miércoles, 30 de septiembre de 2020

El testamento de Torra


 

Ha finalizado el «trienio caótico». Ahora comienza algo que no sabemos qué es. Quien fuera el capataz del caos, Quim Torra, ha dejado de ser lo que era, aunque somos muchos los que ignoramos qué hacía exactamente. De momento tenemos dos elementos que podrían indiciar las próximas semanas: el testamento de Torra y la estética que han negociado los partidos que conforman el gobierno catalán.

Torra en su última comparecencia en el Palau de sant Jaume –pocos minutos después de que hablara el Tribunal Supremo--  ha recuperado la calenturienta fantasía de Artur Mas de hace cinco años: las elecciones plebiscitarias. Aquellas elecciones, dijo el sedicente audaz, deberían ser «un  plebiscito por la independencia». Fiasco o gatillazo, como ustedes prefieran. Lógicamente el independentismo, ya post post convergente, se negó a sacar conclusiones: la culpa del fracaso era del maestro armero, una figura legendaria que sirve para tapar agujeros.

Torra –que, económicamente, tendrá un buen pasar a partir de ahora, disculpen la intromisión en su vida privada--  ha llamado a quien quiera oírle al «plebiscito» en las próximas elecciones. De momento se dirige al nuevo partido –de estampa waterlooiana— para que no olvide las esencias milenaristas, y también está mirando al independentismo movimientista, quizá señalándole que él, Quim Torra, está disponible para la que sea menester. Les está diciendo «yo no soy un político, soy como vosotros».

La primera reacción ha sido de Esquerra Republicana de Catalunya.  Educadamente le ha respondido que ni hablar del peluquín.

Cambio de tercio.

Aquel inquietante Miguel de Unamuno le espetó en cierta ocasión a Joan Maragall: «A ustedes les pierde la estética».  La austeridad del autor de San Manuel Bueno frente a la explosión de los colores mediterráneos. Con todo, hay que reconocer que, cuando los colores compiten desaforadamente entre sí, se corre el riesgo de hacer el pazguato. De ahí que cuando el amarillo azafranado (Waterloo) compite con el amarillo oscuro (ERC) la estética resultante es, a veces, un sainerpento, vale decir, mitad sainete, mitad esperpento.

Es decir, los de Waterloo han negociado con los de Junqueras el reparto de la túnica sagrada hasta la celebración de las elecciones, tal vez en febrero próximo. La estética: el vicepresidente no será el presidente en funciones, sino el contramaestre; en todo caso, no podrá utilizar –por respeto-- el despacho de Torra que, a su vez, no usó el de Puigdemont. (Todavía me acuerdo de cuando, siendo yo niño chico, en la Vega de Granada las mozuelas «guardaban la ausencia» del novio cuando éste se iba a ´servir al rey´).

En definitiva, después de Torra viene lo que nunca se fue: el simbolismo y la estética.  

 

Post scriptum.--- Hay quien afirma que π, pi,  es el número más importante de la geometría. Nada que objetar. Ahora bien, en política y en las cosas de la vida «lo primero es antes». Lo de la geometría lo dijo Euler; lo otro, nada menos que don Venancio Sacristán. Basilea y Chinchón hermanados.  

martes, 29 de septiembre de 2020

El «trienio caótico» de Quim Torra


 Quim Torra ya está en la calle, como quien dice a la intemperie. Este hombre ha mantenido los usos y costumbres de sus predecesores nacionalistas en lo que atañe a sus relaciones con los tribunales de Justicia. A todos ellos ha superado en grotesquez. En todo caso, lo más llamativo de su ´gestión´ institucional es la consolidación del camino de Cataluña hacia la decadencia. Todo un record. Ha acabado ya el «trienio caótico».

De hecho, como decíamos ayer tras conocerse la inhabilitación, el independentismo político ha respirado con alivio. Lo que no podían hacer ellos lo ha hecho el Tribunal Supremo. Con todo, harán los marramiaus correspondientes para no infundir sospechas de agradecimiento. Son curiosidades de los artificios de la política, y más en concreto de ese mundo simultáneamente cóncavo y convexo que es Cataluña desde hace algunos, años. Ahora toca que se convoquen elecciones.

