Mi gozo en un pozo –o algo
parecido-- es lo que parece que podría
haber dicho cualquier alto exponente del soberanismo catalán tras conocer los
resultados de las elecciones del domingo pasado. El mismísimo alcalde de Barcelona (ahora en
funciones), Xavier Trias,
un sobrevenido soberanista, le dijo al presidente de la Generalitat en la
noche electoral, tras conocer los resultados, «Lo siento por ti». Toda una
frase que convendría que el maestro Umberto Eco
nos ayudara a clarificar. En todo caso, debo reconocer la elegante intervención
de Trías en la noche electoral, algo poco corriente en estos pagos.
Convergencia
i Unió
ha perdido las elecciones en la ciudad de Barcelona frente al hada Ada Colau. Y Esquerra
Republicana de Catalunya no ha visto cumplirse las exageradas
expectativas que se había autofabricado. Para los efectos que queremos situar,
el resto de los datos es motivo de otra reflexión aparte.
Ese
compungido «lo siento por ti» es revelador del disparate de vincular las
elecciones municipales con el proceso soberanista de Cataluña. En poner todo el
énfasis en un proyecto superestructural frente a los enormes problemas, nuevos
y viejos, que tiene una ciudad como Barcelona. En resumidas cuentas, el gozo y
el pozo son la expresión no sólo del error sino de la obsesión soberanista que
había que introducirla con un calzador hasta en la sopa de las municipales; ha
sido la expresión de la confusión entre propaganda subvencionada y política
real.
Conclusión:
las municipales no han sido la reválida de los soberanistas y, por lo tanto, no
son el primer acto de ese extraño constructo de las llamadas «elecciones
plebiscitarias», un concepto que chirría a todo meter en cualquier proceso
electoral democrático.
Es posible
que el puente de mando convergente intuyera algo parecido a estos resultados.
El mismo Artur Mas dejó dicho en el mitin de
clausura de la campaña una cosa tan significativa como esto: «Si Barcelona nos
da la espalda no tiraremos adelante. No podemos perderla». Pues así ha sido,
caballero: han perdido la joya de la corona. De ahí que un conspicuo publicista
del soberanismo haya advertido, ayer en La Vanguardia , que el
resultado de Barcelona significa una «complicación y una advertencia». Una
complicación para el proyecto y una advertencia si el mundo soberanista no sabe
interpretar los datos. Vale la pena afirmar que el mentado periodista deja sin
aclarar de qué manera debe interpretarse dicho resultado.
Dicho lo
cual, estimo que –aunque tocado-- el
soberanismo catalán ahora, aproximadamente en barbecho, seguirá adelante. En
política, la rectificación es un bien escaso y tiene poco predicamento. Pues lo
que se traza en el cuaderno de derrota, de tanto sobarlo, acaba siendo una
virtud teologal.
Permítanme
salirme del guión: lo que sí parece obligado es llamar la atención a los
socialistas catalanes, porque también estos resultados barceloneses les son una
«complicación y una advertencia». No estamos diciendo –no somos nadie para
ello-- que se transformen en algo
parecido a la formación de Colau. Simplemente algo tan elemental como: observen
la relación entre el equipo de esta señora y la ciudadanía, la manera con que
se organizado a ras de tierra, el modo de ser. Tengan en cuenta, además, que
una gran parte de la ciudadanía le está tomando gustillo al cambio. Por lo
demás, no tengan empacho en garantizarle –sin dilaciones como las que ustedes
sufren en Andalucía para formar gobierno--
la llave de la ciudad.
Radio Parapanda.-- https://encampoabierto.wordpress.com/2015/05/25/unas-elecciones-decisivas/ (Escribe Javier Aristu)
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