jueves, 23 de julio de 2020

Distribución de los fondos de reconstrucción y autonomías




Todavía no ha llegado un chavo de Europa y ya están algunos a la greña por el reparto de la túnica sagrada. Por ejemplo, poco tiempo le ha faltado al diligente Quim Torra para reclamar «lo suyo» y lo que le quiere quitar a los demás. Tras lo cual, el activo García—Page increpa al catalán: «Solo piensas en lo tuyo». Que es una verdad tan maciza como que también el castellano-manchego sólo piensa en lo suyo. La España de las autonomías, dicho con Baroja, es ansí. Esta pugna es el anticipo de la zahúrda que vendrá después. Aquí, en estos aspectos, no habrá «cambio de rasante». Y por lo que respecta a Cataluña,  en puertas de elecciones, la pugna entre los eternamente irascibles  de Waterloo y los necesitados de ser considerados como una «bona persona» (léase Junqueras) será a ver quién pone más alto el listón del pagaré.

Es preciso ponerse de acuerdo en los criterios de la distribución de los fondos. He dicho «distribuir» y no «repartir» porque, aunque las fronteras de uno y otro término son muy difusas, me parece que políticamente distribuir es más ajustado que repartir. Al menos en esta ocasión.

Criterios. Que eviten, en lo posible, que la zahúrda sea lo menos corralera posible. Considero imprescindible que la distribución se haga en base a la situación real que la pandemia ha provocado en cada comunidad autónoma, porque el objetivo de estos fondos es finalista y tiene como objetivo la reconstrucción de lo destruido por la pandemia. Al grano: aquí no hay derechos históricos que llevarse a la boca. Esto, como diría Kipling, «es otra historia». Y sabiendo cómo nos las gastamos algunos diré que la distribución debe ser sobre la base de planes objetivos, de la misma manera que los Estados nacionales deberán hacer lo propio con el parné que reciben. Esto no es el maná.

Cuidaíco con lo que hacemos. No sea que, en estos asuntos tan delicados, nos llamen la atención los de Bruselas. No olviden que los frugales   –mal o bien llamados, ¿qué más da a estos efectos?--  nos vigilan.  


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