martes, 31 de diciembre de 2019

El precio de la investidura




1.--- Todo indica que finalmente ERC facilitará con su abstención la investidura de Pedro Sánchez. Han sido necesarias concesiones no irrelevantes por parte del PSOE para llegar a un acuerdo. Ahora bien, entre dichas concesiones no figura el caso de Oriol Junqueras, a pesar de la ordalía que las derechas de secano y orinal han puesto en marcha. Se miente a cosica hecha cuando se dice que la postura de la Abogacía del Estado favorable a que Junqueras salga de la prisión para ejercer como eurodiputado, es una concesión --«traición dicen los de Casado, confundiendo esta situación con la venganza de don Mendo— a Esquerra Republicana de Catalunya. Lisa y llanamente la Abogacía asume el contenido del fallo del Tribunal de Justicia de la Unión Europea. La inverecundia de las tres derechas contra la Abogacía del Estado es, en plena concordancia, un ataque al Tribunal Europeo. 

Las otras concesiones del quid pro quo PSOE y ERC se refieren a asuntos –ciertamente importantes, sin duda— pero que están referidos a cuestiones que determinados sectores de la política consideran innegociables sin más fundamento que «porque sí», porque me sale de los juanetes. Por ejemplo, las cuestiones de bilateralidad y otras por el estilo. Hablando en plata: cuestiones gaseosas. O sea, se cede en lo gaseoso que, en todo caso para ERC tiene un valor granítico, para que ésta facilite que se ponga en marcha el acuerdo entre PSOE y Unidas Podemos que es todo un paquete de sólido anclaje con la condición asalariada, la cuestión fiscal, la lucha contra la crisis climática, los derechos civiles y la batalla contra la violencia de género, etc (1). Un acuerdo con el que, en opinión del siempre temperado Enric Juliana: «Se abre una oportunidad, quizá irrepetible, para enmendar los graves errores cometidos en España durante la última década», hoy en La Vanguardia.






2.--- Las derechas de diverso pelaje están poniendo el grito en el cielo por el acuerdo PSOE – UP. El argumento –más bien la excusa de mal pagador--  es que ese gobierno de «comunistas, separatistas y terroristas» pretende romper la unidad de España. Una vejancona antigua de aquellos entrañables tebeos de antaño decía admirativamente de su nieto: «Igualico, igualico que el defunto de su agüelico». He ahí el detalle: el genoma de las derechas de diverso pelaje viene de tiempos antiguos, manteniendo una personalidad inalterable: querer impedir a toda costa –por tierra, mar y aire--  cualquier intento por tímido que sea de avances materiales y sociales, culturales y políticos de lo que ellos consideran la chusma.

Estas derechas vienen del linaje de quienes persiguieron, primero, a los erasmistas y reformados; de los que encarcelaron y mandaron al exilio a los ilustrados y afrancesados; de los que persiguieron con saña los primeros movimientos obreros y jornaleros; de los que  –a lo largo y ancho de nuestra historia--  han gritado en público o han escrito clandestinamente «¡Viva la Libertad!»; de los que enviaron a las cárceles y a los pelotones de fusilamiento a miles de mujeres y hombres que defendieron la República contra el fascismo y, posteriormente en la noche franquista, no se doblegaron ante los correajes y los hisopos.

Es la derecha de la caverna. Que tolera en clave de fastidio las conquistas sociales alcanzadas desde 1977 y siempre dispuesta a demediarlas. Es la derecha de la taberna que lleva la cruz en el pecho y el diablo en los hechos. La España de caverna y taberna.

3.--- Era previsible que Waterloo y sus parroquianos pongan la proa al pacto entre el PSOE y Unidas Podemos. El pacto es política, que es cosa muy distinta de montar pollos. Porque así como de pan no sólo vive el hombre, en cambio Puigdemont sí vive de montar pollos.


1)                  Si quiere leer el documento, pulse aquí.



lunes, 30 de diciembre de 2019

Cataluña, nervios a troche y moche




Hasta ayer por la mañana el archipiélago político catalán era un saco de nervios, algunos de ellos muy subidos de tono. Por la noche en algunos sectores del independentismo milenarista apareció la epilepsia. Cataluña despide 2019 con la misma ebullición que ha mantenido durante todo el año.

La situación epiléptica se ha formado por una serie de capas superpuestas que son la expresión del itinerario político irredento de todo el independentismo. Pero que ha afectado más al de naturaleza mesiánica que se propaga desde Waterloo. Ahora, estando a la espera de que el grupo dirigente de ERC sancione el preacuerdo del partido con el PSOE para la investidura de Pedro Sánchez, los nervios de los post post post convergentes pueden alcanzar niveles de trastornos de pánico. El pacto abrirá una brecha más grande, si cabe, en el interior del independentismo; situará a Waterloo y sus franquicias como bronquistas de bareto vintage y a Puigdemont como pintoresco profeta desarmado.

