lunes, 31 de enero de 2022

La reforma laboral y la izquierda clochard


 

 

Tiempo habrá para comentar los recientes resultados electorales de Portugal. Ahora sólo me referiré, a efectos de oportunidad, a los no buenos resultados de las izquierdas que se reclaman alternativas. Voces generalmente bien informadas atribuyen tanta escualidez a dichas fuerzas no votaron afirmativamente los Presupuestos generales. Así, pues, el cálculo mezquino y una arroba de más de ideologismos han recibido un buen sopapo electoral. De manera que, oído cocina, que no jueguen aquí los de la «izquierda fetén» con fuego.

Lo que viene a cuento por los chicoleos que algunos se llevan con lo de la reforma laboral. Error caballuno es el que lleva a preferir las medidas del PP, pues si la que se va a ventilar en el Parlamento decae, seguiremos padeciendo la de Rajoy. Ahora bien, en todo este asunto podemos ver dos actitudes: a) la politicista de Esquerra Republicana de Catalunya, que a cambio de abstenerse o votar sí exigirá el oro y el moro, que no estará relacionado con los temas de dicha reforma; y b) la tradicional de esos sectores de la izquierda clochard, que siempre está insatisfecha con los pimientos del Padrón porque unos pican y otros no.

Barcelona este fin de semana. Convocatoria de manifestación contra los sindicatos mayoritarios y su reforma laboral. 500 participantes: mucha chiruca, mucho anorak. Más siglas convocantes que asistentes a la marcha. Novedad: ninguna pasión, sólo caras de circunstancias. Ni siquiera la ilusión que sugiere la parusía.

domingo, 30 de enero de 2022

¿Salarios contra el empleo?


 

Estoy oyendo sobre ese tema desde que me salió la muela del juicio; y, según me dijeron mis mayores, a ellos también les ocurrió tres cuartos de lo mismo. Así, pues, la cosa viene desde los tiempos de antañazo. Me refiero al manoseado asunto de que los incrementos salariales son un poderoso inconveniente para la creación de empleo.  Y, sin embargo, empíricamente, los apóstoles de ese falso teorema jamás pudieron demostrarlo. Por lo que, así las cosas, acabaron elevándolo a dogma que, como es sabido, no necesita demostración alguna. Se requiere, eso sí, labia desvergonzada  y capacidad financiera para subvencionar a un grupo de analistas—farfolla.  Que no fracasaron del todo pues incluso su dogma acabó entrando en algunos chambaos postineros de la izquierda.

Hace meses, en puertas de la subida del salario mínimo, arreciaron las voces llamando a somatén contra dicha medida, que los sindicatos y el gobierno de Pedro Sánchez se disponían a ponerlo en marcha. El ubícuo mandamás del Banco de España  iba al frente de ese séptimo de caballería. Por descontado, Casado y su Adoración Nocturna desfilaban «recias, marciales»  blandiendo el mantra.   

Han pasado los meses: ¿dónde está la catástrofe que anunciaban ciertos campanarios de secano? Me conformo con unos pocos datos: se ha operado el mayor crecimiento económico del país de los últimos veinte años: el 5% de incremento del PIB es el más potente desde el año 2000; los datos de empleo están en el nivel más alto desde 2018: el empleo ha crecido en 840.700. En pocas palabras todo un uppercut en la mandíbula de la caverna y la taberna.   

jueves, 27 de enero de 2022

China o la Rebeca de sir Alfred


En este inquietante zipizape entre Rusia y Ucrania hay, en mi modestísima opinión, una sombra chinesca que recuerda a Rebeca -- aquella Rebeca de Winter del maestro sir Alfred— un personaje citado durante toda la película, pero que físicamente no aparece en ella. Rebeca es China con su potente pulpo mundial.

Los tentáculos chinos se extienden en setenta países, de los que cuarenta y dos deben a la ´metrópoli´ el 10 % de su producto interior bruto, los 28 restantes le deben como media un 5 % de su pib. Más todavía: cada año China maneja 85.000 millones de dólares en programas de desarrollo: es el doble de lo que se gastan Estados Unidos, la Unión Europea y Japón. Rebeca lo hace sin estridencias, a la chita callando. Es, de momento, un colonialismo silencioso, a la espera de que los setenta países de marras no puedan pagar la deuda y, entonces, Rebeca hará acto de presencia física. Posiblemente cuando haya superado a los Estados Unidos que, como si dijéramos, está a la vuelta de la esquina. (Hace setenta años los niños de Santa Fe diríamos que «Fu Manchú» ataca).

