Homenaje
al maestro Eduardo Saborido
En la unidad del soberanismo
catalán no es oro todo lo que reluce. Tras la última negativa de los cupaires a
investir a Artur Mas
han vuelto a aparecer contrastes entre las dos principales fuerzas políticas
que conforman Junts pel Sí.
De un lado, CDC; de otro, Esquerra republicana. La primera mantiene
numantinamente la propuesta de que el rey Arturo es una condición sine qua non
para cualquier acuerdo de investidura; en la segunda, en las últimas
venticuatro horas han aparecido matices, inteligentemente gestionados por su
grupo dirigente.
Las propuestas de Oriol Junqueras y de Joan Tardà, los dirigentes
más reconocidos del partido republicano, difieren entre sí y con la de los
convergentes. El primero mantiene su
lealtad al rey Arturo; el segundo le ha pedido en varias ocasiones que se
aparte de la primera línea. No obstante, ambos coinciden en que todavía hay tiempo para seguir negociando
con la CUP en clara falta de sintonía con Mas que ha solemnizado que ya no hay
nada que negociar. Tengo para mí que no se trata de un reparto de papeles en el
partido republicano (el bueno y el malo) sino de dos visiones complementarias
que, en ambos casos, favorecen objetivamente a ERC.
Por otra parte, conviene traer a
colación algo que afecta a la credibilidad del rey Arturo: informa La
Vanguardia que Germà Bel,
actual diputado de Junts pel Sí, que proviene de las pedanías nacionalistas del
socialismo catalán, ha pedido –si se convocan nuevas elecciones en
Cataluña-- primarias para elegir a los
cabezas de lista de Barcelona, Tarragona, Lleida y Girona. De donde se infiere
pacíficamente que el versátil diputado considera que el rey Arturo está plenamente
amortizado. Otra manera siniestramente elegante de decirle que haga las
maletas.
Finalmente, séanme permitidas
dos consideraciones: una, si tan prioritaria es la independencia de Cataluña,
¿por qué nadie da su brazo a torcer?; otra, tras la última negativa de la CUP,
¿se puede decir que todo el pescado está vendido?
Si la cosa es tan prioritaria y
nadie lo facilita es que algo falla en el razonamiento. O la lógica política,
sea esto lo que fuera, tiene una mínima vinculación con la práctica o es que
estamos ante un trampantojo. O sea, que en este caso el cuadrado de la
hipotenusa no equivale a la suma de los cuadrados de los catetos.
La interrogante sobre si quedan
o no pescados por vender todavía es pronto para afirmarla. En mi opinión, por lo
menos hasta el domingo, todavía quedan japutas en el mostrador de la
pescadería.
Radio Parapanda. Una de las biografías más fascinantes de la
reciente historia del movimiento sindical español es la de Eduardo Saborido, a quien cariñosamente sus
admiradores llamamos el Canijo. A
nuestros lectores les hacemos un regalo de Reyes: esta conexión donde el
maestro sevillano explica fragmentos de su compromiso democrático: http://www.publico.es/politica/eduardo-saborido-reincidente-rebeldia.html
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