Compro mis
periódicos dominicales. La joven dependienta me señala tímidamente los
titulares de El
País. Me entra un sofocón tal que la cara se me pone al rojo vivo. El
titular dice: «CC.OO. de Banca pagó 3,7 millones en sobresueldos a sus
delegados». Salgo a trompicones del establecimiento con la sensación de tener
una raspa de bacalao en la garganta y el vaso de agua me sabe a vinagre rancio.
Que el
titular no se corresponda exactamente con el contenido de lo escrito –la confusión
entre delegados y dirigentes— no quita gravedad al problema. Por otra parte,
las explicaciones fragmentadas de los consultados no sirven en modo alguno, a
mi entender, de justificación. Es más, recuerdan demasiado a quienes se
encuentran en parecida situación en lo relativo a la equiparación entre «sobresueldos»
y «compensaciones económicas».
El grupo dirigente
de la Federación
debe una explicación rigurosa de lo que ha sucedido, con pelos y señales en el
caso de que algo anómalo haya ocurrido. Así mismo, el núcleo confederal tiene que
hablar llamando pan al pan y vino al vino. Con sólo una vara de medir.
1 comentario:
Muchxs comi tu nis hemos tratado la raspa zel bacalao y en su trayecto , a mi al menos, me ha dejado una profunda raspadura. Me preguntan mis mas allegados si ahora --que acabo de salir vía ERE de la fusión FECOHT/CONFÍA-- me voy a dar de baja, y les digo alto y fuerte que NO, que ahora menos que nunca. Tengo claro que acerté el día que decidí apostar por el sector crítico de CCOO.
Publicar un comentario