No quisiera ni pensar en que, si las negociaciones entre Rusia y sus contrarios fracasaran, qué postura tomaría Rebeca.  Aunque, bien mirado, no parece que a China le interese el conflicto: ellos van haciendo y, están en puertas de ser la primera potencia, por lo que no estaría dispuestos, en teoría, a que ninguna guerrita les joda la marrana. Sea como sea, es fundamental que la diplomacia arregle este zipizape. Con todo tenemos por delante, a partir de ahora, conocer China. Dentro de poco entraremos en un nuevo paisaje.

De momento tienen ustedes un artículo de hoy en La Vanguardia, cuyo autor es Xavier Mas de Xaxàs, que nos da una interesante información sobre la China. 

lunes, 24 de enero de 2022

Un desencuentro con Pepe Álvarez


 

La entrevista que Pepe Álvarez, primer dirigente de la UGT, ha concedido hoy a La Vanguardia contiene, como no podía ser de otra manera, una cerrada  defensa de los recientes acuerdos  tripartitos (la reforma laboral 2021) que merecen su correspondiente estudio y difusión. Hay, no obstante, al final de dicha entrevista una afirmación de Álvarez que me ha inquietado. En síntesis afirma que «La reforma laboral no es la de Díaz, ni la de Calviño, sino la de Sánchez».

Parece claro que los entrevistadores quieren sacar tajada buscando un titular comprometido. Álvarez, saca el capote de paseo y por chicuelinas responde, como queda dicho, que ni la una ni la otra. Que es Sánchez. Sin quererlo ha despotenciado la intervención  sindical y, a partir de ahí, aleja la relación de la negociación y su éxito del conjunto de los trabajadores. Chocante. Vieja concepción la de atribuir al rey nazarita la construcción de la Alhambra.

Hasta los campanilleros por la madrugá saben que el acuerdo tripartito tan arduamente trabajado es la obra de síntesis sucesivas de los sindicatos, la patronal y el equipo del Ministerio. Por lo que tal respuesta no me parece ni real ni oportuna. Por todavía: con dicha respuesta el sindicalismo confederal tiene más dificultades en  explicar las utilidades del acuerdo. Y, sin saber cómo, se me viene a la cabeza el poema de nuestro Miguel Hernández, aquel que pregunta a los andaluces de Jaén. «¿Quién levantó los olivos?» 

jueves, 20 de enero de 2022

El Partido Popular y aquella Sopa de Ganso


 

Solo faltaría que a algún majareta le diera por apretar el botón, porque en estos tiempos abundan las cabezas huecas en puestos que antes se llamaban de «alta responsabilidad». La situación no está para bromas Otra vez se tiene la impresión de no sería raro que los diversos Séptimos de Caballería galopasen allá por el Este. Mientras que en la parte oeste un auténtico descerebrado, acorralado por sus amigos, conocidos y saludados, le piden –unos con disimulo, otros sin ambages--  que «dimita por el amor de Dios». El panorama, así pues, parece un cóctel de sainete, vodevil y tragedia sofoclea.

… y en este cuadro se desarrolla la endémica bronca del Partido Popular y su pintoresco grupo dirigente: Casado y Teodorico. Cabrían dos hipótesis sobre la actitud de estos personajes: o están idos de la cabeza, densamente majaretas o  no tienen --no saben tener, exactamente--  proyecto político alguno que llevarse a la boca. Aunque, tal vez, la una no excluya a la otra.

Ciertamente una oposición de esta catadura es ineficaz y, peor todavía, una incesante fuente de conflictos. Pero, además, esta oposición que acumula disparates a diario corre el peligro de romperse las cuadernas y trasladar el grosor de su electorado a Vox.  Porque los que se trasladan a la derecha más ultra perciben que Casado solo ofrece gestualidad, palabrería. Y porque cae en el más estúpido ridículo: su denuncia de que los fondos comunitarios se están repartiendo arbitrariamente ha sido desmentida por las autoridades de la Unión Europea. De momento el balance que el Dúo de la Mandanga (Casado y Teodorico) puede ofrecer es que cada día que hablan aumentan los efectivos de sus íntimos enemigos. Son las cosas curiosas de las relaciones entre la taberna y la caverna.

