Tiempo
habrá para comentar los recientes resultados electorales de Portugal. Ahora
sólo me referiré, a efectos de oportunidad, a los no buenos resultados de las
izquierdas que se reclaman alternativas. Voces generalmente bien informadas
atribuyen tanta escualidez a dichas fuerzas no votaron afirmativamente los
Presupuestos generales. Así, pues, el cálculo mezquino y una arroba de más de
ideologismos han recibido un buen sopapo electoral. De manera que, oído cocina,
que no jueguen aquí los de la «izquierda fetén» con fuego.
Lo
que viene a cuento por los chicoleos que algunos se llevan con lo de la reforma
laboral. Error caballuno es el que lleva a preferir las medidas del PP, pues si la que se va a ventilar en el
Parlamento decae, seguiremos padeciendo la de Rajoy.
Ahora bien, en todo este asunto podemos ver dos actitudes: a) la politicista de
Esquerra Republicana de Catalunya, que a cambio de abstenerse o votar sí
exigirá el oro y el moro, que no estará relacionado con los temas de dicha
reforma; y b) la tradicional de esos sectores de la izquierda clochard, que siempre está insatisfecha con
los pimientos del Padrón porque unos pican y otros no.
Barcelona
este fin de semana. Convocatoria de manifestación contra los sindicatos
mayoritarios y su reforma laboral. 500 participantes: mucha chiruca, mucho anorak.
Más siglas convocantes que asistentes a la marcha. Novedad: ninguna pasión,
sólo caras de circunstancias. Ni siquiera la ilusión que sugiere la parusía.
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