Pedro López Provencio
Nota editorial.-- La primera parte de este trabajo se encuentra
en Texto completo enhttp://theparapanda.blogspot.com.es/2017/03/productividad-primas-e-incentivos.html
Sistemas de
primas e incentivos.
Mediante el pago de primas las empresas
pretenden incentivar y recompensar los sobresfuerzos que realicen los
trabajadores durante su trabajo. Siempre y cuando repercuta en un incremento de
la productividad u otras clases de beneficio para la empresa.
Existen multitud de sistemas. Como solo
precisan tener una cierta racionalidad en sus planteamientos, cada empresa
adopta el que más se amolda a sus conveniencias. Puede dar lugar a confusión el
uso de terminologías diferentes para tratar de lo mismo. No obstante, todos los
sistemas de primas mínimamente racionales suelen utilizar cuatro factores
principales.
Formula general de las primas:
D = P x C x H x F
Siendo:
D = Cantidad de dinero a percibir por el
trabajador en concepto de prima.
P = Valor correspondiente al rendimiento
o productividad alcanzado.
C = Coeficiente correspondiente a la
categoría del trabajador o a la valoración de su puesto de trabajo.
H = Cantidad de tiempo trabajado a prima
por el trabajador.
F = Factor de corrección variable.
Variación de la
prima en función del rendimiento (P).
El tipo de variación lo suele fijar
unilateralmente la dirección de la empresa, aunque debería ser objeto de
negociación. En él se define la cantidad de dinero que la empresa está
dispuesta a pagar por hora, día, mes, pieza, en función del rendimiento alcanzado.
Este valor suele ser el resultado de averiguar la cantidad mínima que al
trabajador le resulte interesante y le incentive para aumentar su producción.
Existen diversos sistemas que relacionan
la cantidad de dinero a percibir por el trabajador en función del rendimiento,
actividad o productividad alcanzada. Parece lógico que hubiese que partir del
supuesto de que el trabajador cumple con su parte del contrato cuando se sitúa
en disponibilidad de trabajar a ritmo normal. No obstante, se suele exigir el
ritmo habitual. Incluso hay lugares, como en la SEAT (art. 98 del XIX Convenio
Colectivo), que el nivel de actividad exigible es el 96%, que consideran
actividad óptima.
La prima varía en
proporción al rendimiento.
Los trabajadores incrementan su salario
en similar proporción en que aumenta su rendimiento. Su implantación requiere
que los tiempos de trabajo concedidos estén muy equilibrados. En otro caso los
trabajadores, realizando el mismo esfuerzo, consiguen primas muy dispares de un
trabajo a otro. También se utiliza para relacionar el “rendimiento” de los
trabajadores indirectos con las primas que han de percibir.
Figura 2. Sistema Halsey.
La prima varía en una proporción menor
que el rendimiento.
Se suele utilizar cuando los tiempos
concedidos no están suficientemente equilibrados y los trabajadores han de
hacer esfuerzos muy distintos, para obtener la misma prima, en diversos
trabajos. El sistema procura que a rendimientos inferiores se perciban
cantidades proporcionalmente mayores que a rendimientos superiores. Así las
primas no muestran ostensiblemente la imperfección del análisis de tiempos. El
sistema Rowan, con su función parabólica, cumple con este propósito.
Figura 3. Sistema Rowan.
La prima varía según diferentes niveles
de rendimiento.
Con este sistema, que puede ser muy
variado, se procura que los trabajadores intenten alcanzar los niveles de
productividad que interesan a la empresa. Proporciona la posibilidad de
aumentar considerablemente sus ingresos al llegar a unas metas de productividad
determinadas. Es una forma más refinada de incentivar a los trabajadores. Es la
que más se asemeja a la típica imagen de la zanahoria colgando delante del
burro. Pero no suelen proporcionar los resultados previstos teóricamente. Sobre
todo los más complejos. Las empresas no suelen acertar en sus límites. Y a los
trabajadores les resulta demasiado complejo atender a los distintos puntos de
inflexión en los que la prima puede dar un salto significativo.
Figura 4. Sistema Taylor.
La prima disminuye conforme baja el
rendimiento.
En la SEAT se calculan las “cargas de
trabajo” y se determinan las necesidades de mano de obra a rendimiento 100. Los
trabajadores están obligados a realizar una producción correspondiente al
rendimiento óptimo. Si alguna persona o grupo no lo alcanza se disminuye la
prima proporcionalmente hasta llegar al rendimiento 85, a partir del cual ya no
se percibe prima alguna. A pesar de que el rendimiento normal se considera el
75. Las primas se pagan por meses con independencia del número de días
laborables que éstos tengan. (Artículos 104, 105 y 110 del XIX Convenio
Colectivo de la SEAT). Lo que se asemeja más a un salario que a una prima de
producción ya que el trabajador no tiene reconocida la capacidad de variarla.
Así, el trabajador uncido a la cadena o
a la máquina automática ha de seguir su ritmo sin posibilidad de elección. ¿No
sería normal que al trabajador le fuese exigible una actividad normal y que la
óptima y sus intermedios fuesen algo excepcional y a su elección?
Figura 5. Sistema SEAT
Coeficiente correspondiente a la
categoría o a la VPT (C).
Esta variable influye en el cálculo de
la prima a percibir por el trabajador según sea su categoría profesional. O,
donde se haya realizado la Valoración de Puestos de Trabajo, según sea el valor
asignado al puesto de trabajo ocupado.
Factor de corrección variable (F).
Este factor se suele introducir en las
fórmulas de la prima para tener un mayor control del gasto por este concepto.