Con toda, esas curiosidades catalanas podrían llevarnos a la conclusión de que si no se convocan los comicios prácticamente nadie notaría diferencias con el periodo de Torra como sedicente gobernante. Tal ha sido la naturaleza de este «trienio caótico». Pero –sed lex dura lex-- hay que convocar las elecciones. Fundamentalmente para escarbar la posibilidad de: primero, rebajar la presión de la olla; segundo, impedir que siga adelante el camino a la decadencia.

1.---  Política cuántica en el independentismo: de un lado, apariencias de relaciones versallescas en el govern, tragando quina; de otro lado, irán a degüello en la plaza pública. Simultáneamente. Destacamos lo siguiente: la flojedad de esfínteres de Esquerra Republicana de Catalunya que le impide dar esencia, presencia y potencia al cargo de presidente interino. El joven Pere Aragonès –se ignora si registró en algún lugar el cambio en la orientación de la tilde de su apellido--  voluntariamente se mantendrá como presidente administrativo. Lo que, por una parte, interesa a los de Waterloo y, por otra, conviene a Oriol Junqueras, que de esa manera no fortalece eternamente a su aparente número dos. O sea, si el joven Aragonès (37 años) es investido presidente de la Generalitat esto dificulta que Junqueras (51 años), cuando acabe su inhabilitación, pueda acceder al cargo. Nuevamente son los artificios de la política cóncavo—convexa de Cataluña.

2.--- Explica Isidor Boix con pedagógica claridad que: «En estas elecciones autonómicas catalanas los partidos de la coalición de gobierno de España van evidentemente a competir entre sí, con un espacio de voto en disputa directa, lo que podría llevar a la idea, errónea en mi opinión, de que lo esencial ahora sería establecer y explicar en qué se diferencian y, por ello, no sería posible lo que ahora sugiero. Creo que se trataría de una reflexión que abordaría sólo parcialmente lo que ahora se dirime, y quizás no lo esencial de lo que ahora se dirime. Primero porque mientras compiten en Catalunya siguen gobernando conjuntamente en España. Pero, sobre todo, porque su actual proyecto común español debe tener una concreta traducción en Catalunya, es decir en el proyecto de acción política y de propuesta de gobierno catalán a proponer a la ciudadanía, complementariamente a las particulares y autónomas iniciativas de cada una». Más claro es imposible. Es la experiencia acumulada de un activo y vivaz joven octogenario. Lo dice hoy mismo en su blog.

En concreto, si los partidos que gobiernan en España actúan en Cataluña marcando paquete desconsideradamente –esto es, haciendo exhibición de «mors tua vita mea»--  uno de los dos podría pegarse un calimonazo contra la pared. 

Otro ´viejo´ --también setentayochista masa madre— ha dejado escrito  algo que abunda en lo manifestado por Isidor Boix: «En este momento justo de tormenta perfecta de todas las crisis, viene a resultar que el empeño más constante de la política (de algunos políticos) se centra, no en la búsqueda conjunta de soluciones, sino en el empeño tozudo en significarse como parte particular insoslayable del problema». Lo dice en ´Punto y Contrapunto´ Paco Rodríguez de Lecea, y un servidor se lo hace venir para advertir a socialistas y comunes que estén por la labor.

(Este ejercicio de redacción está dedicado a mi amigo Jaume Puig, de santvincentiana natio, otro setentayochista masa madre) 

 

Post scriptum.--- El segundo axioma de Giuseppe Peano afirma que «Todo número natural  n  tiene un sucesor n*.» De acuerdo. Igualmente es válido el primer postulado de don Vicente Sacristán: «Lo primero es antes».


lunes, 28 de septiembre de 2020

Hasta nunca, Quim Torra


 

En algún sitio Ralph W. Emerson escribió que «una institución es la sombra alargada de un hombre». No estoy en condiciones de llevarle la contraria ni de lo contrario.  Pero si tuviera razón este intelectual norteamericano habría que convenir que esta Generalitat –no quiero problemas con nadie, he dicho ´esta´--  ha sido hasta el día de hoy la sombra alargada de Quim Torra –mitad moqueta, mitad barricada--, un personaje pintoresco,  fruto del dedazo del hombre de Waterloo. El Alto Tribunal lo ha puesto de patitas en la calle. Debo decir que se lo ganó a pulso.