Esta epilepsia en casa de los post post post convergentes se agudiza por la tensión entre Quim Torra y gran parte de ese extraño comistrajo institucional que es su partido. Porque, si se observa bien el tenor de los susurros, escasamente caritativos de sus aparentes fieles, lo que se más le achaca al presidente vicario no es tanto su congénita holgazanería sino su probada incompetencia política. Torra, nacido para liarla.

Los post post post convergentes tienen un problema de gran envergadura: si mantienen a Torra en el puente de mando, el partido se convierte en virutas; si lo quitan de en medio están reconociendo que su incompetencia le ha llevado a la inhabilitación y, por extensión, ha conducido al partido a otro cambio de nombre y domicilio.

En todo caso, asistiremos a una nueva versión de El Asombro de Damasco. Waterloo gesticulando como las derechas de secano y orinal españolas, hablando –unos y otros--  como el Manifiesto de los Persas. El posible nuevo gobierno es un peligro. 

domingo, 29 de diciembre de 2019

El inquietante y permanente déficit tecnológico español


España tiene pendiente una singular asignatura: la innovación tecnológica. Es cierto que algo se ha andado, pero los países avanzados han corrido más y podemos decir con desagrado que el déficit tecnológico sigue campando por sus respetos. Más todavía, en cada ejercicio presupuestario se deja sin cubrir un alto porcentaje de la partida referente a I + d + i. Es cierto que ya no se oyen voces chuchurrías, noventayochescas, que plantean el «que inventen ellos». Pero, como queda dicho, los demás corren más que nosotros.

Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), la economía española invirtió 14.052 millones de euros en I+D en 2017, el 1,2% del PIB. ¿Albricias? No. Porque al ritmo actual de crecimiento en la inversión en I+D, España tardará 180 años en llegar al objetivo del 3 % que establece la Estrategia 2020 de la Comisión Europea. El profesor Xavier  Ferràs (ESADE), sitúa la brecha tecnológica para alcanzar este índice en 21.078 millones de euros y recuerda que España «realiza hoy un esfuerzo en I+D idéntico al de 2006”. “El máximo se alcanzó 2010 con un 1,40% —prosigue—. Muy lejos de los países tecnológicamente más sofisticados del mundo con un 4,3% de inversión, en el caso de Corea del Sur; un 4,2%, en el de Israel, y un 3,4%, en Japón”. De nuestros vecinos, Alemania invierte el 2,9%, y Francia, el 2,3%. La media de la Unión es del 2%».

Es de cajón que no podemos seguir así. Entre otras muchas razones porque tamaño déficit es uno de los mecanismos de freno de la eficiencia y competitividad de nuestros centros de trabajo y del conjunto de la economía española. De ahí que, como hemos insistido en innumerables ocasiones, la cuestión tecnológica debe estar permanentemente  en la mesita de noche de los llamados agentes sociales. Así pues, hay que romper la pachorra con que sindicatos y organizaciones empresariales se toman el asunto. Permítaseme un breve spot publicitario: Javier Tébar y un servidor hemos abordado el asunto in extenso en nuestro libro ´Trabajo y sindicato en el capitalismo globalizado: no tengáis miedo de lo nuevo´  (Plataforma Actual, 2017). (Regálense el libro para Reyes)  

sábado, 28 de diciembre de 2019

¡Viva León, España y la Humanidad!




No se trata de una inocentada, es el signo de los tiempos. Que según unos son líquidos, en opinión de otros gaseosos y, por lo general, tiempos de grandes contagios. El Ayuntamiento de la ciudad de León ha aprobado una moción en la que se reclama que los leoneses se separen de la vieja Castilla. O sea, León libre. Un concejal de Podemos, Nicanor Pastrana, recuperando las energías de la reina Urraca de Zamora, ha gritado «¡Viva León, España y la Humanidad!», esto es, la amalgama de la aldea, la nación madre y lo global. Un grito que se disfraza de internacionalismo para no infundir sospechas de aldeanismo.

Son tiempos de proliferación de campanarios, de nacionalismos de pedregal, de experimentos de gaseosa con dinamita. De exaltación del propio pesebre y demonización del abrevadero del vecino. Y como cada quídam  que se separa necesita justificar los orígenes de su epopeya  itinerante pronto veremos a un determinado plantel de escribas sentados loar las glorias, reales o inventadas, de sus ancestros; pronto veremos la aparición o reaparición de viejos símbolos  (banderas, estandartes, escudos y otras quincallas)  desde los tiempos de Vellido Dolfos, hijo de Dolfos Bellido. Y, definitivamente, pronto veremos –primero en susurros, después en voz alta— nuevas confrontaciones con la Vieja Castilla. Por supuesto, el victimismo que no falte. ¿Qué sería de los que se quieren separar sin una ración de cuarto y mitad de victimismo? Pronto aparecerá, no lo duden.

