domingo, 22 de enero de 2023

Cría cuervos que te sacarán los ojos


(Calella de Paco Mias, 14 de Enero de  2021


El independentismo catalán, así el militante como el partidario del secesionismo al baño María, está intentando reavivar el rescoldo del fracaso del procés.  Los de Waterloo afirman rotundamente que ese movimiento sigue vivo y coleando; los de Esquerra sólo lo hacen con la boca pequeña para evitar que se les llame herejes. No importa que personalidades pata negra hayan dicho con voz robusta que «el procés se acabó», sin ir más lejos Jordi Sánchez que durante años fue uña y carne del hombre de Waterloo.

Hace años que inició su parábola descendente, pasó de ser intimidante a algo irrelevante. Se convirtió en algo rutinariamente inane, nombrado como spot publicitario para que el ánimo no decayese. ERC no puede evitar seguirle la corriente a los de Waterloo.  Teme la maldición de sus antepasados, la ira de sus propias bases pueblerinas, la desafección de sus eruditos a la violeta y el desprecio de los excursionistas de Waterloo.

Y eso que ERC tiene un momento interesante para gobernar: sigue pendiente la aprobación de los presupuestos  de la Generalitat, ahí está la nueva situación económica y de perspectivas que tiene Barcelona y, no a muy largo plazo, la conexión Barcelona con Marsella. Apenas si importa: de lo que se trata es de mantener a la feligresía en la nube de la continuidad del procés, que –dicho desde el partido que gobierna en Cataluña--  adquiere más absurdo todavía.

Lo rocambolesco de asunto es que, mientras Aragonés García saluda a las autoridades francesas y españolas, don Oriol Jonqueras es violentamente expulsado de la manifestación contra dicha cumbre, convocada y dirigida por los de Waterloo y sus campanarios.  Cría cuervos que te sacarán los ojos.       

domingo, 15 de enero de 2023

Vuelve la confusión en ERC


 

Cuando hace unos meses dejé de escribir todavía Esquerra Republicana de Catalunya seguía siendo el partido más confuso de Europa. Cierto, desde que ocupó la presidencia de la Generalitat moderó su gesticulación, llegó a acuerdos con el gobierno de Pedro Sánchez y hasta Gabriel Rufián estrenó traje y corbata. El giro de ERC fue valorado, con sobrada razón, como muy positivo y su contribución a la vida parlamentaria insinuaba una cesura en la política española. No le fue fácil porque, de un lado, el hombre de Waterloo les vigilaba y azuzaba, y, de otro lado, la política de responsabilidad no acaba de cuajar plenamente en las bases del partido.   

Durante estos días, en que la confusión estaba en barbecho, vuelve a aflorar un buen cacho de la ERC tradicional. Y lo peor de todo es que recupera aquel seguidismo hacia el gen convergente, ahora en manos del hombre de Waterloo.

Este es el motivo de la afloración de la confusión entre los de ERC: los nostálgicos del procés han convocado una manifestación en Barcelona para el día 19 contra la presencia de los gobiernos español y francés, que firmarán un tratado de Amistad y Cooperación Reforzada. Los de ERC han considerado participar en dicho acto. Pero el presidente Aragonés i Garcia intervendrá protocolariamente en dicha conferencia: nadando y guardando la ropa.

ERC parece olvidar que Francia tiene más comercio con España que con la China ná y España tiene más comercio con Francia que con toda América, desde arriba hasta abajo del todo. Así que es de clavo pasado la importancia de este encuentro. Con todo, nadie parece preocuparse lo más mínimo: el independentismo militante y el secesionismo confuso han perdido algo esencial: ya no intimidan. Pero, eso sí, provocan una desconfianza no solo hacia ellos, sino a toda Cataluña. Porque ahora el problema ya no es el independentismo en tanto que tal sino los gamberretes del gobierno –del gobiernillo— que juegan a abstemios y borraachuzos simultáneamente.