«El escritor y enigmista Màrius Serra estaba sentado el
otro día en una terraza de la
Rambla , y escuchó casualmente cómo otro escritor, Ferran
Toutain, hablaba en la mesa vecina con una editora, en contra de la
independencia. Serra se hizo un selfie en el que aparece al fondo la pareja que
conversa, y tuiteó las opiniones expresadas por Toutain, la foto y algún
comentario de condena de las posiciones “anticatalanas”». La noticia nos la da
Paco Rodríguez de Lecea con otros adobos más en OTRA CATALUÑA.
Pasado un
ratico alguien debió decirle a ese fifiriche que justificara su selfi o algo
por el estilo. Y como es normal en estos casos, el asunto se cierra pidiendo
perdón. Algo que ya es irritantemente reiterativo.
Alguien
podrá justificar la actitud de ese Serra como la consecuencia de un acto espasmódico,
irreprimible de poner en circulación lo que ve y oye a su alrededor. Sin
embargo, mucho me temo, que este selfi no es otra cosa que la denuncia y la
advertencia de que un tal Ferran Toutain «no es de los nuestros». Y, siguiendo
la peculiar doctrina Romeva, «no es un demócrata».
¿Qué les
lleva a Serra y Romeva a ser dos soplones? ¿Acabarán esos acusicas formando un
somatén? ¿Acabará siendo legal esta actitud de los acusadores populares?
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