Homenaje a Luciano Lama en el XX Aniversario de su muerte
Sugiero al grupo dirigente del
PSOE que acepte las sugerencias de Jordi Gràcia
en su artículo Riesgos reales que ha
publicado El País,
hoy, en su edición catalana (1). Entiendo que ofrece una serie de pistas para que,
con paciencia y buena letra, se vaya superando gradualmente lo que para un servidor
es una doble crisis de identidad de dicho partido: una crisis de proyecto y una
crisis de dirección. Ciertamente la crisis viene de muy atrás, pero se ha ido
complicando en los últimos tiempos.
El PSOE se ha movido como pez en el agua durante la
larga etapa del bipartidismo. Ahora bien, la quiebra de dicho sistema le ha
sumido en una determinada perplejidad, de la que no acaba de salir. Por otra
parte, el partido, durante ese periodo, no tenía contrincante alguno a su
izquierda. Ahora, la irrupción de Podemos le ha comido un considerable terreno, especialmente en
las zonas urbanas, que incluso podría concretarse en ser superado por los de
Pablo Iglesias El Joven y sus amistades periféricas. Lo que, de ocurrir,
significaría una enorme conmoción en el vecindario socialista. Damos por
hipótesis aproximada que, si ello ocurriera, los demonios y los penates del
partido se enzarzarían en una nueva querella pidiendo la cabeza de Pedro
Sánchez.
Intento ver en las razonables
sugerencias de Jordi Gràcia, una recomendación valiosa (y, sobre todo, útil)
para que el PSOE varíe –todavía tiene tiempo--
substancialmente su campaña electoral. Ese giro debería ser aprobado en
su Consejo federal con estas novedades: los adversarios no se encuentran a su
izquierda sino a su derecha; compromiso solemne de que el PSOE formará
gobierno, siempre que los números
salgan, con la izquierda, aceptando los apoyos –o las abstenciones-- de quien tuviera a bien impedir que el Partido Apostólico (con o
sin Rajoy) se hiciera con La Moncloa. Lo que, en el fondo, sería un potente
mensaje de que se quiere un gobierno de centro-izquierda.
No ignoro las potentes
enemistades internas que tendría un planteamiento como el que se describe, pero
entiendo que sería mucho más útil que el empecinamiento de los poderes fácticos
familiares.
No hay comentarios:
Publicar un comentario