Conclusión provisional: el Dúo cree que lo que está sucediendo en Europa es la guerrita aparente de aquella Sopa de Ganso.

martes, 18 de enero de 2022

La reforma laboral: hablando en plata


 

REFLEXIONES DE UN JUEZ IUSLABORALISTA SOBRE LA REFORMA LABORAL DEL 2021

Miquel A. Falguera i Baró (Tribunal Superior de Justícia de Catalunya)

 

 

No voy a aburrirles con disquisiciones técnicas sobre el RDL 32/2021, publicado en el Boletín Oficial del Estado del pasado día 30 de diciembre. Quién tenga interés en un análisis más detallado sobre los mismos puede acceder al cuadro comparativo entre la anterior legislación y la actual que he elaborado y, asimismo, un esquema de las novedades en el último número de la revista de la editorial Bomarzo que tengo el honor de coordinar (acceso aquí). Dicha revista se llama la Ciudad del Trabajo, un homenaje a Bruno Trentin y sus reflexiones de idéntico título (traducidas por José Luís López Bulla).

Baste ahora con señalar que los agentes sociales han alcanzado un acuerdo centrado esencialmente en un quid pro quo: por parte de los sindicatos, poner fin a la cultura de la temporalidad implementada en nuestro ordenamiento desde 1984 (cuando el Gobierno de Felipe González se creyó el falso axioma, del entonces incipiente, neoliberalismo de que la temporalidad creaba empleo) y una readecuación de los contratos formativos en base a la conexión con las necesidades de adecuación a conocimientos cambiantes y no tanto con las políticas de empleo; por parte de las empresas se consigue articular mecanismos de flexibilidad en situaciones de crisis o exceso de plantilla, más centrados en la flexibilidad interna que en los despidos colectivos, aprovechando en buena medida la experiencia adquirida a lo largo de la legislación extraordinaria por la pandemia. Y, asimismo, el sindicalismo ha ganado en parte la batalla de la ultractividad de los convenios. Desde la perspectiva del “deber ser” de la izquierda ciertamente podrán formularse críticas razonadas respecto a la insuficiencia que supone en cuanto al cambio que en nuestro modelo de relaciones laborales impuso manu militari la reforma del PP de 2012: no existen alteraciones en aspectos indudablemente importantes, como ocurre con otras medidas de flexibilidad interna–especialmente, la modificación sustancial de las condiciones de trabajo-, la vigencia del convenio de empresa sobre el sectorial –salvo en materia salarial-, la tímida modificación de la externalización –pese a que en ese terreno se avanza- y, en forma destacada, el incongruente modelo de despido vigente en nuestro país. Sin embargo, siendo ello cierto, permítame una reflexión más sosegada.

