Homenaje a Juan López Lafuente
El lema de este blog es: "Nada curo llorando y nada empeoraré si gozo de la alegría" (Arquíloco).
sábado, 9 de agosto de 2014
LA PARTICIPACIÓN DE LOS TRABAJADORES EN EL PARADIGMA TECNOLÓGICO
Nota editorial.
Estoy preparando un trabajo largo sobre la cuestión sindical. Aparecerá
en este mismo blog dentro de unos meses. De momento han salido publicados en
este blog diversos fragmentos de dicho trabajo: Mitificación de
las luchas, infravaloración de las conquistas, Sobre el relato
sindical diario y el que tienes delante de tus ojos.
La participación de los trabajadores, hemos dicho de manera
reincidente, es un derecho y una necesidad. Al menos hoy no hace falta que nos
extendamos en esta cuestión. En todo caso, es obligado que captemos las
novedades que el hecho tecnológico ha provocado sobre ese particular en el
ecocentro de trabajo innovado. Una de las novedades es la aparición de una
curiosa equivocidad: las nuevas tecnologías, que están conformando un ecocentro
de trabajo constantemente innovado, interfieren en el interior de éste el
estilo de participación de los trabajadores que, por lo general, sigue siendo
de matriz fordista; pero, tan vasta panoplia de nuevas y novísimas tecnologías
favorece, fuera del centro de trabajo, la participación de los trabajadores,
esto es, propicia la emergencia de que los hechos participativos expresen lo
que, en los famosos Grundisse, Marx
llamó el «general intellect» en beneficio y utilidad de la acción colectiva. Ahora
bien, se trata de una contradicción
entre nuevas tecnologías y hechos participativos en el ecocentro de trabajo,
sino de una inadecuada forma de hacer participar a los trabajadores en el
contexto de la nueva geografía del trabajo.
Hace ya muchos años, a mediados de los noventa, Juan López Lafuente
–uno de los dirigentes más perspicaces de Comisiones Obreras-- captó las posibilidades de vincular el hecho
tecnológico con una participación informada, activa e inteligente en el
ecocentro de trabajo. El relato de la experiencia de López Lafuente es, en
apretada síntesis, el siguiente: el comité de empresa de Catalunya Ràdio
convoca una asamblea de todos los centros de trabajo, cuyos miembros están
desparramados en diversas localidades. ¿Cómo hacer que la participación sea
plena, a pesar de la dispersión en tantas localidades? Alguien da en la tecla:
aprovechemos todo el instrumental técnico de la empresa. Y ni cortos ni perezosos convocan la asamblea
que se realiza a través de los canales internos de las ondas. «Aquí, Reus, pido
la palabra»; «Tienes la palabra, Reus»; «Aquí, Girona, pido la palabra»;
«Espérate a que te toque, Girona»… Finalmente, y al igual que en las asambleas
tradicionalmente presenciales, nuestro Juan López hizo el resumen del debate y
las conclusiones. Hoy, con los nuevos
lenguajes, hablaríamos de «empoderamiento» de la nueva tecnología por parte de
los representantes de los trabajadores.
Es obvio que no se puede extrapolar esta experiencia. No importa. Lo
que vale es la imaginación y el resultado alcanzado. Lo que tiene interés es
que los representantes de los trabajadores de Catalunya Ràdio transformaron la
dispersión de los centros de trabajo en una asamblea ecuménica de nuevo estilo.
El hecho tecnológico dejaba de ser una interferencia para convertirse en un
acicate de la participación. Así pues,
que el hecho tecnológico signifique un impedimento o un acicate para la
participación depende de cómo se inserte plenamente el sujeto social en el
nuevo paradigma.
Hay que felicitarse del considerable avance que ha dado el sindicato
con su presencia en las redes sociales. Por lo general se concreta en una vasta
trama de webs y blogs de secciones sindicales y de dirigentes cualificados.
Ahora bien, con ser importante la información que ofrecen –lo que no es poca
cosa— de lo que estamos hablando es de la participación. Esto es, de la
traducción de la información en participación. Pues bien, dadas las
características de las webs y de los blogs podemos afirmar que, sin embargo y a
pesar de su importancia, estas redes todavía no están pensadas para provocar la
participación. Este, a mi entender, es el reto.
Alguien dirá que esta participación no puede substituir a las asambleas
y reuniones tradicionalmente presenciales. Vale, eso ya lo sabemos. Pero aquí
de lo que se trata es de aprovechar la democracia expansiva que puede generarse
a partir de estos medios de nuevo estilo.
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