jueves, 14 de diciembre de 2017

El indulto y los redaños de Miquel Iceta



Hay que reconocer que Miquel Iceta tiene agallas. No se ha amilanado por los convencionalismos de las campañas electorales y, de sopetón, ha dicho textualmente que «estaría de acuerdo con un indulto para los dirigentes presos que están encarcelados». Así que no es cierto lo que le atribuyen sus adversarios: «que Iceta daría un indulto».  El matiz es importante. De todas formas lo realmente dicho es excesivamente fuerte para los estómagos de sus adversarios y, de alguna parte, de su propio partido.


¿No habíamos quedado que una de las  virtudes políticas de un dirigente es expresar una opinión que se enfrente a lo banalmente sus parciales esperan de él? Por supuesto, una opinión con punto de vista fundamentado. Iceta ha tenido cuajo, los redaños suficientes para expresar una idea que, más tarde o más temprano, la acogerán otros partidos. Más todavía, el candidato socialista ha sembrado concordia. Plantea en el fondo que algo deberá hacerse que restañe las heridas y cicatrices que está dejando este procés tan loquinario.  En resumidas cuentas, Iceta hace y quiere hacer política; la reyerta es para el mostrador de las viejas tabernas.


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