En primer lugar, cabrá recordar que el acuerdo de gobierno suscrito entre el PSOE y UP no hablaba de “derogar” la reforma laboral de Rajoy, sino de la modificación de nuestro ordenamiento jurídico en aspectos como la eliminación del despido por absentismo, la recuperación de ultractividad, la primacía aplicativa de los convenios sectoriales, la limitación de la subcontratación y de las modificaciones sustanciales de las condiciones de trabajo, la revisión de los mecanismos de inaplicación de los convenios, el cambio en la regulación de los contratos formativos, la simplificación de los contratos temporales, la promoción del contrato fijo-discontinuo, el control de los contratos a tiempo parcial, la revisión de las causas de despido y la subida del SMI. Pues bien, buena parte de dichos cambios –ciertamente, no todoshan sido progresivamente implementados en nuestro sistema. La “derogación” de la reforma de 2012 viene de lejos, en tanto que hay que tener una mínima perspectiva histórica desde la entrada en el Gobierno de Pedro Sánchez –en su primera legislatura, con cambios pactados con UP-, seguido por el actual Gobierno de coalición. Baste con citar aquí aspectos como la congelación –ahora derogación, tras la Ley 21/2021- del índice revalorización de las pensiones del PP, la del contrato indefinido de apoyo a los emprendedores y la readecuación del subsidio de desempleo para las personas asalariadas provectas (RDL 28/2018 y RDL 8/2019), el significativo incremento del salario mínimo interprofesional (RD 1462/2018, 231/2020 y 817/2021), la ampliación del marco aplicativo de los planes de igualdad y la equiparación de derechos entre mujeres y hombres por filiación (RDL 6/2019), el registro de la jornada de trabajo (RDL 8/2019), la derogación del despido por absentismo (RDL 4/2020 y Ley 1/2020), la implementación del ingreso mínimo vital (RDL 20/2020 y Ley 19/2021), la regulación del teletrabajo (RDL 28/2020 y Ley 10/2021), del trabajo de los riders (RDL 9/2021 y Ley 12/2021), la reforma del código penal en materia de huelga (LO 5/2021), la suscripción por el Estado español del protocolo adicional de la Carta Social Europea (con los efectos que ello puede tener, entre otros, en nuestro modelo de despido), el abordaje de la siempre complicada cuestión de la temporalidad en el empleo público (RDL 14/2021 y Ley 20/2021) y, en especial, la ejemplar adecuación normativa para hacer frente a la pandemia que, en lugar de subvencionar a las empresas (como en otros países), instituyó mecanismos de cobertura pública e instrumentos de flexibilidad en la gestión empresarial (RDL 8/2020, 9/2020, 10/2020, 11/2020, 13/2020, 15/2020, 17/2020, 18/2020, 19/2020, 24/2020, 27 /2020, 30/2020, 32/2020, 35/2020, 2/2021, 11/2021 y 18/2021). Pero al margen de ello, la reforma laboral del 2021 tiene un elemento diferenciador significativo sobre la del 2012 y otras anteriores: ha sido elaborada sustancialmente desde el iuslaboralismo, y no desde el terreno del pensamiento –mera ideología- económico mayoritario. Por eso, pese a las incertidumbres que pueden provocar algunos aspectos de su articulado, su factura técnica es mucho mejor que sus precedentes. Que nadie olvide que las personas que nos dedicamos al Derecho del Trabajo conocemos empíricamente la realidad en que nos movemos (puesto que la vivimos cada día), a diferencia de la economía hegemónica que se sustenta en meras teorías carentes de adecuación a la realidad. La prueba del nueve: ¿en qué han quedado las objeciones de los economistas neoliberales del Banco de España sobre los efectos negativos que para el empleo tendría el incremento del salario mínimo interprofesional? (no es casual que el premio del Banco de Suecia a las Ciencias Económicas –impropiamente denominado “Nobel- hay recaído este año en la economía empírica y no la meramente especulativa) Y por último: la actual reforma laboral surge del consenso entre patronal y sindicatos. Cierto: el empresariado ha conseguido parar una reforma laboral más duda con sus intereses. Pero, al margen de que con el acuerdo entre los agentes sociales se consigue mayor credibilidad ante la Unión Europea de cara a los fondos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, cabrá recordar que las modificaciones normativas que se implementen en el terreno social que cuenten con la aquiescencia del banco económico y el asalariado tienen mayor predicamento y efectividad que aquellas otras que se imponen desde arriba. Cabrá recordar que, tras la llegada del PP al poder en 2011, los sindicatos padecieron las mismas inquietudes que ahora el empresariado. Por ello suscribieron el II Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva, con medidas que, ciertamente, constituían un trágala. Dicho acuerdo fue publicado en el BOE de 6 de febrero de 2012. Y sólo cinco días después –el 12 de febrero- se publicaba el RDL 3/2012, que iba mucho más allá en la pérdida de derechos de las personas asalariadas que lo acordado en aquél. Por eso la reforma laboral del 2012 ha sido vista por los sindicatos y las personas que nos dedicamos al Derecho del Trabajo desde una perspectiva tuitiva con tan malos ojos. ¿Alguien puede dudar en su sano razonamiento que las personas asalariadas tienen hoy más garantías y tutelas que en 2018? ¿Se imaginan el modelo de relaciones laborales y mecanismos de cobertura que hubiera vertebrado la derecha ante la pandemia? Por eso, con todas sus carencias, la reforma laboral del 2021 es un paso adelante. Porque, si no, la opción es mantener el marco legal anterior. Aparece así la paradoja de que quienes desde un purismo izquierdista la critican se convierten en los valedores del regresivo marco legal anterior. O de aquellos otros que desde perspectiva nacionalista reclaman la recuperación del poder autonómico sobre los despidos colectivos (obviando que, con ello, se volvería al modelo de autorización administrativa que, aun siendo deseable desde una perspectiva personal, constituiría casus belli para la patronal) Como dicen que dijo Rafael Gómez Ortega "El Gallo" “lo que no puede ser no puede ser y además es imposible”. Si quieren lo traduzco al latín que siempre es más aparente.

domingo, 16 de enero de 2022

Vacunación obligatoria


 

¿Vacunación obligatoria, dice usted?

