Solo
faltaría que a algún majareta le diera por apretar el botón, porque en estos tiempos
abundan las cabezas huecas en puestos que antes se llamaban de «alta
responsabilidad». La situación no está para bromas Otra vez se tiene la
impresión de no sería raro que los diversos Séptimos de Caballería galopasen allá
por el Este. Mientras que en la parte oeste un auténtico descerebrado, acorralado
por sus amigos, conocidos y saludados, le piden –unos con disimulo, otros sin
ambages-- que «dimita por el amor de
Dios». El panorama, así pues, parece un cóctel de sainete, vodevil y tragedia sofoclea.
…
y en este cuadro se desarrolla la endémica bronca del Partido
Popular y su pintoresco grupo dirigente: Casado y Teodorico. Cabrían dos
hipótesis sobre la actitud de estos personajes: o están idos de la cabeza,
densamente majaretas o no tienen --no
saben tener, exactamente-- proyecto político
alguno que llevarse a la boca. Aunque, tal vez, la una no excluya a la otra.
Ciertamente
una oposición de esta catadura es ineficaz y, peor todavía, una incesante
fuente de conflictos. Pero, además, esta oposición que acumula disparates a
diario corre el peligro de romperse las cuadernas y trasladar el grosor de su
electorado a Vox. Porque los que se trasladan a la derecha más
ultra perciben que Casado solo ofrece gestualidad, palabrería. Y porque cae en
el más estúpido ridículo: su denuncia de que los fondos comunitarios se están
repartiendo arbitrariamente ha sido desmentida por las autoridades de la Unión
Europea. De momento el balance que el Dúo de la
Mandanga (Casado y Teodorico) puede ofrecer es que cada día que hablan
aumentan los efectivos de sus íntimos enemigos. Son las cosas curiosas de las
relaciones entre la taberna y la caverna.
Conclusión
provisional: el Dúo cree que lo que está sucediendo en Europa es la guerrita aparente
de aquella Sopa de Ganso.
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