Suele hacerse depender de conceptos relativos a la producción, como la
“efectividad” o el “coeficiente de calidad relativo”. Económicos, como el total
de facturación, o la cuenta de pérdidas y ganancias, o el flujo de caja (en
inglés cash flow). Y, en casos extremos, lo asigna la dirección de la empresa
sin dar mayores explicaciones.
Costes y beneficios.
Hubo un tiempo, especialmente en épocas
de mucho desempleo, en el que me preguntaba el por qué los empresarios
prefieren incentivar a los trabajadores que tienen, incluso hacerles hacer horas
extraordinarias, en vez de contratar a otros trabajadores. Parece evidente que
si los trabajadores están menos cansados pueden hacer el trabajo con más
comodidad y, por lo tanto, de una mayor calidad y en un mejor ambiente.
Me quedó claro cuando empecé a calcular
costes de producción y a componer precios de fábrica. Pongamos un ejemplo
simplificado:
Supongamos que un grupo de mecánicos,
trabajando a una actividad normal, construye 3 complejos de máquinas en
un mes, los costos podrían ser:
Salarios mecánicos ...…....……………………
10.000,- €
Seguridad Social mecánicos ……………….
3.000,- €
Prima mecánicos ..………………………………
0,- € ……… 0%
Materiales………………………………………... 30.000,- €
Gastos técnicos y directivos………………..
10.000,- €
Gastos de administración……….…………....…
5.000,- €
Gastos financieros……………………………….
5.000,- €
Gastos comerciales………………………….....
10.000,- €
Amortizaciones……………………………………
3.000,- €
----------------------
Total coste …..……………………….…..……....
76.000,- €
BENEFICIO adi .………………………………..
14.000,- € ……….. 18%
----------------------
Precio de venta 3 máquinas…………..……
90.000,- €
Supongamos que este grupo de cinco
mecánicos, trabajando con una actividad óptima, construye 4 complejos de
máquinas en ese mismo mes, los costos podrían ser:
Salarios mecánicos
…….……….................. 10.000,- €
Seguridad Social mecánicos
..……..……...... 3.000,- €
Prima mecánicos ..………………..….…….….
3.000,- € ……… 28%
Materiales…………………………………...…... 40.000,-
€
Gastos técnicos y directivos………………..
10.000,- €
Gastos de
administración……….…………....… 5.000,- €
Gastos financieros……………………..…….…
5.000,- €
Gastos comerciales……………………..… .….
10.000,- €
Amortizaciones……………………………..……
3.000,- €
----------------------
Total coste
…..……………………….…..….. 89.000,- €
BENEFICIO adi……………………………..….
31.000,- € …..….. 35%
----------------------
Precio de venta 4
máquinas……….....… 120.000,- €
Perspectiva.
La codicia es el pilar sobre el que se
sustenta el actual sistema económico imperante. Por eso es crucial, para el
futuro, que la nueva configuración social que se avecina responda a otros
criterios. Y a otras bases. Los derechos de propiedad privada, especialmente
los de los medios de producción y de la información y la actividad económica
mercantilista actual, son una triste desgracia para la mayoría. Aunque algunas
migajas de la riqueza que se produce se les otorguen a algunos trabajadores.
Mientras otros muchos quedan excluidos.
La acumulación de dinero, los negocios
monetarios y los financieros, alimentan la desesperación de la inmensa mayoría
de la población mundial. El principio de que el precio es el resultado de la
oferta y la demanda y que el aprovechamiento de la coyuntura pueda servir para
explotar con cinismo la debilidad o la miseria del prójimo, es la degeneración
de la especie. La explotación del tiempo para cobrar una prima o interés por el
mero transcurso del tiempo, sin aportar o producir nada, para beneficio de unos
a costa de los otros, debería considerarse un grave delito. Y si esa
desfachatez se traslada a los trabajadores, arbitrando sistemas para que
aumenten su salario por el mero transcurso del tiempo, sin modificar en nada la
calidad, ni la cantidad, ni la profesionalidad de su trabajo, la perversión del
sistema puede llegar a límites insospechados. Lo que ya se experimenta en la
SEAT.
La compraventa que proporciona un
beneficio sin transformación, ni mejora, ni desplazamiento alguno del objeto,
es un oficio degradante. La compraventa de futuros, de lo que aún no existe, que
proporciona pingues beneficios, aunque no llegase a realizarse nunca, resulta
un latrocinio.
La actividad productiva, constructiva o
creativa, que beneficia a la comunidad, debería ser entendida como condición de
toda ventaja económica y la medida de la honorabilidad. Frente a la
sobreexplotación del trabajador dependiente, subordinado y precarizado, hay que
propugnar una doctrina que signifique la victoria del hombre sobre el
economicismo. Que derogue la propiedad privada fruto, en su origen, de la
usurpación y del robo. La tierra pertenece a todos los hombres y, por
consiguiente, los frutos que produce deben ser para beneficio general de todos.
Los avances en ciencia y tecnología ya
acercan la posibilidad de liberar a las personas del trabajo monótono y
rutinario. Inventado a partir de la llamada primera revolución industrial.
Llega el momento de construir la nueva utopía del trabajo. Que vuelva a ser,
para la mayoría, un elemento principal de realización personal. Que sirva para
el cumplimiento de los objetivos que se propongan libremente. Que puedan
desarrollar todas sus capacidades y hagan reales sus posibilidades. Dando
sentido a su existencia de forma que contribuya a que su sistema emocional
considere con satisfacción el desarrollo de su vida. Hacer realidad la
imaginación, alcanzar metas, sueños de poder para llenar las aspiraciones de libertad.
Trabajar no solo por su valor económico, sino por logros que proporcionen
satisfacción al alcanzar las finalidades propuestas útiles para la felicidad.
Sabiendo que la realización personal en el trabajo no depende tanto de los
medios que se utilizan como de los fines que se proponen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario