El
reciente barómetro del CEO, de antes de la moción de censura, indica que Vox puede entrar en el
Parlament de Catalunya con 5 diputados. Más allá de si es real o no, al menos
indica una tendencia, que no aparece en la Torre del Homenaje de la democracia:
un mar de fondo que está en la calle. Lo que viene a cuento por nuestro
ejercicio de redacción, titulado ´Anatomía parcial de la moción de censura´.
Los comentarios de mi amigo Manuel Gómez Acosta -- natural, como yo, de Andaluña
y concretamente barcevillano, ingeniero industrial y reputado sindicalista en
los viejos tiempos-- amplía mi texto,
dando a sus atinadas reflexiones un alerta para quienes se contentan con los
análisis que describen lo que pasa solo en la planta noble del edificio e
ignoran lo que ocurre en la plaza pública. Dice Gómez Acosta:
«Han pasado 24 horas
de la moción de censura y después de una cierta reflexión y de
"escuchar" a las redes de agitación de la derecha y la extrema
derecha, me permito hacer una reflexión desde el algoritmo de la duda. Cierto
que VOX ha tenido una derrota parlamentaria, pero creo que puede haber ganado
la batalla política en el campo de la derecha
indignada. Existe mucha gente desorientada, cabreada y manipulada que ha
sentido que el PP los ha abandonado y no representa/lidera su cabreo. Los
partidos radicales como VOX en el campo de la derecha y otros en el terreno de
la izquierda no apuestan por las victorias parlamentarias sino por el griterío,
la calle, las redes sociales. Me temo que, al igual que Puigdemont, la apuesta
de VOX es por "el cuanto peor, mejor". Si no hubiera en los próximos
meses una cierta recuperación económica y se pudiera controlar la epidemia, el
"tsunami" del desapego con las instituciones irá "in
crescendo". Ojalá me equivocara. Solo queda un camino de esperanza la
llegada de los Fondos Europeos que sin duda exigirán el máximo consenso
institucional y posiblemente una ampliación del actual Gobierno de Coalición.
Como siempre solo es la opinión de un simpatizante del Gobierno de Coalición
progresista pero militante de la duda».
El
toque de atención de mi amigo es de suma importancia porque los datos que
tenemos del humus esa ultra derecha
indignada son muy escasos. Contamos con esa noción general que nos dan las
encuestas y sabemos los episodios, todavía esporádicos, de los comportamientos
violentos de los militantes del odio al otro. Pero no disponemos de una cartografía
completa de ese humus. De ahí que pueda parecer osada la formulación de Manolo
–«Vox ha ganado la batalla en el terreno de la derecha indignada»— pero tal provocación (pro--vocare quiere decir volver a llamar) es un potente, necesario
y sugerente toque de atención.
Post
scriptum.--- «Lo primero es antes», docet
don Venancio Sacristán.
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