Con
dos noticias tuvo que desayunarse hoy el diligente Quim Torra;
son de esas cosas desagradables que le recuerdan al pintoresco
presidente de la Generalitat que es un personaje –lo diremos sine ira et
studio-- ineficiente, y ahí lo dejamos de
momento. La primera viene del BBVA y la segunda procede del Cercle d´ Economia.
O sea, del mundo de la empresa.
1.---
El servicio de estudios del BBVA empeora la previsión del producto interior
bruto catalán: caerá un 12 % en este año y la recuperación del próximo año sólo
será un 7,4 %. Con un alarmante
incremento del desempleo. Lo más peliagudo es que estas previsiones se hicieron
antes de los recientes rebrotes de Lleida y diversas áreas del cinturón
metropolitano. Son datos inquietantes que no parecen afectar al gobierno
catalán. A ninguno de los dos lotes. Porque la actitud política de, por
ejemplo, ese Torra es mantener la bronca, la inestabilidad, abriendo la
posibilidad de convocar un nuevo referéndum.
2.---
El Cercle d´ Economia de tanto en tanto emite una declaración opinando sobre
los temas «de coyuntura». También en
esta ocasión. Palabras duras y exigentes, expuestas con elegancia, en lo atinente a Cataluña (1). «Durante los
últimos años Catalunya ha perdido tiempo y ambición», es el áspero diagnóstico.
Es digno de destacar la elíptica petición de elecciones autonómicas. Más
elegancia todavía: «El gobierno de la Generalitat que salga elegido en las
próximas elecciones al Parlament de Catalunya debe priorizar la recuperación
social y económica…».
Con
lo que llegamos a la siguiente conclusión: el Cercle tampoco confía en que este
gobierno de Torra, con su cenacho lleno de incontinencias, sea reformable y,
sobre todo, da a entender que es incapaz de hacer algo, por pequeño que sea, de utilidad. Lo único que puede hacer es empeorar todavía más. A cosica hecha.
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