Como era de esperar están lloviendo los pronunciamientos en contra desde el independentismo, y también –todo hay que decirlo--  de la santa hermandad de la equivocidad hemos oído lamentos en do menor; hasta Manuel Castells ha recuperado el acné sesentayochista y olvida que es ministro y que esto no es Nanterre.

Pero, no seremos nosotros quienes lo ocultemos, el independentismo político ha respirado; el Tribunal Supremo les ha quitado un problema de encima. Con esta decisión el independentismo intentará tapar la esperpéntica gestión del caballerete. Como es previsible pondrá en marcha todo el aparato que pueda. Estos tiempos –de cansancio ante la falta de resultados y, sobre todo, por los efectos de la pandemia— no son los más propicios para que el independentismo consiga el nivel de respuesta que, a su juicio y en teoría, merecería un ´ataque´ de esas dimensiones. También, porque la inminencia de las elecciones autonómicas requerirá que el independentismo quiera poner –así lo ha manifestado--  en primer plano su capacidad de gestión. De no hacerlo le daría cuatro cuartos al pregonero de los neo neo neo convergentes del Partido Nacionalista Catalá.

Los llamados comités de defensa de la república ya han empezado sus movilizaciones. Comoquiera que no atienden a razones de conveniencia política, y son refractarios a cualquier contingencia, sus movilizaciones se caracterizarán por la exasperación. Posiblemente renazca el ave fénix de aquel Tsunami, el independentismo divino, siempre y cuando el sinedrio de Waterloo conceda el placet. Y poco más. En todo esto hay una razón que es preciso que se desvele de una vez para siempre.

Quim Torra –mitad monje, mitad seglar— desde hace tiempo se ha convertido en un estorbo para el independentismo político. Su desgobierno y enfermizo narcisismo, rayano en la ridiculez, empezaban a crear no pocos problemas y, especialmente, estupor entre los sectores moderados del independentismo.  Y algo más: empezaba ya a querer romper el cordón umbilical con Waterloo. Más todavía, intentaba disputar martirologio al de Waterloo. Un cuestionamiento egocéntrico que le llevaba a competir en ´martirio´ con Lluis Companys. Así las cosas, Torra se creería el único presidente mártir, pata negra. Pues Companys era sólo un federalista, amigo de España y, encima, abogado defensor de sindicalistas.

Se ha cerrado una etapa, que ha sido estéril para Cataluña, y peor todavía de marcha hacia la decadencia. Una etapa grotesca.  Hoy ha empezado otro itinerario.

 

Post scriptum.--- Heisenberg demostró que la incertidumbre se definía así: ΔpΔx ≥ h; don Venancio Sacristán popularizó esta certeza: «Lo primero es antes».


Es urgente que la psiquiatría cure a Quim Torra


 

Quim Torra y las ciencias de la psiquiatría no se llevan bien. Es lo que me parece a mí. A este caballero –mitad monje, mitad seglar--  la realidad se le aparece, según le convenga,  con formas cóncavas o convexas. Un personaje pintorescamente singular que los días pares cree a pies juntillas que «som una República» y en los nones entiende que está a punto de tocar los cielos de la independencia catalana. Sin embargo, cuando su músculo duerme y la imaginación descansa, el tango --disfrazado de realidad-- le hace ver que ni lo uno ni lo otro: ni vive en la república catalana, ni está a punto de despegar rumbo al firmamento. Es lo que le ha ocurrido recientemente. Aunque no por ello nuestro hombre deja de desvariar.

Torra, entrevistado en campo propio, Vilaweb, sostiene que los «funcionarios representan un obstáculo porque personifican los límites del autogobierno y en ocasiones pueden ejercer la represión contra el secesionismo». Extravagante afirmación, que calla que, siguiendo su paralogismo, el primer límite sería él mismo como el primer representante del Estado en Cataluña. Más, el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, los interventores, la policía autonómica y no sabemos si también el Club Náutico de Mollerusa, en el caso --seguramente improbable incluso para Torra-- de que esta ciudad tuviera ventanas al Mediterráneo. Decididamente, incluso cuando Torra no vive en república ni vuela hacia el cielo yerra por los cuatro costados. Las ciencias de la psiquiatría tienen serias limitaciones para ver qué le pasa a este caballero y cómo sanar sus retro nostalgias.