Avisamos a los leoneses de una advertencia de Jared Diamond: «Hay demasiados británicos añorando un pasado mejor, lo que les lleva a un futuro peor».  (En la foto, Doña Urraca) 



viernes, 27 de diciembre de 2019

Las infraestructuras catalanas necesitan algo más que inversiones




Manuel Gómez Acosta (Ingeniero Industrial)

 Cataluña tiene sin duda un déficit de inversiones en  infraestructuras del transporte, responsabilidad compartida por los dos Gobiernos, central y autonómico. Pero no solo es un problema de inversiones, sino también de la necesidad de modelos de gestión más eficientes y más sostenibles desde el punto de vista económico-financiero. A los dos elementos anteriores, habría que sumar la instrumentalización de estos déficits por parte del secesionismo, que encuentra en el victimismo y en el agravio comparativo un factor de agitación permanente.

Las  "Rodalies" ("Cercanías") ferroviarias en la región metropolitana de Barcelona concentran gran parte de las críticas, es evidente que son mejorables y que existe un déficit significativo de inversiones necesarias para su modernización. Es relevante señalar que en los presupuestos del 2019, el Ministerio de Fomento proponía doblar la inversión ferroviaria en Cataluña, pero la oposición de ERC y JxCat a los presupuestos impidieron su aprobación.

Para analizar el problema en su justa dimensión, habría que señalar que el funcionamiento de las Rodalies responde a los parámetros estándares europeos. Sus ratios de puntualidad, así como la disponibilidad y fiabilidad del material móvil, son equivalentes a otros operadores. En la ultima década, la media de puntualidad de Rodalies es del 93%, las cercanías de París de alrededor de un 91%, Londres desciende al 80% (herencia tatcheriana), los S-Bahn de Berlín y Hamburgo están en torno al 95%, y Madrid, de un 97%.

Sin duda, la percepción de los usuarios es la de un servicio manifiestamente mejorable, con un alto número de incidencias provocadas no solo por la morfología del territorio (limitaciones de espacio), sino también por la urgente necesidad de modernización de las infraestructuras, el material móvil y la mejora de la señalización. En el caso que nos ocupa, llaman la atención las llamadas "causas externas", intrusiones en la vía, que en el 2018 supusieron el 22% del total de las incidencias, y el 38% de los minutos de retraso. Lo cual indica la necesidad de unas vías mas protegidas.

"Incidentes" como los más de 30 sabotajes sucedidos en las vías férreas catalanas en los pasados meses de octubre y noviembre deberían obligar al Govern de la Generalitat a tomar las medidas oportunas. Habría que añadir algo que la propia ATM reconoce: los actos vandálicos (intrusiones, pintadas y desperfectos) que afectaron en el año 2018 a cerca de 3.000 trenes y tres millones de viajeros de los cuatro operadores ferroviarios, con unas consecuencias económicas de más de 15 millones de euros.

Apunto algunas precisiones sobre otras infraestructuras que son objeto reivindicativo del mundo secesionista, las aeroportuarias. La primera consideración es que la gestión de AENA en Barcelona ha sido una historia de éxito, que ha permitido al Prat situarse en el número 6 del ranking europeo, generar importantes ingresos y ser el principal polo de empleo de Cataluña. La propuesta del traspaso de la titularidad de la gestión de AENA a la Generalitat me temo que no va en la línea de mejorar su eficacia, sino que tiene un objetivo "político" de creación de una AENA Catalana, que englobaría a todos los aeropuertos catalanes y respondería a la estrategia de crear "instrumentos de Estado". Lo que podría suponer la pérdida de la capacidad financiera del grupo AENA para abordar inversiones y del "expertise" del mayor gestor aeroportuario del mundo en volumen de pasajeros.

Los problemas de las infraestructuras catalanas no son solo derivados de los déficits de inversión, sino que necesitan una buena "gobernanza" basada en modelos de gestión consorciados, consecuencia de una mayor cooperación y sobre todo de una mayor lealtad institucional. El Gobierno de España deberá explicar con toda claridad cuáles son sus responsabilidades, qué inversiones presupuestarias propone y la planificación de las mismas, ésta sería la mejor manera de desmontar el relato secesionista basado en el victimismo, el agravio comparativo y la confrontación.


jueves, 26 de diciembre de 2019

Después de la investidura, ¿qué? Una propuesta



Pongámonos en la tesitura de que nos encontramos un día después de la sesión de investidura que abre las puertas a un gobierno de coalición de izquierdas y un nuevo curso parlamentario. Una crónica pormenorizada de los elementos que han hecho posible el gobierno de coalición no debería olvidar estas cuestiones: el coraje de Pedro Sánchez en abrir esa experiencia inédita desde 1977, la apertura de Pablo Iglesias a un pragmatismo clarividente y –en el lugar que objetivamente le corresponda--  al apoyo del sindicalismo confederal.

