Homenaje a Mossen Bigordà
Al sindicato de Comisiones Obreras se le atribuyen tantas partidas
de nacimiento que uno ya ha perdido la cuenta. Pasa lo mismo con las partidas
de nacimiento del movimiento –la etapa anterior a la del sindicato. Todo esto
naturalmente lleva de cabeza a la historiografía y permite que la cosa tome
aires de canción de gesta en vez de acto histórico concreto. Menos mal que Julián Ariza ha puesto los puntos sobre las íes en
su artículo que publicábamos ayer: La Asamblea de Barcelona:
un poco de intrahistoria.
La importancia de la Asamblea de
Barcelona, explicada por Ariza fue, en su momento (y ahora, por supuesto) tan
relevante que dio pie a que no pocos cronistas, apoyados exclusivamente en
fuentes orales, hicieran correr que en dicho acontecimiento se dio el paso
cualitativo de pasar de movimiento a organización, esto es, a sindicato. A
partir de esta leyenda, tan bienintencionada como errónea, se ha ido creyendo
–o aparentando creer-- que la partida de
nacimiento del sindicato se refiere a dicha asamblea.
En dicho acto se acordó muy
mayoritariamente que se abriera un debate rápido proponiendo a todo el
movimiento su reconversión en una organización sindical. Por supuesto, es el
pistoletazo de salida, pero que todavía
no equivale a nacimiento. Posteriormente en otoño de ese mismo año se produce
históricamente el nacimiento y, por tanto, sus partidas de nacimiento en los
ramos de la producción, nacionalidades y regiones.
Una curiosidad: Julián Ariza
menciona el famoso bono de adhesión a CC.OO, que todavía no equivale a un
carnet. Un bono de 25 pesetas. Me interesa explicar que dicho bono se imprimió
en la ciudad de Arenys de Mar (Barcelona) en la imprenta de un pequeño
empresario y rápidamente, a través de nuestros canales particulares, se
distribuyó por toda España. El querido compañero Tito
Márquez y un servidor tuvimos el honor de empaquetar los bonos y, como
primera residencia, aquellos bultos estuvieron unos días en casa del querido Pedro León. Como curiosidad
debo decir que dicho impresor nunca cobró por el material ni por su trabajo.
La rigurosa precisión de Ariza
tiene el valor de darle a la partida de nacimiento una rigurosidad histórica y
despojarla de inútiles leyendas. Las leyendas tienen un inconveniente: no se
sabe qué hay de cierto en lo que se recita. No sabemos si Roldán estuvo en
Roncesvalles o en Antequera, pero sí sabemos que Marcelino Camacho presidió la asamblea de Barcelona. Lo que
cuenta Julián es tan cierto que vale la pena traerlo a colación.
Comisiones
Obreras, un mito lungo quarant'anni: http://www.rassegna.it/articoli/comisiones-obreras-un-mito-lungo-40-anni
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