jueves, 18 de junio de 2015

Cataluña o la guerra de las barretinas



Ya lo saben ustedes: el viejo matrimonio se ha roto. En todo caso, falta el formalismo de que Artur Mas devuelva el rosario de la madre de Duran i Lleida. La pareja se ha roto formalmente por arriba que es como acostumbran a partirse las formaciones políticas. Digo formalmente porque desde hace lustros las costuras renqueaban por arriba, por abajo y por en medio. Se ha roto porque este matrimonio de conveniencia –a saber, Convergencia i Unió--  nunca tuvo un proyecto: era el resultado de un zurcido de retales diversos que, gradualmente, se fueron haciendo antagónicos. Primera consideración: las dos principales fuerzas políticas del panorama catalán (CiU y los socialistas) hace tiempo que entraron en una convulsión espasmódica.

La crisis de CiU es un dato importante. Pero hay algo que tiene todavía más envergadura: la crisis del sistema de partidos de Cataluña que ha venido aumentando tras la puesta en marcha del famoso procés  hacia la independencia que en apariencia lidera Artur Mas. Que ha llevado a Cataluña a un tremendo descosido social y político. La mayoría de las fuerzas políticas han entrado en crisis: unas, abruptamente; otras, por goteo; y el resto en estado de latencia. Y en lo atinente a un proyecto de país cada una por su lado y, cual nueva guerra de barretinas, todos contra todos. Entre paréntesis: ciertos abrazos del oso no dejan de ser chicoleos para simular una inexistente unidad.

Segunda consideración: Artur Mas ha fracasado estrepitosamente. Porque hoy Cataluña está desjarretada en su propio seno y sin ninguna influencia en el resto de España.  Ha perdido cohesión social e influencia más allá del Ebro. El gran argumento es la sistemática agresión desde Madrit. Pero, desde Giuseppe Di Vittorio sabemos que nuestro tanto por ciento de responsabilidad en las cosas (el genuinamente propio)  se convierte en nuestro cien por cien.


En definitiva, todo esto sucede cuando no se hace política sino propaganda.  De manera que no estamos, a mi entender, ante un equilibrio inestable sino ante un desequilibrio estable.   

3 comentarios:

Tot Barcelona dijo...

No estoy de acuerdo en una parte del escrito.
Lo que no puede ser normal es que el rey del Palace con 4.029 socios "donin per el sac a cuasi set milions de persones".
4.029 adeptos que son los de la lista de socios de su club (Uniò).
Los de aquí: Convenientes, sociolistos, esquerra domesticados, tontos del zapato, eco-bio-bing-pseucomunistas...(y los que nos hemos muerto por el camino PC, PORE, PSUC, PRFS..) hemos dejado que se pudriera lo ganado con el sudor de muchos.
Pujol defenestró a Roca para poner a su hijo Oriol mientras ponía en la rama a Mas para aguantar. Mas le salió díscolo y el Oriol ladrón como su padre.
Y ahora ha de bailar con la derecha, si..DERECHA de Junqueras (ya verá ud. como se sabrá que el tipo se codea con lo más granado del clero romano dentro de la biblioteca del Vaticano ).
Y todo por el poder, porque les importa un pepino la independencia de Catalunya, passan un ou, de veritat...
No hay más resultado que un federalismo (Maragall avi, dixit) que es el resultado que se habría de buscar. Todo lo demás es demencial.
Salut












Pepe Luis López Bulla dijo...

Pero usted no ha dicho en qué parte del escrito está en desacuerdo. ¿Lo podemos saber?

Tot Barcelona dijo...

Tiene ud. razón. Mil perdones porque sólo he explicado lo mío.
Con esta parte : "Se ha roto porque este matrimonio de conveniencia –a saber, Convergencia i Unió-- nunca tuvo un proyecto..." Yo creo que si , que lo tuvo, y que no obró en un principio de mala fe (la demostración fue el Pacto de Toledo impulsado por Pujol que aglutinó todas las fuerzas, desde el Pc hasta el PP), pero que ese proyecto se truncó por la borrachera de poder del mismo Pujol...A eso me refería pero no lo aclaré.
Mil perdones.