Como se ha dicho más arriba, estamos en la hipótesis de que ya se ha superado positivamente la investidura. Por lo que a partir de ahora el lenguaje que utilizaré en este ejercicio de redacción es el que concuerda con tal hecho. Que será la base de un nuevo artículo del profesor Javier Tébar y un servidor sobre las cosas presentes y las líneas tendenciales que sugieren. O sea, este escrito es un borrador para amigos, conocidos y saludados; es, pues,  un texto provisional de modificación y desarrollo.

Premisa: la legislatura puede caracterizarse por una inestable relación de fuerzas en el Parlamento. El gobierno PSOE – UP se verá obligado a hacer constantemente encaje de bolillos, que es cosa normal en los gobiernos de coalición. De un lado, se verá agobiado por la tensión de diverso voltaje por parte del «qué hay de lo mío», que es la sal y la pimienta de todo grupo parlamentario que se precie; de otro lado, las cuadernas de la nave gubernamental sufrirán el oleaje más inclemente por parte de los elementos de las derechas de secano y orinal. Legislatura azarosa. La levantisca piratería hará todo lo posible porque dure lo menos posible.

Al sindicalismo confederal no le conviene esa previsión meteorológica. Noé –en este caso paradigma de la cuestión social--  necesita que su arca navegue con la mayor tranquilidad posible y sin sobresaltos. Noé o el sindicalismo confederal.

Al sindicalismo confederal le conviene coadyuvar –desde su independencia y autonomía propias--  a crear un recorrido político—institucional que favorezca a sus representados, es decir, al conjunto asalariado. Con conquistas materiales y nuevos derechos sociales, acordes con el nuevo paradigma de la innovación tecnológica. Primero, porque está en su código genético; segundo, porque la independencia no equivale a indiferencia. En este caso concreto, la independencia sindical comporta beligerancia por el cuadro político e institucional más favorable para sus representados y para –dígase sin tapujos--  para el sindicalismo en tanto que tal. Es hora ya de no confundir al sindicato con la muy venerable orden franciscana.

«Hoy la clave es una reforma fuerte, encontrar un espacio de negociación de la política con el mundo social y del trabajo, con sus actores, y el apoyo a la investidura de un gobierno progresista», como decimos Javier Tébar y un servidor ayer en El País (1).   

Se trataría pues de un encuentro de nuevo estilo entre la política y el sindicalismo de contención y alternativa. De contención frente a los embates de los agitadores y subversivos de las derechas de todo pelaje; de alternativa de reformas dignas de ese nombre. Con resultados materiales. Y, además, para que la democracia vuelva a ser fuerza de cambio y no de estancamiento.  O lo que es lo mismo: la democracia necesita algo más que una mano de pintura. En resumidas cuentas, para que la relación entre política y trabajo sea el rasgo distintivo de la izquierda. Se nos hace difícil pensar la izquierda y su proyecto fuera de esa relación. Con una aclaración: el sindicalismo no es un sujeto de la izquierda, pero está en la izquierda con su independencia y su beligerancia.

Atención. Hemos establecido la hipótesis de que estábamos en un día después de la investidura. Era tan sólo el pretexto para reflexionar qué debería pasar cuando se produzca tan importante acontecimiento. 


miércoles, 25 de diciembre de 2019

1.200 euros smig para final de legislatura (si la hay y si dura)




Uno de los temas estrella del acuerdo entre PSOE y UP para la formación del gobierno de coalición es el tema del salario mínimo. Si todo marcha con buen pie y no se tuerce la investidura el smig conocerá en los próximos cuatro años sucesivos avances hasta llegar a los 1.200 euros al final de la legislatura. La cosa no es irrelevante. ERC sabrá si ese incremento bien vale la misa de la investidura o no. Con todo, no serán fáciles las cosas. Los partidos de la derecha de secano y orinal ya pusieron el grito en el cielo cuando el presidente Sánchez incrementó el smig. Ahora ponen las lanzas en ristre y --ancilarmente de los poderes del gran parné--  arremeterán contra tal incremento. No se espera originalidad en los argumentos, serán los mismos que esgrimieron en los tiempos de María Castaña: perjudicará la creación de empleo, repercutirá negativamente en la productividad y será una interferencia a la recuperación de la economía. Exactamente el mismo argumentario que propalaron los amos en tiempos de la primera revolución industrial. El salario del miedo. Filosofía de baratillo. 

