lunes, 13 de julio de 2020

Los resultados de ayer. Notas de urgencia




Ya conocen ustedes los resultados electorales de ayer. Dejo una primera interpretación de ellos a los maestros Enric Juliana y Andreu Claret en La Vanguardia y El Periódico de hoy. Aplico así una de las enseñanzas de Dante: «Así como el bachiller se prepara, y no habla hasta que el maestro propone la cuestión que debe defender…»,  Canto vigésimo cuarto, Paraíso. Un servidor, por mi parte, comentará algunas cuestiones, tal vez colaterales, de los resultados, concretamente su posible relación con las  vicisitudes del gobierno de Pedro Sánchez.   Ahora es lo que me interesa. Quien busque unas referencias a otros partidos ya puede cambiar de página.

Los resultados de Unidas Podemos en Galicia y País Vasco son calamitosos. Lo más dramático es su pérdida de condición parlamentaria; desde la cueva de Montesinos, horrible lugar extraparlamentario, será muy difícil hacer política. Un resultado de estas  características no le interesaba a Pedro Sánchez. No hay afeites en el mundo para maquillar tan adversos resultados. De hecho, Pablo Iglesias ha declarado que es «un fracaso sin paliativos». El problema ahora será qué método se escoge para explicar dicho fracaso. Sin duda los innumerables conflictos internos le han jugado una mala pasada. Tiene razón mi amigo Daniel Martín: «Un dato a tener en cuenta, los votantes de  UP no perdonan las desavenencias internas». «Un dato», pero ¿es el más decisivo? Entiendo que lo peor sería instalarse en una explicación única y decisiva. El drama que afrontarán ahora es evitar que, tras la derrota, se fabrique otra nueva división. 

Los socialistas han tenido unos resultados discretos. Pero sicológicamente han sufrido una humillación al ser sobrepasados por el BNG. Ni siquiera, según parece, recogen partes del desguace de Unidas Podemos. En plata: tampoco los resultados de los socialistas reportan sosiego y confianza al gobierno de coalición, aunque tienen como consuelo la hipótesis de que formarán parte del gobierno de Euskadi. De hecho, uno de los objetivos de estos comentarios es el siguiente: para determinados sectores del PSOE y Unidos Podemos sería tentador tirarse los platos a la cabeza los unos a los otros. Esto, ¡qué duda cabe!, forma parte de las acendradas tradiciones de las izquierdas de todos los hemisferios. Así pues, la sugerencia de este ejercicio de redacción es el siguiente: ¿por qué unos resultados tan menguados a dos formaciones políticas que son responsables, entre otras conquistas sociales, del ingreso mínimo vital? Una respuesta que es dura de pelar. Pero necesaria de encontrar una explicación, aunque sea aproximada.

El más interesado de encontrar esa incógnita es Unidas Podemos, porque es el sujeto más débil y, andando el tiempo, porque puede convertirse en un pecio. O en los últimos de Filipinas.  Iba a decir los últimos mohicanos, pero no quiero darle cuatro cuartos a los pregoneros de la cancel culture. O sea, a los ortodoxos del dogma que ellos mismos han inventado con cuatro chucherías del espíritu. 



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