sábado, 23 de agosto de 2014

RELACIONES LABORALES E INDUSTRIALES: «CRISIS DE EFICIENCIA»



Ayer mismo,  Joaquim González  daba ayer en la tecla hablando en Hablemos de la patronal. El hilo de su razonamiento es tan claro como atinado: empieza a circular por diversos medios una serie de reflexiones de sindicalistas que fatigosamente buscan una puesta al día de la praxis sindical; sin embargo, no vemos por ningún sitio nada parecido por parte de los empresarios. Esa literatura sindical es, de momento, un tanteo o aproximación, mientras que, desde la acera de enfrente, hay un silencio bastante preocupante acerca del papel del empresariado.  

 

Digo que es preocupante porque no puede haber un aggiornamento de las relaciones laborales e industriales en ningún lugar si los empresarios no se ajustan las cuentas también a sí mismos.  Vale, el sindicalismo confederal puede renovarse profundamente (y con ciertos titubeos está en ello), pero si no existe además un repensamiento, intelectual y práctico, de la acción empresarial todo podría quedar en agua de borrajas. O, lo que es lo mismo: la modernización de los sindicatos es una condición necesaria, pero no suficiente para unas relaciones laborales e industriales de nuestro tiempo, del nuevo paradigma de la innovación y reestructuración en el escenario global. En ese sentido, es preocupante la sequía intelectual del empresariado orgánico, que mayoritariamente está instalado en una cultura chusquera. Lo que no impide, todo hay que decirlo, que en ciertas empresas haya ejecutivos ilustrados y técnicamente solventes. De donde podemos sacar una primera conclusión: allá donde hay ese saber, académico y científico, la posibilidad de innovación es mayor. Son, como digo, una excepción. La inmensa mayoría está más preocupada por cortar las alas al sindicalismo que por la eficiencia y competitividad de sus propias empresas sin querer aprender que eso es una contradicción en los términos. En todo caso, son necesarios más saberes en los protagonistas de las relaciones laborales e industriales.  

 


Ahora bien, el hecho de «saber» es tan sólo un prerrequisito. La cuestión, entiendo yo, es de qué manera dicho saber se traduce en investigación.   Ahora bien, ¿qué se trata de saber? Primero, que las relaciones laborales e industriales actuales están crisis definitiva porque responden a un paradigma ya inexistente; segundo, de esa obsolescencia surge la «crisis de eficiencia» de dichas relaciones; y, tercero, está cantada la «crisis de representación» de los sujetos que intervienen en las relaciones laborales e industriales.  Y desde ese «saber» hay que investigar. Me atrevo a decir que no entenderlo tendría desagradables consecuencias: no remontaría la parábola sindical. Hay, pues, motivos de preocupación, pero no de pesimismo. Cierto, no todo depende de nosotros, pero mucho puede depender de nosotros mismos.    

Radio Parapanda. REGENERACIÓN DEMOCRÁTICA

No hay comentarios: