sábado, 27 de febrero de 2016

Esquerra Republicana de Catalunya o el Becerro de Oro




Hay quien acostumbra a decir que ya no le asombra nada de lo que oye y ve. No es mi caso. Ya, cargado de años, me siguen asombrando no pocas cosas. Y algunas me pasman. Posiblemente es mi inercia tradicional a “caerme del guindo”. Les pondré dos situaciones que pasan de castaño oscuro.

Primer tranquillo

Como ustedes saben uno de los planteamientos del independentismo catalán es la creación de «estructuras de Estado» propias de Cataluña. Sin duda, la más llamativa es la puesta en marcha de la Hacienda propia. Que reclama que los catalanes pongan sus impuestos en este aparato.

Esta historia viene de cuando Artur Mas se cayó del caballo cuando iba cabalgando camino de Damasco. Pues bien, el otro día Josep Cuní, factótum del periodismo catalán, nos decía en su programa televisivo que sólo sesenta y cinco (65) personas han seguido esa orientación. El veterano periodista, con cara picarona, añadía que ni siquiera los más conspicuos dirigentes del independentismo político habían seguido tales consignas. En otros tiempos hubiéramos dicho que tales personalidades son (y ejercen de) capitanes Araña, o sea, el que embarca a la gente y se queda en tierra. Más concretamente: gente liante y embaucadora.

Comoquiera que la Hacienda catalana tiene una plantilla de 330 funcionarios, si sólo 65 almas de cántaro han depositado allá sus impuestos, habrá que colegir que ni siquiera dicha «estructura de Estado ni siquiera se autofinancia».

¿Tengo o no tengo motivos para asombrarme? Sí, padre.

Segundo tranquillo

Leo en la prensa de hoy que el responsable de la covachuela de Economía y Finanzas de la Generalitat, Oriol Junqueras, se ha propuesto poner al día la tan mencionada agencia de la Hacienda catalana. Desde el cabo de Creus hasta Puerta Umbría se sabe que Junqueras es el primer dirigente de Esquerra Republicana de Catalunya. Así es que podemos establecer pacíficamente esta correspondencia: lo que se propone hacer el consejero del ramo es aplicar la política de su partido.

Una de las ideas que plantea Junqueras de cara a la agencia es que «tenga en cuenta a los contribuyentes como clientes». (Les aclaro que las cursivas son mías con la idea de llamar la atención a quienes leen en diagonal, que es costumbre de los pijos de barrio). Así las cosas, les pregunto: ¿tengo o no tengo motivos para asombrarme? Sí, padre; y de pasmarme.

Un dirigente político, sedicentemente de izquierdas, que pretende trasladar el carácter de contribuyentes a clientes está introduciendo una cesura profunda en la condición de ciudadanía. Y de ello se desprenden, como mínimo, estas inquietantes derivaciones: lo público ya no es patrimonio de la ciudadanía, sino de un aparato técnico, de una estructura de Estado.  O sea, los bienes democráticos del Estado de bienestar son un estatuto concedido que ofrece mercancías en la enseñanza, la sanidad, la vivienda, el transporte y demás botánicas que van dejando de ser públicas. En resumidas cuentas, es la metamorfosis de la civitas en clientelas que están supeditadas a un poder técnico, que es nombrado por el patrón político de turno.

Me pregunto si el candor de algunos allegados a ERC han caído en ese detalle. Me asombra lo de Junqueras, me pasma que algunos de sus parciales no se hayan percatado de que se está diseñando un Becerro de Oro de nueva estampa. Perdón, de viejuno estilo.



2 comentarios:

D.F. dijo...

No se puede describir de mejor forma, enhorabuena.

LDM dijo...

Gracias sr Bulla , por tan buena información .. sobre la república futura de ciudadanos.. ja .. saludos cordiales