.Un dirigente de Convergencia i Unió, el eurodiputado Tremosa, ha
declarado: «¿Derecha, izquierda? En el siglo XXI el conflicto es más entre la
élite extractiva madrileña centralista y las clases medias y populares
catalanas». Se trata de una frase que merece algunas consideraciones a bote
pronto. Sin embargo, antes de meterme en harina digamos que el retórico
dirigente se ha olvidado –tal vez a cosica hecha-- de que fuera de Madrid
también hay élites extractivas. Digamos que en el País Valencià está también,
para desgracia de sus ciudadanos, esa flora y fauna. Por lo demás, el dirigente
retórico se olvida –esta vez intencionadamente-- de ciertos próceres
catalanes que han rivalizado con las madrileñas élites en la tarea de mear más
largo en eso de la cosa extractiva. Comoquiera que el dirigente de CiU no da
nombres madrileños, yo tampoco referiré las dinastías catalanas: noblesse
oblige. Así pues, dejemos de lado la toponomástica de las clases
extractivas y gritemos que ante Dios todos los extractivos son iguales. No así
ante el retórico dirigente nacionalista catalán que nos parece decir: yo estoy
en contra de todos los extractivos y a favor de los de mi tierra.
Mucho llovió hasta que el conflicto social fue reconocido
como derecho constitucional, y muchas luchas se desarrollaron. Fue la derrota
de Lord Mansfield. Pero quedaba, no obstante, un rescoldo: las derechas no
tuvieron más remedio que aceptarlo en clave de fastidio y como si fuera un
perifollo del orden jurídico. Entonces, las derechas se empeñaron en una
operación de otra naturaleza: había que cooptar al sindicato, al sujeto
conflicto, y convertirlo en un paniaguado. También esta operación, por lo general,
fracasó. Este nuevo fracaso hizo cambiar la argumentación y la mirada hacia el
conflicto. El sindicato fue tildado de antiguo, y al ejercicio del conflicto se
le tachó de cosa viejuna. Ni siquiera leyeron las reflexiones de Ralf Dahrendorf, de quien no consta que llevara una pancarta
en su vida ni que repartiera octavillas, aunque nos dejó una potente literatura
en su libro
Pero los ataques retóricos contra el ejercicio de la huelga
se quedaban en eso: en una grita que no impedía su desarrollo y alargamiento.
Era necesario, ante este repetido fracaso, cortarle las alas y desarbolarlo a
través de disposiciones legislativas dignas de un Lord Mansfield de rostro
humano. Y en eso están ahora.
2.-- El dirigente retórico nacionalista catalán
parece responder a ese rostro humano. No habla de manera irascible;
es educado, se diría que es un mosquita muerta. Y como la porra y el correaje
lo administrará otro negociado, nuestro hombre quiere impartir doctrina para el
siglo XXI, aprovechando que el rio Besós pasa por Sant Adrià. Esto es, para
coyunturalmente decirle al sujeto conflicto algo así: «Oiga, no se meta con
nuestra política económica y social; la culpa de todo ello la tienen las clases
extractivas madrileñas; vengan con nosotros a
¿Puede el el dirigente nacional-neoliberal conseguir sus
objetivos? Nadie lo sabe, pero si triunfara, aparecería otro sujeto conflicto, Sísifo.
Apostilla. Disculpen mi malafollá. Es cosa de Graná, una ciudad que está cerca de Santa Fe, capital de
Radio Parapanda.--
1.-- Las derechas siempre
consideraron que el conflicto era una maldición que debía extirparse
violentamente. Muy claro lo dejó Lord Mansfield, presidente del Tribunal Supremo
del Reino Unido, que sentenció en el último tercio del siglo XVIII que los
sindicatos “son conspiraciones criminales inherentemente y sin necesidad de que
sus miembros lleven a cabo ninguna acción ilegal”. Este el constructo jurídico
que recorre el siglo XVIII. Así pues, el sindicato, en tanto que sujeto
conflicto, era inherentemente, aunque sus miembros fueran unos santurrones, una
conspiración criminal.
1 comentario:
Sorprende ver a gente de izquierdas o que se dice de izquierdas (permitame la matizacion), defender la exclusion nacionalista o predicar diferentes discursos segun zonas.
Tampoco es conveniente confundir a un autopatrono con la General Motors, cosa bastante habitual en un mundo donde impera la etiqueta. Tu de derechas o de izquierdas, patronal o asalariado..he ahi un error
Publicar un comentario