Homenaje a Daniel Martín
1.-- De momento podemos sacar
algunas primeras y provisionales conclusiones de lo que va de legislatura. De
un lado, se han dado algunos pactos entre el PP, el PSOE y Ciudadanos en torno
al techo de gasto. De otro lado, la oposición ha conseguido derrotar al
Gobierno en lo atinente a la reforma laboral, la Lomce y el salario mínimo, si
bien en este caso lo conseguido está lejos de lo que reclama el sindicalismo.
Estamos, por lo que se ve, ante unos pactos de encofrado variable. Con un matiz
no irrelevante: lo que pacta el PP va a misa cantada. Pero lo que concierta
entre sí la oposición está bajo la amenaza de ser recurrido al Tribunal
Constitucional para impedir que ello vaya a buen puerto. Y, mientras el papeleo
de los recursos va del caño al coro y del coro al caño, una buena parte de las
decisiones del Parlamento son papel mojado.
Desde luego, el asunto es de
enorme importancia. El Gobierno con su ilegal actitud obstruccionista está
vaciando de contenido los poderes del Parlamento. Lo que en democracia es de
extrema gravedad. Lo chocante del caso es que no parece que la oposición se
tome las cosas en serio. Porque si grave fue el ninguneo del Parlamento en la
anterior legislatura, ahora se ha pasado a su desobediencia por parte del
Gobierno.
2.-- Por otra parte, la noticia
del fin de semana ha sido el reinicio de las movilizaciones sindicales. La
visibilidad mayor ha sido la madrileña. Los dirigentes sindicales han dejado
claro que estamos en los primeros andares de un proceso que será largo y no
precisamente seguro. Es por ello que sugiero modestamente que no se abuse de
las reivindicaciones generalistas. O ese proceso plantea demandas concretas o
no se avanzará.
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