Unai Sordo ha llamado la atención de un detalle: los sucesivos incrementos del smig deben ser negociados entre el gobierno y los agentes sociales. En concreto, podría ser el inicio de unas nuevas relaciones entre la política y el sindicalismo confederal. «Hoy la clave es una reforma fuerte, encontrar un espacio de negociación de la política con el mundo social y del trabajo, con sus actores, y el apoyo a la investidura de un gobierno progresista», como decimos Javier Tébar y un servidor en un artículo que nos publica El País hoy, día de Navidad.  Aqui está:  https://elpais.com/ccaa/2019/12/24/catalunya/1577200625_430697.html

martes, 24 de diciembre de 2019

Polonia, Hannibal ad portas




Los viejos cronicones relatan que, cuando los niños chicos se portaban mal en Roma, las madres les amenazaban con una frase fatídica, «Hannibal ad portas». Es decir, Aníbal, el poderoso general cartaginés, estaba en las puertas de la urbe. Los niños, aterrorizados, volvían al orden. Lo que viene a cuento por la actual situación de Polonia. Polonia, que ha sido martirizada  por los ´de fuera´ y, ahora, por los de dentro. Ahora, Aníbal es polaco y está aterrorizando a diestro y siniestro. Es más, Aníbal ha entrado en Polonia.

El gobierno ultranacionalista polaco es una motosierra contra los derechos civiles y políticos. Ahora ha promulgado una ley –la llamada «Ley Mordaza»--  que acaba con la independencia de los jueces. El Poder Judicial depende ahora de Aníbal, quiero decir del gobierno. Que ha hecho oídos sordos a las manifestaciones de oposición a dicha ley. En ellas ha participado Olga Tokarczuk, premio Nobel de Literatura. (Ignoro qué está haciendo el otro Nobel, Lech Walesa, famoso en otros tiempos).

La Unión Europea no puede mirar hacia otro lado. Porque la decisión del gobierno polaco no es mero autoritarismo, sino un cáncer que podría conllevar una metástasis hacia el fascismo. De momento, se ha quebrado la división de poderes, una de las reglas de oro de las democracias y de la Constitución Europea. De manera que la Unión Europea debe intimidar al gobierno polaco para que las aguas vuelva a su cauce. Porque, en caso contrario, cada vez que se deja pasar una, Aníbal se fortalece. Se fortalece, no en lo abstracto sino en lo concreto: en la sociedad, en la política en las instituciones. Así que, junto a Catón el Viejo, digamos «Hay que destruir Cartago». O sea, el gobierno de Polonia.


lunes, 23 de diciembre de 2019

Disensiones entre Puigdemont y Quim Torra


De Garganta Profunda se ha hablado en otras ocasiones en este mismo blog. Garganta es mi amable serviola en las covachuelas de la Generalitat. Nos conocemos de antiguas comunes militancias en aquel partido que fue el útero de la lucha antifranquista, el PSUC. Garganta es un personaje demediado: durante el día aparenta desparpajadamente estar en el ajo independentista; por la noche me pasa información de las interioridades de palacio. Garganta es como la rosa de Alejandría: colorada de noche, blanca de día. Es su forma de hacerse perdonar el tránsito de su rojez juvenil al amarillo de su senescencia.

Garganta, utilizando la prosopopeya althusseriana –mitad marxista, mitad estructuralista--  me sugiere ciertas modificaciones en mis análisis en lo referente a considerar que, en estos momentos, la relación entre Puigdemont y Quim Torra se caracteriza por una solidez granítica. Las cosas están cambiando. El presidente holgazán está siendo puesto en entredicho por Waterloo. Es más, hay sospechas de que Torra le ha tomado cierto gusto a «ir por libre» y tomar decisiones sin evacuar las convenientes consultas. La gota que ha colmado el vaso, me cuenta Garganta Profunda, es la política fiscal pactada entre ERC y Catalunya en Comú. Esta política está siendo criticada furibundamente por los post post post convergentes de Waterloo y sus escribas agachados. «Es un ataque a las capas medias», vienen a decir con los mismos argumentos que tradicionalmente  usaron las derechas de secano. Todo atisbo de progresividad fiscal, por modesta que sea, es la ruina del país. La mismísima Musa del independentismo ha declarado en tv3 que quienes ganan 6000 euros al mes pasan apuros. El raholismo químicamente puro. (Sobre estas cuestiones han hablado recientemente Antón Costas y Jordi García--Soler). No es que Torra no participe de esta idea, es que –dicen desde Waterloo y se traslada a las altas escribanías de palacio--  no ha sido capaz de impedir el pacto entre los de Junqueras y los de Colau.

Más todavía, Torra aparece ante Waterloo como el principal responsable del oscurecimiento  político de los post post post convergentes, mientras que los republicanos aparecen en las encuestas como los posibles vencedores en las próximas elecciones autonómicas. Garganta, afilando la «navaja de Occam», me interpela: ¿no has notado que Torra apenas ha concitado solidaridad tras su reciente inhabilitación? (Mea culpa, estoy pagando las consecuencias de mi poca simpatía por Althusser).

