Tengo
la impresión que la foto con Úrsula von der Leyen
no le ha salido gratis a Pablo
Casado. Este caballero fue a Bruselas a llorarle en el hombro a la
presidenta de la Comisión Europea, a chivarse
de los estropicios del gobierno bolivariano
español. Doña Úrsula tenía en su portafolio el ´toque de atención´ que le
habían dado al gobierno español por el asunto del Consejo General del Poder
Judicial. Un toque chocante, toda vez
que no es el gobierno quien ha presentado el proyecto de ley para la renovación
del CGPJ sino dos grupos parlamentarios. Que apoyen ambos grupos al gobierno
es, para este caso, totalmente irrelevante. Doña Úrsula tenía esa nota en su
portafolio. Por lo que, por varias razones, tenía que compensar –casi
obligatoriamente— con una fuerte sugerencia a Pablo Casado. Oiga, vendría a
decir la von der Leyen, deje de ser el tapón del botellón y negocie de una vez.
Es
más, me juego lo que sea a que desde la Unión Europea se ha hecho saber a Pedro Sánchez que ese toque también se le ha dado a
Casado. La Unión Europea no puede ir más allá con España por dos razones:
primera, porque no tiene motivo alguno para opinar sobre la actividad de dos
grupos parlamentarios españoles; segunda, porque España está jugando un
importante papel diplomático intentando suavizar el nuevo litigio entre Francia
y Alemania con motivo de las tensiones en el Mediterráneo oriental, léase
Grecia y Turquía.
Lo
dicho, Pablo Casado también ha recibido su toque. Porque ha pasado de negarse
en redondo a negociar la renovación de diversos institutos (entre ellos el
CGPJ) a pactar con condiciones. Es un paso minúsculo, un movimiento casi
imperceptible, pero se ha movido. Digámoslo sin perifollos: se ha movido
rematadamente mal y con una exigencia inaceptable. Lo ha hecho planteando un
veto: que Unidas Podemos esté excluido de todo
acuerdo. Las meninges de Casado no funcionan. Y lo peor que tiene es que
calienta las braguetas emocionales de sus seguidores. Abro paréntesis: Casado
es un auténtico experto en provocar descalabros. Lo cierro.
Me
reafirmo en lo dicho: Pedro Sánchez no puede aceptar ese veto, y me juego lo
que sea a que no lo hará. Pero, desde Unidas Podemos, podría venir una solución
que hiciera posible las negociaciones. Una solución, digo, al estilo del
inteligente movimiento táctico que hizo Manuel Valls y del que salió elegida alcaldesa de
Barcelona, la señora Colau. Una solución que
sería fruto de haber aprobado el curso de primero de Palmiro
Togliatti.
En
resumidas cuentas, hay que bajar la presión de esta olla. La imaginación
política de Pablo Iglesias es decisiva para
reducir a naíca de ná la estrategia
de la confrontación del Partido
Popular, que es lo único de que dispone. Y, de ahí, su impotencia.
Post
scriptum.--- Louis Joseph Gay—Lusac dejó dicho
que «la presión de
un volumen fijo de un gas, es directamente proporcional a su temperatura». Así es. Y don Venancio
Sacristán, mecánico ajustador y filósofo post socrático, enseñaba coram populo: «Lo primero es antes».
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