos varones consecutivos, adquiría el derecho de hidalguía». Cierto, es una definición machista que no me consta que los académicos la hayan cambiado o eliminado. Póngase, en todo caso, el acento y el tesón prolífico del caballero que no ceja en su empeño hasta conseguir el estatuto de la hidalguía. Convengamos, pues, en que el sindicato debe ser «prolífico». Lo que viene a cuento por lo que se verá a continuación.

Sí ustedes clican en http://www.1mayo.ccoo.es/nova/files/1018/Informe109.pdf  verán un trabajo que publicó en su día Giorgio Cremaschi,  La ideología del postfordismo y la realidad de la explotación moderna,  traducido primorosamente al castellano por Javier Aristu. La cosa va de lo siguiente: en 2007 la Fiom, el principal sindicato de metalúrgicos de Italia, perteneciente a la Cgil, llevó adelante una encuesta entre los trabajadores, sindicados o no, del sector industrial; al final del proceso se habían recibido 96.607 respuestas a un cuestionario amplio y muy detallado. No se corten y, por favor, lean el trabajo de Cremaschi. Digamos, pues, que la FIOM puso en marcha un trabajo prolífico.

De manera repetida Ignacio Fernández Toxo ha insistido en la necesidad de «repensar el sindicato», y en ese afán debería implicarse toda la organización (1). Desde luego, en tan importante tarea le acompañará modestamente este blog con las aportaciones de quien quiera tirarse al ruedo.

Ahora bien, para que la labor sea de regadío conviene acudir a la famosa máxima «conócete a ti mismo», atribuida a Sócrates (según unos) o a otros sabios griegos (según algunos). Esperamos que el profesor Gregorio Luri nos aclare de quién nació tan sensata propuesta.  En todo caso, soy del parecer que conocerse a sí mismo es una condición necesaria para proceder al necesario repensamiento del sindicato. Y una de las maneras de llegar a ese saber podría ser una encuesta similar a la italiana. O el cambio estructural pasa por conocer a fondo la topografía de cómo son y están los asalariados en el ecocentro de trabajo o todo quedará en un desiderátum abstracto.  Y todo quedará en un churro, también llamado (en la Vega de Granada) tejeringo.      





Radio Parapanda.--  HUMOR GRIEGO, por Paco Rodríguez de Lecea. 

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