La entrevista que Pepe Álvarez, primer dirigente de la UGT, ha concedido
hoy a La Vanguardia contiene, como no podía ser de otra manera, una cerrada defensa de los recientes acuerdos tripartitos (la reforma laboral 2021) que
merecen su correspondiente estudio y difusión. Hay, no obstante, al final de
dicha entrevista una afirmación de Álvarez que me ha inquietado. En síntesis
afirma que «La reforma laboral no es la de Díaz, ni la de Calviño, sino la de
Sánchez».
Parece claro que los
entrevistadores quieren sacar tajada buscando un titular comprometido. Álvarez,
saca el capote de paseo y por chicuelinas responde, como queda dicho, que ni la
una ni la otra. Que es Sánchez. Sin quererlo ha despotenciado la intervención sindical y, a partir de ahí, aleja la relación de la negociación y su éxito del
conjunto de los trabajadores. Chocante. Vieja concepción la de atribuir al rey
nazarita la construcción de la Alhambra.
Hasta los campanilleros por la madrugá saben que el acuerdo tripartito tan arduamente trabajado es la obra de síntesis sucesivas de los sindicatos, la patronal y el equipo del Ministerio. Por lo que tal respuesta no me parece ni real ni oportuna. Por todavía: con dicha respuesta el sindicalismo confederal tiene más dificultades en explicar las utilidades del acuerdo. Y, sin saber cómo, se me viene a la cabeza el poema de nuestro Miguel Hernández, aquel que pregunta a los andaluces de Jaén. «¿Quién levantó los olivos?»
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