Hace días que me viene rondando el caletre escribir sobre este asunto (la vacuna obligatoria), cosa que he ido dejando de un día para otro. De todas formas, tenía que quitarme el desasosiego y meterme en harina. Yendo por lo derecho: soy partidario de la obligatoriedad de vacunarse. No me lo dice mis conocimientos sobre el particular, simplemente me lo indica mi particular sentido común. Por lo demás, no tengo intención de argumentar esta exigencia, porque si el destinatario contrario a mi propuesta es inteligente sabrá cambiar de opinión, aunque ya sea tarde; y si es ideológicamente zote –o tiene como blasón los testículos de Jehová--  es radicalmente imposible convencerlo. Por lo demás, las aparentes argumentaciones que dan los anti vacunas se basan en ese concepto –hoy tan degradado--  de la «libertad»; es una palabra que puede entrar en  descomposición (igual que la de «solidaridad») por los virus que las derechas montaraces han introducido en ellas. Esas palabras han entrado ya en la categoría que Alberto Moravia llamaba palabras enfermas (parole malate).

«La libertad no tiene límites», es la jaculatoria, hoy, de la caverna y la taberna. Pero en el fondo lo que quieren decir es que están a favor de su libertad sin límites y en contra de la de los demás. Así es que mi voz anciana no tiembla al decir: la libertad tiene los límites que impone la ley y las compatibilidades de las normas.

Y aprovechando que el rio Genil pasa por Santa Fe (Granada está a dos leguas de Santa Fe), propongo que en estos casos de pandemia global haya una única sala de máquinas dependiendo de la ONU; una sóla sala de máquinas con poder ejecutivo. No ha lugar, pues, a la ineficiencia  del cada maestrillo tiene su librillo.

 

P/S.--- Los caballeros de la foto están, todos ello, tri-vacunados. Como debe ser.  El escenario es la playa Bajo de Guía, en Sanlúcar de Barrameda.

martes, 11 de enero de 2022

¿Las izquierdas están desmotivadas?


 

Dicen las encuestas, y no parece que se equivoquen mucho, que el electorado menos movilizado es el de izquierdas. Por mi parte, no me atrevería, de momento, a establecer una conexión entre menos movilizado y desmotivado. Pero en cualquier caso vale la pena, primero, no subestimar el dato demoscópico, segundo, reflexionar sobre el particular y, tercero, sacar conclusiones operativas. Operativas.

Porque desde hace tiempo me ronda por la cabeza un mengue que no me deja tranquilo. A saber, ¿cómo es posible que, tras una serie de conquistas sociales, en un contexto hostil (la pandemia y la actitud fulastre de la oposición), el electorado de izquierdas está desmovilizado y no sabemos si se encuentra desmotivado? Digamos que la izquierda, además de cogérsela con papel de fumar, tiene esa forma de ser, que no es de ahora. Incluso si se asaltaran los cielos no lucirían descorcojo alguno. Es una posición indolente, cuyas raíces tal vez se encuentren en que todo lo conseguido bajo el capitalismo es pura filfa, y, en consecuencia, lo importante es el asalto al Palacio de Invierno. Es el desprecio ideológico contra las reformas y el reformismo. Solo le vale –acepten esta caricatura— lo que se consiga a través de las barricadas. La sombra de Blanqui es alargada.

Por lo tanto, mientras se sigue por el camino de la indolencia, que en la Vega de Granada llamamos galbana,  la taberna y la caverna mueven a todo meter la agitación y propaganda mendaz; a sabiendas y queriendas, mendaz.

Conclusiones operativas en cada centro de trabajo, calle, plaza, barrio. Dispensen, esto suena a vieja octavilla de hogaño. Qué quieren que les diga, ochenta años –los míos-- no pasan en balde. Pero es que me pongo intratable cuando observo que las suelas de los zapatos de las izquierdas están impolutas.  

domingo, 9 de enero de 2022

´Conversando´ con Yolanda Díaz


 

Hace semanas que estamos pendientes de lo que, para entendernos, llamaré ´Operación Yolanda´. Pendientes, sobre todo, de mayores concreciones y, en especial, de que nos dé un anticipo. Hasta ahora la relación que la ministra de Trabajo ha establecido con la sociedad para ir concretando dicho proyecto es que quiere «conversar» con todos.

Naturalmente es ella y sus allegados quien tiene que establecer el tempo y las particularidades de tal operación. Huelga decir, no obstante, que el tiempo tiene la desconsiderada costumbre de echarse encima y pillar desprevenidos a quienes se hacen los remolones. Así pues, eso de ´conversar´  con todo el mundo lleva su tiempo, de manera que procastinar sería una pérdida de tiempo.