¡Los Mossos, ah los Mossos…! Formalmente la joya de la melancolía del independentismo. Forman –dice—parte de esos límites, pues obedecen a los jueces. Y como ejemplo afirma con sancta simplicitas  que, cuando tuvieron que reprimir a los violentos manifestantes de la Plaza Urquinaona, lo hacían en función de esos límites. Extraños calostros políticos tomó este Quim Torra en los campamentos juveniles de verano.   

Permítaseme un desahogo a través de una anécdota personal. Hace años, estando en Granada, mis amigos santaferinos y yo nos fuimos a tomar unas cañas a Los Manueles, el antiguo templo de la gastronomía de la ciudad. En la barra se encontraba el afamado dibujante Yebra. Le saludo, hablamos. Me cuenta: «Los catalanes son mis mejores clientes, gente seria, formal. No tengo ninguna queja y eso que trabajo para ellos desde hace cuarenta años». Mi respuesta fue: «Maestro, así es. La inmensísima mayoría son así. Pero, sepa usted, que han aparecido unos cuantos ciezos, que empiezan a dar por culillo».  Yebra puso los ojos en forma de arcos ojivales, calló, me dio la mano y se marchó.

(El maestro Yebra en la foto)

 

Post scriptum.--- «Los números capicúa de cuatro cifras son, todos ellos, divisibles por 11» (Es la conjetura de Juan de Dios Calero). Nada que objetar. Y, menos todavía, al postulado de don Venancio Sacristán: «Lo primero es antes».


domingo, 27 de septiembre de 2020

Madrid, capital del Infierno


 

La gravísima situación sanitaria de Madrid es muy preocupante por las siguientes razones: primero, el dolor y sufrimiento que está provocando; segundo, el quebrantamiento económico de muchas familias,  pequeños negocios e industrias; y, tercero, la mala imagen de España que provoca y que, finalmente, también repercute de una u otra manera en el resto del país.  

Esta situación se ha agravado por la manifiesta incompetencia política y administrativa de sus gobernantes. La Díaz Ayuso es un tapón que  impide un cambio positivo –por insignificante que fuere--  en la evolución de la pandemia. Ahora bien, llueve sobre mojado: a la ineptitud del equipo gobernante (Partido Popular y Ciudadanos) se suma la endeblez de su estructura sanitaria pública –no hablamos de la excelente capacidad de los profesionales de la salud—empequeñecida por los anteriores gobiernos autonómicos de Gallardón, Aguirre, González y Cifuentes (los tres últimos con problemas con la Justicia) por la vía de las privatizaciones. Agredida por una política fiscal más que generosa para las clases habientes y pudientes que ha perjudicado ostensiblemente a los sectores populares más débiles. La Díaz Ayuso ha continuado esa línea y ha incrementado, además,  los desequilibrios económicos, sociales y territoriales con el resto de España. En suma, Madrid se ha convertido en un jardín fiscal.  Hoy por hoy es una behetría financiera en detrimento de otras regiones, limítrofes o lejanas a dicho sistema fiscal. «Madrid, capital de la Gloria», que cantó Rafael Alberti va camino de convertirse en la capital del Infierno.  Manel Pérez, subdirector de La Vanguardia, nos dice, hoy, cosas muy substanciosas en su artículo El doble desafío de Madrid (1) Con datos, sine ira et studio. Pero sin pelos en la lengua:

«Desde el 2011, Madrid ha ganado al menos 1.200 contribuyentes con riqueza superior a los 6 millones de euros y que, por la gracia de estar en su territorio, no pagan el impuesto que si abonan los que residen en las otras comunidades. Antiguos contribuyentes en sus comunidades de origen y que ahora no les pagan cerca de 2.000 millones. Ni a ellas ni a Madrid, gratis et amore. Por cierto, en la capital del Reino hay el doble de ciudadanos con patrimonios por encima de los 30 millones, por tanto, exentos, 406, frente a 202 en el resto de España».

