Voy perdiendo facultades. Hay
cosas que empiezan a escapárseme de las manos. Quiero decir de la sesera. Es
lógico, porque cuando uno se acerca a los ochenta años es un deber tener
ciertos alifafes. O sea, achaques. Dos ejemplos de mi dificultad para entender
algunos asuntos.
Uno, que el alcalde de Cervera
de los Montes (Toledo) haya declarado que «sólo las vagas celebran el día 8 de
Marzo». ¿De dónde el primer edil –no hace falta decir que es del Partido Apostólico-- ha sacado tan zarrapastrosa idea? ¿Cómo puede
llegar a ser primera autoridad local una persona de esa calaña? ¿Es sólo la
búsqueda fatigosa de la hipotética notoriedad lo que este cerebro de secano
plantea? ¿Es la herencia recibida de sus ancestros, viejos y nuevos? ¿Es el
miedo inconfesable de su poquedad intelectual? Otro alcalde, éste realquilado en
las entrañas de la Gurtel, ha dicho tres cuartos de lo mismo. En todo caso,
remedando a Cervantes: han rebuznado en balde el uno y el otro alcalde.
Otro ejemplo. Dirigentes del PDECAT, los herederos de la
vieja Convergència –que Ainaud de Lasarte
llamaba Conveniencia-- han afirmado que
«Ada Colau es fascista». Ni siquiera el acné juvenil les disculpa. ¿Y estas
criaturas son la cantera? Y yo me digo: en nada se diferencian de importantes
exponentes de las Nuevas generaciones
Apostólicas que manifiestan el mismo parecer. Tan sólo en que unos beben
Calisay y otros Licor 43. El primero, oriundo de
Arenys de Mar; el segundo es cartagenero.
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