En resumidas cuentas, Waterloo ha montado una operación para encubrir su fracaso echándole las culpas a su vicario. Waterloo goza del dogma de la infalibilidad, Torra amenaza con destrozar ese constructo. Por lo que hay que poner en marcha algo que corrija la maciza incompetencia del vicario. Me dice Garganta, recuperando el tono y la voz de comité central: «Se prepara el nombramiento de otro vicepresidente de la Generalitat. De probada obediencia a Waterloo. Competiría con el único que hay, Pere Aragonès, que es de ERC y sería el candidato a presidir la Generalitat».

Apostilla.--  Los viejos expsuqueros nunca mueren. Sólo se transforman, pero siempre tienen un recuerdo de la vieja militancia. Todos no, Josep Piqué no forma parte de la Orden de la Rosa de Alejandría.

domingo, 22 de diciembre de 2019

El Congreso de ERC. Traición como traducción (2ª Parte)


El parte meteorológico—político parece que ha cambiado. El reciente congreso de Esquerra Republicana de Catalunya ha cambiado las previsiones.  Con todo, seguiremos siendo cautelosos y sólo diremos ´trigo´ cuando esté en el saco y bien cordado. Pero no podemos restarle importancia e interés al movimiento congresual: ve «viable» que la investidura de Pedro Sánchez pueda ser el día 5 de Enero. Es la festividad de sus Majestades  Melchor, Gaspar y Baltasar. 

Aclaremos que la Docta define viable así: «que, por sus circunstancias, tiene probabilidades de poderse llevar a cabo». En concreto, se nos está alertando a ser precavidos. Ahora bien, en el fragor del congreso no parece posible que el dirigente que habló así tuviera en la cabeza los primores terminológicos de lo viable. Lo que nos lleva a interpretar, prima facie, que ERC está dispuesta, mediante su abstención,  a facilitar la investidura.

El congreso ha tenido dos novedades que representan una cierta discontinuidad en la biografía del partido republicano. 1) ha sido un congreso tranquilo, sin sobresaltos. Lo que contrasta con el vértigo de estos tiempos políticos; 2) en el capítulo de los Estatutos se ha sancionado una mayor duración de los mandatos de los dirigentes. Son dos novedades que podrían significar un aviso a sus íntimos adversarios –los post post post convergentes—,  algo así como aquí estamos con los brazos en jarras para llevar a la práctica lo que, de momento, nos deparan las encuestas: la victoria electoral. En resumidas cuentas, un congreso que a las derechas carpetovetónicas les ha sentado como un rayo, y provocado ataques de alferecía a Waterloo. Por lo que me arriesgo al siguiente pronóstico: las franquicias de Waterloo, de manera autónoma o inducidas, entrarán en una nueva fase de bronca contra los de Junqueras. Su lema será el legendario «Roma no paga traidores». 

Ojalá haya investidura.  Y ojalá acertemos Javier Tébar y un servidor cuando escribimos recientemente: «Hoy la clave es una reforma fuerte, encontrar un espacio de negociación de la política con el mundo social y del trabajo, con sus actores, y el apoyo a la investidura de un gobierno progresista, con su deseable pacto de legislatura. De lo contrario, no cabe descartar que el espíritu de nuestro tiempo (Zeitgeist) constituya un retorno a los fantasmas del ruido judicial, imitando y dando continuidad a las secuelas de un ochentero Poltergeist  Concretamente en http://lopezbulla.blogspot.com/2019/12/traicion-como-traduccion.html


sábado, 21 de diciembre de 2019

Madrid encima de Cataluña




Madrid adelantó a Cataluña y se convierte en el primer motor de la economía española. Lo dice el Instituto Nacional de Estadística. El dato se corresponde al año 2018. El adelanto representa 2.100 millones de euros de diferencia. Ahora bien, lo más relevante es la diferencia del pib per capita: 35.041 euros en Madrid y 30.426 en Cataluña. La secretaria de Economía de la Generalitat, Natàlia Mas, ha dado una interpretación del hecho muy apropiada para incrementar el fracaso escolar. La covachuelista explica que «Madrid ha ido creciendo a costa del resto de España y de una política centralizadora». Es decir, frente a la adversidad victimismo en chanfaina. Porque ¿no habíamos quedado que, desde los tiempos de los Austrias, Madrid era el palo del pajar centralista?

La señora Mas posiblemente crea que está en lo acertado. Cosas más inverosímiles hemos y estamos viendo en Cataluña. Por lo que comprometiendo mi sentido común estimo que los motivos del sorpasso están en otro lugar. Concretamente en el hecho de que Cataluña esté permanentemente sobresaltada, y con frecuencia gravísimamente sobresaltada. Con unos gobernantes que más parecen, unos, bronquistas de taberna y, otros, aprendices de trileros. Con un equipo de gobierno autonómico en continua tortícolis, con los ojos puestos allende los Pirineos. Con un presidente holgazán empotrado a la fantasía de la república insular de Waterloo.