1)           https://www.lavanguardia.com/economia/20200927/483693305515/madrid-ayuso-desafio-gobierno-estado-comunidad.html

 

Post scriptum.---  , lo dejó dicho aquel famoso Thales de Mileto. Sea. También don Venancio Sacristán enseñó que «Lo primero es antes». Thales, filósofo y matemático; Sacristán, metalúrgico, de Chinchón.

sábado, 26 de septiembre de 2020

Carlos Lesmes y el bidet de Weimar


 

Ya sólo nos faltaba que los dioses menores se creyesen con derecho a bula. Son los descendientes de Temis, hija de Urano y Gea, que en lo alto del Olimpo se ocupaba de las cosas de la Ley. Hoy tiene su franquicia en el Consejo General del Poder Judicial donde alguien vela, como responsable de la célula política Carl Schmitt, para que los actuales miembros de dicha institución se perpetúen en sus poltronas por los siglos de los siglos.

Carlos Lesmes sigue los usos y costumbres de aquel pícaro de vida regalada que fue José Carlos Dívar. Dichosa, pues, la rama que al tronco sale, decimos –por lo menos-- desde Parapanda hasta Izavieja.

Los dioses menores van a su descontrolada bola. No es la independencia del poder judicial lo que reclaman sino el uso de su jurisdicción para acaparar poder político. La célula Carl Schmitt decidió, tiempo hace, convertirse en mitad jueces y mitad políticos y, para ello, tocó la corneta a botasilla con el lema «España es la medida de todas las cosas». La España sempiterna desde Túbal hasta nuestros días. Como paso intermedio para ser definitivamente políticos e impartir  lo que ellos entiendan como justicia.

Se trata de una concepción que trasciende a las derechas, al menos las tradicionales. Las gesticulaciones de Pablo Casado, comparado con eso, se quedarían en cómicos jeribeques y los gargajos de Abascal en muecas de orate diplomado.

Oído cocina: procuren no achacarme que estoy hablando de una conspiración de los sujetos recién nombrados. Lo que estoy diciendo es que esas tres variables están en el mismo paradigma político—matemático. Con todo, la amalgama Lesmes – Casado --Vox nos puede llevar, si no nos espabilamos, no ya a la «bañera de Weimar», que refiere el maestro Enric Juliana, sino al bidet de Weimar. Grave es la cosa: téngase en cuenta que han confluido en el espacio—tiempo dos crisis reputacionales: la de la monarquía y la de los jueces.

El gobierno, en consecuencia, debe coger el microscopio y advertir de lo que parece ocurrir en las covachuelas de los señores con puñetas. Porque, tiempo ha que me pica la nariz, desde aquellos lugares se está provocando una perturbación del sistema de poderes en beneficio de las togas. El viejo Montesquieu  convertido en don Cristobica, el de los títeres lorquianos de Cachiporra.

Esto es parte de la herencia de aquel Rajoy que elevó a los altares del Olimpo a la división Aranzadi. Pero, ante todo y sobre todo, a la célula Carl Scmitt, que aprovechó las viejas enseñanzas de las «posibilidades legales y su combinación con las extralegales de lucha».  

 

Post scriptum.--  Debemos a don Albert que  E=mc². Y a don Venancio Sacristán que popularizara que «lo primero es antes». Que también vale para el Consejo General del Poder Judicial y el resto de las instituciones que tienen caducado su código de barras.

 


viernes, 25 de septiembre de 2020

Borboneo y ruptura de la separación de poderes.


 

Mal andamos. Empiezo a escamarme porque intuyo que podemos ir peor. Es mejor que me equivoque.

Veamos: el Gobierno no autoriza que Felipe Sexto acuda al encuentro de Barcelona donde se hace entrega de los despachos de la promoción de jueces. La derecha organiza el alboroto. El presidente del Consejo General del Poder Judicial pone el grito en el cielo. Carlos Lesmes extremadamente imprudente, manifiesta el «enorme pesar» de la institución ante la ausencia del Rey. No hace falta ser excesivamente avispado para entender que ha montado un tole tole contra el Gobierno. Peor todavía, «el propio Lesmes  ha comunicado a los integrantes de la última promoción de la Carrera Judicial durante un encuentro que ha mantenido con ellos que el Rey le telefoneó para  comunicarle que le “hubiese gustado” acompañarle en dicho el acto».  Es una información de  Europa Press. Estos son los datos.