Con todo, es preciso, a mi entender, que Yolanda Díaz fije de manera concreta qué entiende por ´conversar con todos´. O que Álex Grijelmo lo aclare. Parece lógico suponer que se trata de una metáfora o algo por el estilo. Por lo que se obliga a precisar, a no dejar la cosa en el aire. Más todavía: ¿a conversar bajo qué paraguas? ¿O es que se trata de una plataforma o movimiento de nueva planta? Sea lo que fuere –lo que haya que ´conversar´--  es preciso ponerse a cocinar.  

 

Tempus fugit, querida Yolanda. Posiblemente las observaciones de Lluís Rabell e Isidor Boix te habrán sido útiles. Helas aquí:

 

Isidor Boix.--- https://isidorboix.wordpress.com/2022/01/04/respondiendo-a-yolanda-reivindicacion-de-la-politica/

Lluís Rabell.---  El rincón de Yolanda

 

martes, 4 de enero de 2022

ELA, sindicalismo de campanario


 

 

Puedo entender, no sin gran esfuerzo por mi parte, la existencia de partidos nacionalistas; puedo comprender con más fatiga todavía que en este mundo de la globalización y la interdependencia haya organizaciones políticas nacionalistas. Pero lo que no se me alcanza, ni haciendo una obra de caridad, es entender que haya sindicatos nacionalistas. Que por lo general son sindicatos de campanario y de caserío.

La cosa viene a cuento, en esta ocasión,  por las complicaciones que puede tener la reforma laboral—2021 en el trámite parlamentario. De un lado, la caverna y la taberna podrían coincidir en el voto con los mentores nacionalistas del sindicalismo de campanario.

La derecha extrema y la extrema derecha, desde hace tiempo, están en contra de todo, en contra –por así decir--  del teorema de Pitágoras. Los del campanario y el caserío tienen sus propios matices: el caserío de ELA lleva en su gen fundacional la supremacía de la boina, la indiferencia sobre lo que ocurre fuera de sus ´fronteras´  y la negativa de que en sus mismos patios entren incluso las victorias sociales que han conseguido otros. El campanario de ERC es otra cosa: hará la puta i la Ramoneta, todo dependerá de la cuantía de la factura para justificar su voto. Es decir, palurdamente insolidarios los primeros y mercaderes fenicios  los segundos.

A ver quién se atreve a explicar ese ten con ten de la caverna y el campanario.

domingo, 2 de enero de 2022

Cuando Casado despertó, allí estaba la FAES


 

Cuando se mueve una hoja en una dirección contraria a la prevista por Pablo Casado la polución sube a todo meter en la calle Génova; la cúpula del  Partido Popular es muy sensible a lo inesperado. Yendo por lo derecho: el sinedrio casadista no se esperaba la reacción de su FAES al contenido de la reforma laboral que han firmado las organizaciones empresariales, CC.OO., UGT y el gobierno.

Sorpresa mayúscula: la fundación que preside Aznar contradice la valoración que ha hecho el núcleo duro de la calle Génova. La FAES le ha levantado el gallo a la cúpula del partido. Me puedo  imaginar las interjecciones del casadismo militante y, más concretamente, la de su capataz, Teodorico.

Esta es una grieta considerable porque FAES está considerada como el faro de Occidente. De momento, que yo sepa, no ha habido respuesta oficial por parte de Casado. Seguramente, no saben qué pensar y decir, o tienen un miedo considerable a decir lo que piensan.

Un servidor se aventura a dar una explicación: a Aznar no le ha parecido sensato contravenir de una manera tan drástica con el empresariado organizado, porque hay más días que longanizas, ni tampoco le conviene que su partido deje de ´representar´ a los sectores económicos; dar por buena la opinión del joven Casado le ha parecido un suicidio.

Esta hipótesis puede estar acompañado por otra complementaria: reconocer que se ha destruido la contra reforma del PP significaría su debilidad y su derrota por los ´comunistas´  y, paradójicamente, acompañados por la CEOE. Y así como hay quienes cambian de nombre sus vicios para no infundir sospechas, la FAES le suelta un capón a Casado, posiblemente para recordarle quién manda en esta plaza.    

 

Post scriptum.---  Hasta nunca 2021, ¡maldito seas! Te has llevado lo que más quería.