No estoy de acuerdo con el profesor Manuel Castells
cuando afirma taxativamente que “la izquierda ha desaparecido”. Así lo ha dicho
sin medias tintas en http://cultura.elpais.com/cultura/2012/12/17/actualidad/1355772029_815283.html. Sí es cierto, no obstante, que se encuentra
en una profunda crisis de época. Pero crisis no es sinónimo obligado de
desaparición. Es más, de la crisis cabe la posibilidad de poder salir; de la
desaparición es muy dudoso que pueda remontar el vuelo. Así pues, me va a
permitir Manuel Castells, a quien sigo admirativamente desde hace más de
treinta años, que le lleve la contraria afectuosamente.
Es del todo evidente que la izquierda política (o,
por mejor decir, las izquierdas políticas) atraviesan, desde hace ya cierto
tiempo, una crisis de identidad y de sentido. Josep Ramoneda, en su reciente
libro La izquierda necesaria, ha hablado largo y tendido y, por lo general, a
sus planteamientos me remito. El mismo Ramoneda, ya en la primera página
(titulada ilustrativamente Advertencia)
nos propone una explicación de fondo con una cita de Ash Amin: la izquierda no
plantea “imaginarios de emancipación”. Peor aún, la agudización de la crisis de
la izquierda tal vez empezara cuando se avergonzó de proponer esos imaginarios
de emancipación. Lo que, en el fondo, era un replanteamiento de su sentido y
(algo así como) un alejamiento de los motivos generales por los que se fundó el
movimiento socialista.
¿Qué es lo que está en crisis definitiva? La
concepción lassalliana de la política que han practicado todas las izquierdas desde la fundación de la ciudad del trabajo y del saber. Bruno Trentin, en su potente reflexión de LA CIUDAD
DEL TRABAJO , nos ha dejado suficientes pistas, sin pelos
en la lengua, para abordar muy seriamente las raíces de esta crisis de la
izquierda. Remito al lector al capítulo 18, El
Estado como lugar de la política. Que en realidad es el único lugar de la
política para la izquierda. Sí sólo se ha hecho política en un solo lugar; si
ese ejercicio ha estado contaminado por la subalternidad al fordismo (durante
el siglo XX); y, si en los momentos actuales, se dan los contagios externos que
explica Josep Ramoneda, tenemos una primera y gran aproximación, a mi juicio,
de las desdichas de la izquierda.
Ahora bien, fuera de ese “único lugar” existen una
serie de movimientos tradicionales y de nuevo estilo que son izquierdas.
Evidentemente, no es política en el sentido restrictivamente convencional,
aunque estén ejerciendo un papel de suplencia obligada de la izquierda política
partidaria. El mismo libro de Manuel Castells, Redes de indignación y esperanza, es ilustrativo del papel de estos
movimientos en España y los cuatro puntos cardinales del planeta. Es más, no
sería de extrañar que, más allá del futuro mediato o inmediato, de tales
movimientos, de ellos puede salir la
fuente de inspiración para las izquierdas políticas. Ahi puede estar el germen
que rompa la auto referencialidad de la política de izquierdas.
El problema es que la izquierda no leyó
adecuadamente lo que planteaban los movimientos regeneracionistas de los indignados. La izquierda pensó que aquellos claros clarines
iban solamente contra la derecha y que, por tanto, ella no era la destinataria.
En definitiva, es exigible que el profesor Manuel
Castells recupere, para el caso que nos ocupa, el buen ojo clínico que tiene
para otras importantes cuestiones. Porque la diferencia entre desaparición y
profunda crisis no es una cuestión de pejiguería semántica.
2 comentarios:
Vamos a ver...No ha desaparecido como en caricatura dice Manuel Castells, pero anda debajo las piedras...¿O no?
Y no hablo de tomas del palacio de Invierno, sino de algo tan de parvulario (excelso parvulario!!!!) de "libertad, igualdad y fraternidad".
Ens entenem?
Estoy por la recuperación de la Ilustración y de las Revoluciones Americana y Francesa para poner en pie el individuo-ciudadano.
Y luego, con ese valor consolidadoi en el corazón, la mente y los c..., de la gente, hacer el resto.
¿Me explico?
Vamos a ver...No ha desaparecido como en caricatura dice Manuel Castells, pero anda debajo las piedras...¿O no?
Y no hablo de tomas del palacio de Invierno, sino de algo tan de parvulario (excelso parvulario!!!!) de "libertad, igualdad y fraternidad".
Ens entenem?
Estoy por la recuperación de la Ilustración y de las Revoluciones Americana y Francesa para poner en pie el individuo-ciudadano.
Y luego, con ese valor consolidadoi en el corazón, la mente y los c..., de la gente, hacer el resto.
¿Me explico?
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