No se trata de una simple pérdida de papeles. Aquí hay marro. Si Lesmes comunica la llamada del Rey y sus contenidos parece claro que tiene la autorización expresa del monarca para hacerlo. Lo cual tiene la peor pinta del mundo. El Rey se ha lanzado desparpajadamente al borboneo, interfiriendo en la Constitución y Lesmes, que habla en nombre de un colectivo cadavérico en sus funciones, violenta la separación de poderes.  O hay una rectificación pública del sexto Felipe --«lo siento, no volverá a suceder»-- o las cosas pueden irle rematadamente mal.

 

Post sriptum.--- «Lo primero es antes», don Felipe. Lo dice don Venancio Sacristán.

 


Quim Torra, Casado y Ayuso: tres iguales para hoy


No han sido pocas las veces que hemos hablado en estas páginas de la ineptitud de ciertos políticos y, muy concretamente, de personas de inepcia homologada: Pablo Casado, Isabel Díaz Ayuso y Quim Torra. Estos dos últimos con mando en plaza, esperemos que por poco tiempo; el primero, aspirante a ser el premier, deseándole que no lo sea nunca. Un trio de probada incompetencia. Ciertas personas caritativas o indocumentadas les atribuyen ideología a este trío singular. Por supuesto, son de derechas, de una derecha rancia  y, los tres, furibundamente nacionalistas: Ida, la señora desorden, y Casado, de la derecha carpetovetónica; Torra, el presidente--caos, de la derecha mediterránea. Tres personajes, que parecen tolerar la democracia en clave de fastidio. Hay más de esa especia en España. Pero posiblemente no tan bien repartidos estratégicamente. Con ellos nos ha caído una plaga.

Comparten dos rasgos preocupantes: uno, el cursus honorum del trío ha sido vertiginoso, en menos que canta el gallo mañanero han pasado de la nada a los más altos puestos del escalafón de la política; otro, y –como consecuencia de lo anterior--  no han gestionado absolutamente nada, porque ni siquiera les ha dado tiempo. Y ahí los tenemos: Ida y Torra al frente de los asuntos políticos de las dos comunidades autónomas más importantes de España; Casado a la espera de que una conjunción astral le aúpe a donde tanto desea.

Tres indocumentados y ayunos en gestión en puestos de alta responsabilidad. En un país azotado por una descomunal pandemia. Pero, eso sí, ineptos, indocumentados, precarios en la gestión –desperfectos que no prescriben ni son susceptibles de ser indultados-- pero con el olfato clasista suficiente de poner en manos de la privada importantes áreas de la sanidad con millonarios contratos en aparente lucha contra la pandemia.   

 

Post scriptum.--- Pierre de Fermat propuso que  xn+yn = zn. No lo discuto, y menos todavía que «Lo primero es antes», como decía don Venancio Sacristán. 

jueves, 24 de septiembre de 2020

«Cojones y españolía»


Hipótesis: alguien pensó que se necesitaba un golpe de efecto lo suficientemente potente para tapar la desafortunada estética de la Cumbre de las Banderas. Y, de repente, aparece la cuestión del indulto para los políticos presos independentistas. Fin de la hipótesis. Abajo el telón.  

La ciudadanía, según parece, pone los ojos como acentos circunflejos, los independentistas dicen que sólo les vale la amnistía y las derechas de secano y orinal ponen el grito en el cielo. Sorprendido también un analista de El País tira de guión académico y se pregunta que «por qué y para qué».  Este blog no va a mirar para otra parte y tomará partido.

Con la misma claridad y contundencia que nos hemos confrontado y con idéntica frialdad con que hemos recibido los eructos de los independentistas, mostramos nuestro acuerdo en que, tras la tramitación burocrática de los respectivos expedientes, se conceda el indulto. Es necesario –nos parece— para que la olla baje grados en su permanente presión. Se necesita para ofrecer al independentismo una salida airosa a su situación de derrotados y divididos. Es conveniente, además, para que el gobierno –tras una holgada aprobación de las cuentas públicas— gestione los fondos europeos contra los efectos de la pandemia y, así las cosas, mantenga el curso, ya iniciado, de nuevos derechos de ciudadanía social. «París bien vale una misa», dicen que clamó el cuarto Enrique.

Lo contrario ya ha sido ensayado: fracasó la División Aranzadi y el don tancredismo de Rajoy. El gobierno de Pedro Sánchez, tras los lógicos meandros, parece afrontar la situación con realismo. La derecha, por su parte, mantendrá su campamento allá arriba, en el monte. Será fiel a las enseñanzas de aquel militarote que tenía miedo de la emasculación de ´lo español´. De él se rió el delantero centro Pahiño, héroe de los niños chicos de la Vega de Granada.

