Isidor Boix
Así es como me siento y
parece que lo que está pasando obliga a afirmarlo. Quiero
empezar manifestando, querido José Luis, mi positiva
sorpresa no sólo por tu blog y lo en él manifestando al respecto,
sino por lo
expresado,
en un ámbito menos público, por amigos catalanes de
izquierdas con un talante claramente catalanista, pero que después de
este 11 de septiembre de 2012 sienten la necesidad de expresar su distancia de
un fundamentalismo que parece extenderse, o de legítimos
sentimientos manipulados o capitalizados por
CiU.
Las dos guerras
mundiales, las crisis de los Balcanes, la Liga Norte de Italia, las extremas
derechas de Francia, Holanda, Austria,
Finlandia, …, ETA más cerca, son
expresiones
del
superior
valor que sectores de los pueblos afectados parecen atribuir a los
colores de un trozo de tela convertido
en bandera,
que a la
vida de una
o de miles de personas, o a los idiomas más
como instrumento de confrontación que de comunicación.
Entristece viendo como
se desprecia o menosprecia
al
diferente, nacido en otros puntos de España, o en otro país, al de distinto
color y/o religión, al que incluso se le atribuye
la responsabilidad de nuestros males individuales o colectivos. Una fácil
solución que estimulan precisamente algunos de los responsables de estos males o
de la incapacidad para hacerles frente colectiva y solidariamente.
Y todo ello en el mismo
momento de las dramáticas manifestaciones del fundamentalismo islámico en
la
supuesta
defensa de
sus respetables mesías,
religión y
tradiciones, que dicen agredidos por un video
o unas caricaturas. O de las masivas manifestaciones en China, no en defensa de
las libertades del pueblo chino, sino de unos islotes como nuestro Perejil,
agrediendo a los símbolos del pueblo nipón y a ciudadanos y empresas niponas en
suelo chino. En definitiva, de nuevo los fundamentalismos como cortinas de humo
que ocultan muy serios problemas individuales y
colectivos de los pueblos.
Y como de sentimientos
se trata, me permito referirme a los que me llevan a estas reflexiones y
actitud. Son resultado supongo de
la formación recibida de mis padres, de las escuelas y de la vida, entre
ellas de lo
vivido en los distintos puntos de
España
en que he
residido, Barcelona y Madrid
principalmente, pasando por
París y
Leipzig. Y de lo que creo haber
aprendido en mi trabajo sindical que me puso en relación directa, sobre todo desde
1970, con
trabajadores de numerosas empresas,
primero de Cataluña, después de España, y más recientemente de países del Este y
del Oeste, del Sur y del Norte, de nuestro mundo cada
vez más pequeño, más global.
Habiendo comprobado la existencia
de intereses corporativos de país y las dificultades para la síntesis solidaria
de los mismos en ámbitos más amplios, como debería ser,
como
es, la
responsabilidad de las organizaciones sindicales supranacionales, entristece ver
como algunas de nuestras organizaciones sindicales parecen estar reduciendo el
ámbito de la solidaridad, y por tanto de la
acción sindical y de la negociación colectiva, a parcelas más
reducidas, contribuyendo a alimentar las cortinas de humo a que antes me
refería.
Querido José Luis, sólo
quería dejar constancia de mi posición en confusos momentos como los actuales
acogiéndome a tu blog, un tan interesante espacio de intercambio de ideas y de
reflexión.
Nota del Editor. Aquí se encuentra todo el debate.
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CONVERSACION SOBRE CATALUNYA
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CONVERSACIÓN SOBRE CATALUNYA
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CONVERSACIÓN SOBRE CATALUNYA
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