No
es oro todo lo que reluce; en todo caso puede que sea oro del que cagó el moro. De momento lo que reluce de Alberto Núñez Feijóo es justamente lo contrario de
lo que se nos había vendido. De hecho desde hace muchos años se procedió a una
operación de cirugía estética para borrar aquella imagen inquietante navegando
con amistades poco recomendables. Comoquiera que el tiempo lo cura todo –o eso
se cree-- Feijóo fue creando, y le
fueron creando, una imagen de moderado, tranquilo, no estridente. Una imagen un
tanto balsámica si se la comparaba con la de sus colegas mesetarios. En
definitiva, este Feijóo es el celebrado dirigente de este partido que en cada
congreso se hace un lifting para ser y no ser el de antes.
Habrá
que esperar un tanto para conocer el verdadero rostro de Feijóo. Sus palabras
en la clausura del congreso indicaron que había una cesura entre él y el
felizmente defenestrado Casado. Pero, si se me permite la expresión, Feijóo
expuso un tratado de antropología política, de comportamientos. Lo que no es
poco y entiendo que es --o puede ser, si
se mantiene-- mucho mejor que el
griterío de las zahúrdas del joven Casado. Pero, el nuevo líder pepero no habló
de política: ningún proyecto o programa, solo tapa variadas de antropología.
Y
cuando habla de política se refugia en el vicio que dice erradicar: hace
populismo, populismo con educación, con buenas maneras. Ha hablado insistentemente
en la bajada de los impuestos. Justamente lo que ningún gobernante europeo de
su propia vitola propone en estos momentos.
Más
todavía, hace un populismo tan populista como la de los indocumentados.
Propone: «Una bajada inmediata y temporal de los impuestos» como condición para
apoyar las medidas del Gobierno. Y sorprendentemente lo justifica de este modo
tan chusco: «Si todos los precios han subido un 10 %, nosotros tenemos que
devolver a los ciudadanos una parte de esa subida a través de la bajada de los
impuestos». Chusco y chusquero. Una gilipollescencia que me recuerda los viejos
tiempos cuando argumentábamos que no hacer x miles de horas extras se
correspondía con tantos puestos de
trabajo.
En
suma populismo con buena educación y totalmente
indocumentado. Paciencia, pues.
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