lunes, 11 de julio de 2016

La Asamblea de Barcelona, historia que no leyenda.





Homenaje a Mossen Bigordà


Al sindicato de Comisiones Obreras se le atribuyen tantas partidas de nacimiento que uno ya ha perdido la cuenta. Pasa lo mismo con las partidas de nacimiento del movimiento –la etapa anterior a la del sindicato. Todo esto naturalmente lleva de cabeza a la historiografía y permite que la cosa tome aires de canción de gesta en vez de acto histórico concreto. Menos mal que Julián Ariza ha puesto los puntos sobre las íes en su artículo que publicábamos ayer: La Asamblea de Barcelona: un poco de intrahistoria.

La importancia de la Asamblea de Barcelona, explicada por Ariza fue, en su momento (y ahora, por supuesto) tan relevante que dio pie a que no pocos cronistas, apoyados exclusivamente en fuentes orales, hicieran correr que en dicho acontecimiento se dio el paso cualitativo de pasar de movimiento a organización, esto es, a sindicato. A partir de esta leyenda, tan bienintencionada como errónea, se ha ido creyendo –o aparentando creer--  que la partida de nacimiento del sindicato se refiere a dicha asamblea.

En dicho acto se acordó muy mayoritariamente que se abriera un debate rápido proponiendo a todo el movimiento su reconversión en una organización sindical. Por supuesto, es el pistoletazo de salida, pero que todavía no equivale a nacimiento. Posteriormente en otoño de ese mismo año se produce históricamente el nacimiento y, por tanto, sus partidas de nacimiento en los ramos de la producción, nacionalidades y regiones.

Una curiosidad: Julián Ariza menciona el famoso bono de adhesión a CC.OO, que todavía no equivale a un carnet. Un bono de 25 pesetas. Me interesa explicar que dicho bono se imprimió en la ciudad de Arenys de Mar (Barcelona) en la imprenta de un pequeño empresario y rápidamente, a través de nuestros canales particulares, se distribuyó por toda España. El querido compañero Tito Márquez y un servidor tuvimos el honor de empaquetar los bonos y, como primera residencia, aquellos bultos estuvieron unos días en casa del querido Pedro León. Como curiosidad debo decir que dicho impresor nunca cobró por el material ni por su trabajo.


La rigurosa precisión de Ariza tiene el valor de darle a la partida de nacimiento una rigurosidad histórica y despojarla de inútiles leyendas. Las leyendas tienen un inconveniente: no se sabe qué hay de cierto en lo que se recita. No sabemos si Roldán estuvo en Roncesvalles o en Antequera, pero sí sabemos que Marcelino Camacho  presidió la asamblea de Barcelona. Lo que cuenta Julián es tan cierto que vale la pena traerlo a colación.


Comisiones Obreras, un mito lungo quarant'anni: http://www.rassegna.it/articoli/comisiones-obreras-un-mito-lungo-40-anni


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