En definitiva, no es que Madrid se haya ganado a pulso el puesto de locomotora, es que Cataluña se ha empeñado a cosica hecha en quedarse atrás. Gentes de diversa condición lo avisaron con tiempo suficiente. No fueron escuchados porque la fe del carbonero independentista no se discute.

""—   ¿Tú en qué crees?—, le preguntaron al carbonero.

—En lo que cree la Santa Iglesia independentista — respondió.

—¿Y qué cree la Iglesia independentista?
—Lo que yo creo.
—Pero ¿qué crees tú?
—Lo que cree la Iglesia independentista... ""
   

viernes, 20 de diciembre de 2019

ERC o «La Tarara, sí; la Tarara, no




«No hay que parar las negociaciones en ningún caso. Hay que estar dispuesto a dialogar siempre». Así ha hablado Oriol Junqueras esta mañana en Catalunya Ràdio. Me parece perfecto. En esa dirección apuntábamos ayer cuando, desde ERC, se suspendían las negociaciones hasta más ver. «En ningún caso» es suficientemente claro como para no inducir a equívocos. El problema es algo tan simple como quién manda en Esquerra, y sobre todo qué capacidad tiene quien manda de que le hagan caso. Más todavía, ¿realmente hasta dónde cala el (retórico) mensaje de hacer política y no montar pollos a diestro y siniestro? ¿se queda dicho mensaje en la superficie o hunde sus  raíces más debajo de las capas freáticas del partido? 

Tendremos una aproximación en el congreso republicano que se celebrará este fin de semana: veremos hacia dónde apuntan los frentes de juventudes y senectudes. Veremos si Junqueras es un profeta desarmado o un dirigente que, además de auctoritas, tiene autoridad y mando en plaza. Veremos, en definitiva, si ERC abandona su situación de ´partido intimidado´  y rompe de una vez por todas con su condición de hermano menor de los post post post convergentes. Y deja de tener como canción distintiva «La Tarara, si; la Tarara, no». Debe desprenderse, en suma, de su fidelidad al canon ´patriótico´ que dicta Waterloo, pro domo Puigdemont. 

Por lo demás, no me parece percibir que los diferentes frentes de ERC sean suficientemente avispados con relación a las consecuencias de torpedear la investidura de Pedro Sánchez.  En concreto, la repetición de elecciones generales que, muy probablemente, podrían representar un triunfo en toda la regla para las derechas al grito de «¡Vivan las caenas!».

 Post scriptum. Me ha llegado la noticia de que Pere Colell (en la foto de arriba) ha sido galardonado con la Medalla Francesc Maciá. Pere, grande entre los grandes; una ejemplar biografía sindical.

jueves, 19 de diciembre de 2019

Después de la Sentencia ¿qué?


Veremos qué consecuencias jurídicas tiene la decisión del Tribunal de Justicia de la Unión Europea sobre el caso Junqueras y también iremos viendo sus efectos colaterales con otras personas tanto en prisión como los fugados de la Justicia española. En todo caso, tengo claro lo siguiente: nadie debería leer la sentencia y sacar como conclusión la ruptura de las negociaciones PSOE y ERC para la investidura y pacto de legislatura. Los peligros de  hacerlo siguen pendientes. La primera consideración es la siguiente: España debe aplicar a rajatabla la sentencia del Tribunal, lo que comportaría evitar cualquier intento de recurso o zascandileo, que complicaría mucho más las cosas. Prudencia y temple.  

La segunda consideración es eminentemente política. Entiendo que ERC hace rematadamente mal suspendiendo las negociaciones para la investidura hasta que –ponen como condición--  el gobierno de Pedro Sánchez valore la sentencia y, se supone, apriete las tuercas (no se sabe bien a quién) para que Junqueras salga en libertad.

ERC no puede correr el riesgo de impedir la investidura y provocar, en consecuencia, una nueva convocatoria de elecciones generales. De hecho los máximos dirigentes del partido están calentando la situación en vez de establecer la separación entre la sentencia y las negociaciones. Ese grupo dirigente --apretado por babor por sus juventudes y por estribor por sus senectudes y rodeado por todos los sitios por Waterloo y sus franquicias--  no tiene el cuajo suficiente para enfrentarse a la situación y ejercer de pedagogo de su militancia. Salvando las diferencias hace de Jeremy Corbyn que ante el brexit exige que su partido, el Labour, sea neutral.

ERC puede llevarnos a la catástrofe. No es pesimismo, sino la constatación de lo que parecen querer los dirigentes republicanos. Unas nuevas elecciones tendrían unos resultados imprevisibles. Toquemos madera, pues.  Mientras tanto, las derechas de orinal han empezado a afilar los cuchillos. 