Fue Pahíño un afamado delantero centro del Real Madrid y cuando posteriormente fichó por el Granada CF nosotros decíamos que era mejor que Zarra y Kubala.  Pues bien, en los minutos previos a su debut con la selección nacional en Suiza (1948), el jefe de la expedición, el general Gómez Zamalloa, irrumpió en el vestuario para lanzar una arenga y dejar una sentencia que definió durante décadas al deporte español: “¡Y ahora, señores, cojones y españolía!”. Reirse del mílite –y leer a Dostoievski— le costó a Pahiño no ser convocado nunca más por  (la que todavía no se llamaba) “la roja”. Sólo cuando se abandonó la dudosa fuerza del escroto y se arrinconaron los suspiros de España, fuimos algo en el furbo.

 

Post scriptum.---  ´Pienso, luego existo´, vale. Pero «Lo primero es antes». Que decía don Venancio Sacristán.    


miércoles, 23 de septiembre de 2020

Madrid, la cumbre del bochorno o el poder de los jefes de gabinete


 

Hay quien atribuye a los dos jefes de gabinete el dibujo integral del encuentro Sánchez Ayuso. Es, para decirlo con la pompa del acto, la Cumbre de la Puerta del Sol. Y es que, según parece, esos dos caballeros tienen vara alta, vale decir, que mandan un montón. Mandan demasiado así en lo visible como en la invisible.  Mucho se ha dicho, en las últimas veinticuatro horas acerca del dibujo del acto: ostentación desmesurada y barroquismo decadente. Solo faltó la banda de cornetas y tambores. Boato de bodorrio pueblerino.

En mi caso, entiendo que se ha tratado de un dibujo bochornoso: no están los tiempos para estas alharacas y figuroneos propios de nuevos ricos. Un dibujo que no tenía ningún tipo de conexión sentimental con el sufrimiento de decenas y decenas de miles de personas en Madrid, en toda España. Los jefes de gabinete –el enigmático Iván Redondo y el chocarrero  Miguel Ángel Rodríguez-- no cayeron en ese detalle. Es decir, que el  encuentro tuviera un decorado austero y no ese péplum a lo Vittorio Cottafavi.

     Los jefes de gabinete son unos personajes realmente chocantes y, por lo que sabemos de estos dos, la cosa podría ser inquietante. En esta ocasión han demostrado que se acercan un tanto a la desvergüenza: organizar ese jolgorio, disfrazado de protocolo para no infundir sospechas, me escandaliza estética, moral y políticamente. Ahora bien, los jefes de gabinete, exportados de la vida política norteamericana, son así porque han recibido  el encargo de que sean de esa manera: mitad validos, mitad secretarios.

     Así, pues, no les echemos la culpa a estos dos autores del dibujo. Ellos son unos mandaos. Unos mandaos de lujo, por supuesto. En este caso son inimputables. Y en el caso de que tuvieran alguna responsabilidad, esta prescribió a las dos horas. Sánchez y Ayuso deben asumir la responsabilidad de este bochorno.

     Aclaremos las cosas, por si las moscas: entiendo que era necesario un encuentro entre Sánchez, que hace juegos malabares y Díaz Ayuso, de la que no se sabe «de dónde saca / pa tanto como destaca». Más todavía, que se hiciera en la sede de la presidencia de la Comunidad de Madrid era un gesto de relevancia política. Verse las caras era, pues, importante políticamente; hacerlo de la manera que lo han hecho me parece un inútil atracón de la españolía más zarzuelera. Agua, azucarillos y aguardiente.

Añado con la cabeza más serena: este blog continuará defendiendo laicamente al gobierno progresista y al mismo tiempo mostrará su disconformidad con aquello que choque contra nuestro paladar.

 

Post scriptum.--- Hemos recibido de un grupo de estudiantes de lengua castellana de Alma Ata este comentario: «Nos parece que el apotegma de don Venancio Sacristán --´Lo primero es antes´-- tiene profundas raíces de la filosofía oriental». Pasamos a dar conocimiento de ello a pepe.sacristan@talia.com