Cataluña, indigestión de chuminadas




En Cataluña se está produciendo una inquietante acumulación de chuminadas. Vamos a hablar de ellas: la primera es lo sucedido en el día de ayer en torno al partido de fútbol, llamado pomposamente ´el clásico´; la segunda es ese tic infantiloide que tienen así ERC como los post post post convergentes.

1.--- Mucho ruido y pocas (nuevas) nueces. Casi un mes de suspense y finalmente los montes parieron un ratón. Tsunami Democràtic –un grupo de pijos de caviar y vodka--  ha intimidado a medio mundo insinuando que se iba a formar la mundial. Al final todo queda en un mero espectáculo televisivo. Nada nuevo. Salvo que lo más destacable de la jornada fue una descomunal reyerta carajillera entre los boixos nois y una mesnada de independentistas. Riñas de campanario entre parroquianos. Nada nuevo salvo los gastos económicos en pagar la factura por el despliegue de las fuerzas de orden público. Salvo que nuevamente la imagen de Barcelona en llamas recorre el mundo entero. ¿Eso es política? No, es una chuminá.

2.---  ERC está molesta porque, según su delicado paladar, José Luis Ábalos les está apretando en las negociaciones para llegar a un acuerdo. Sancta simplicitas! Es una reacción infantil, casi de patio de colegio, de quien no se atreve a enfrentarse al sinedrio de Waterloo que constantemente le está mojando la oreja. Como pueril es la reacción del vicario holgazán que, tras la entrevista telefónica con Pedro Sánchez, se lamenta de que no se le haya informado de que se convocará anualmente a los presidentes de las comunidades autónomas.  En suma, ERC y los post post post rivalizan además en quién cocina mejor la chuminá amb all i oli.

3.---  Y mientras tanto, fuera del campanario, están pasando cosas de enorme relevancia. Un ejemplo, la reestructuración y reconversión de la industria automovilística, que tras Peugeot – Fiat, ahora le toca a Nissan y Renault. Pero esto no está ni en las preocupaciones de Waterloo ni de su vicario holgazán. Porque esto no es una chuminá.

miércoles, 18 de diciembre de 2019

La otra mitad de los catalanes


Andreu Mas--Colell ha publicado un interesante artículo en El País, Un pasaje estrecho, pero pasaje al fin (1). De hecho es una condensación del coloquio que tuvo recientemente con Carlos Solchaga en el Círculo de Economía. El tema del artículo es ese gusano musical obsesivo que es el pleito catalán. Se llama ´gusano musical´ --o gusano auditivo-- a ese  tic que se produce cuando una melodía entra en tu cerebro y no consigue salir.

Andreu Mas—Colell tiene una brillantísima trayectoria académica tanto en España como en los Estados Unidos. Afamado matemático y distinguido economista es uno de los pocos sabios que nos quedan. La ciencia  perdió una cabeza privilegiada cuando decidió aceptar el fichaje de Jordi Pujol para participar en las listas electorales de Convergència i Unió. Empero, en la política ha pasado sin pena ni gloria, abrumado por las convulsiones y toxicidades de sus amigos y compañeros de partido, que siempre recelaron –como chusqueros diplomados-- de su capacidad científica. Del resto de su biografía política no hablaremos, el lector que esté interesado en ello sabrá dónde encontrar información. Me permito una curiosidad: Mas—Colell hizo sus primeros pasos en el PSUC, el útero de la política catalana antifranquista.  Cuando el estado de excepción de 1969 tuvo que tomar las de Villadiego camino de los Estados Unidos. Mas era miembro del comité de Barcelona del partido junto a Isidor Boix.

Recomiendo vivamente la lectura pausada del artículo que nos traemos entre manos (abajo tiene el link). El autor da su opinión sobre el estado actual del procés, al tiempo que insinúa soluciones; sus conmilitones harían bien en dejarse llevar por las propuestas de Mas—Colell.

El autor parte de una premisa mayor: «en la negociación tenemos cuatro sensibilidades …  por un lado tenemos a los soberanistas independentistas, para los cuales una nación debe tener un Estado, y también a los soberanistas a-independentistas, que puede relativizar la independencia y poner más énfasis en la preservación de la nación y en el autogobierno». Registro que el articulista no se alinea en ninguno de los dos sectores.

Por el otro lado –sigue diciendo Andreu Mas--  «en el global español tendríamos la sensibilidad dialogante y la no dialogante».   Se trata, a  mi entender, de una taxonomía excesivamente simple, pero no errónea. Pero que, en todo caso, contiene una muy seria limitación.

Veamos, según el autor en Cataluña hay dos sectores: los soberanistas independentistas y los soberanistas a—independentistas. Pues bien, el ilustre matemático ha olvidado –consciente o inconscientemente--  el conjunto de los antisoberanistas. La mitad de la población. George Cantor, padre de la teoría de conjuntos,  le habría llamado la atención. Se trata de un olvido que echa al traste la importancia de este artículo.