domingo, 24 de octubre de 2010

DEMOCRACIA SINDICAL


… y en Roma no cabía ni un alfiler; ni siquiera en el entierro de Julio César, con ser Julio César, hubo tal gentío. Lo ha dejado escrito un atónito Paolo Flores d’ Arcais en http://temi.repubblica.it/micromega-online/la-piazza-fiom-cosa-viene-dopo/ Se trata de la oceánica manifestación que la Federación sindical metalúrgica –la legendaria FIOM-- de la Cgil convocó para el pasado día 16 de octubre que atestó la capital italiana.


Un día de estos es posible que traduzcamos el discurso que pronunció Maurizio Landini; mientras tanto, en la conexión anterior puede encontrarse el texto del secretario general de los metalúrgicos de la Fiom. En todo caso, comentaremos brevemente una de las propuestas más relevantes que hizo el dirigente sindical. Él la llamó “democracia contractual”. Y, en síntesis, se trata de algo que en no pocas ocasiones hemos abordado en este mismo blog: antes de firmarse un convenio (Landini estaba hablando de los de ámbito de todo el territorio italiano) su texto debe someterse a referéndum vinculante al conjunto de los trabajadores afectados. Es más, Landini propone que haya una ley que contemple dicha cuestión.


Dejando aparte dicha invasión legislativa en el campo de las relaciones contractuales (que no me gusta en este caso) la propuesta de Landini tiene importantes precedentes en su país. Incluso en el terreno confederal como, por ejemplo, el referéndum de la reforma del welfare en tiempos del segundo gobierno Prodi. En definitiva, la propuesta de Landini no tiene nada que ver con esa tendencia, que ha consolidado la CSIL, de firmar lo que le pongan encima de la mesa. Porque, repetimos, esa técnica viene de hace muchos años. Tiene que ver, y mucho, con la participación activa e inteligente de los trabajadores en las cuestiones que les afectan directísimamente.


El sindicalismo federativo español ganaría mucho si, además de usar el referéndum puntualmente en algunos centros de trabajo (aunque solamente cuando hay motivos de fricción entre los sindicatos), lo tuviera como seña de identidad, claramente explicitado en norma estatutaria con los requisitos formales para su ejercicio. Dicho lo cual, dejo un apunte para desarrollarlo cuando tenga las ideas un poco más claras: si se negocia con las contrapartes la rforma de la negociación colectiva, parece claro que, en el interior de tu propia organización, debes proponerte la correspondiente autorreforma.



Radio Parapanda. HUELGAS EN FRANCIA: ALGUNAS ANOTACIONES DESDE ESPAÑA

miércoles, 20 de octubre de 2010

LOS ESTADOS GENERALES SINDICALES DE EUROPA

Llevamos unas semanas de amplias movilizaciones sindicales en toda Europa, tal vez sin precedentes en muchos, muchos años. Vistas en su conjunto parece evidente que, sin asomo de exageración, el sindicalismo confederal está ejerciendo sus responsabilidades. Me quito, pues, el sombrero ante las direcciones de las organizaciones sindicales de cada país.


Y, desde ese homenaje sin matices, me parece evidente que a lo que está en movimiento es preciso, urgentemente, darle una coherencia europea. Esto es, una declaración de intenciones para ahora mismo, aquí en Europa. Por eso me atrevería a plantear que la CES convoque algo así en como los Estados Generales del sindicalismo europeo. Es decir, una gran convención de lo más granado de sus dirigentes. El objetivo: debatir a tumba abierta qué alternativa a corto y medio plazo se da a la actual situación y a todas esas movilizaciones que, al menos en apariencia, no parecen explícitamente vinculadas entre sí y a un proyecto general, también a corto y medio plazo.


Lo nuevo de estas movilizaciones es, dicho a bote pronto, la coincidencia en el tiempo, la masividad de la participación y la unidad social de masas. Como dato relevante está la unidad de acción sindical en Francia… Ahora bien, como se ha dicho más arriba, entiendo que les falta una coordinación explicitada frente a un conjunto de políticas algo más que apalabradas de los gobiernos de cada país. Por supuesto, les Etats generaux syndicales es una metáfora. Pero algo habrá que hacer… Doctores tiene la Iglesia.




Radio Parapanda. http://blog.comfia.net/responsabilidad-social/blog/2010/10/19/transparencia-y-memorias-de-sostenibilidad



martes, 19 de octubre de 2010

MENOS MAL QUE TENEMOS A LA CGIL QUE NOS DEFIENDE DEL PARTITO DEMOCRATICO


Antonio Labriola habló, en tiempos de María Castaña, de la “incongruencia italiana”: el hecho dramático de que en su país, cuando aparecen indicios de renovación, surge con fuerza manifiesta su profundo espesor reaccionario. Lo sorprendente es que el mismísimo Partito democratico parece haber consolidado su particular “incongruencia política”: un partido que surge para renovar la democracia italiana, la política –según manifestaron precipitadamente los D´Alema, Fassino y Veltroni-- acaba creando su particular costra de volver al siglo XIX. Hacemos referencia, naturalmente, a nuestra entrada de ayer en este blog.


Menos mal que en Italia existe doña Cgil. Que, como es sabido, ha convocado
MOVILIZACIONES EN ITALIA: HACIA LA HUELGA GENERAL. Esta gran dama, doña Cgil, no sólo tiene que combatir las medidas patronales y las políticas de Berlusconi III, debe protegerse también del Pd, ese Caballero de Gracia, todo un viejales que “no es de derechas, ni de izquierdas”, según declaró Walter Veltroni, consolidando ya su desubicación política.


Pues bien, todo ello me trae a la memoria las opiniones de una ricachona de la Vega de Granada que decía: “Oye, menos mal que tenemos a la Iglesia que nos defiende de los Evangelios”. Contrariamente, en Italia --a pesar de todos los pesares-- parece que se siente: "Menos mal que tenemos a la Cgil que nos defiende del partito democratico". Otra dimensión de la "incongruencia italiana".





lunes, 18 de octubre de 2010

AMABLE POLÉMICA CON ÁLVAREZ DEL CUVILLO SOBRE LOS COMITÉS DE EMPRESA


El pasado viernes hacía unas reflexiones en torno a SOBRE LOS PIQUETES. Casi de pasada volví a plantear el tema de la representación de los trabajadores en el centro de trabajo y concretamente la, a mi juicio, obsolescencia de los comités de empresa. Esta es una cuestión sobre la que llevo polemizando desde hace un montón de años; de hecho con el único que me falta discutir es con el Lucero del Alba. En esta ocasión ha vuelto a incidir en esa conversación el profesor Antonio Álvarez del Cuvillo, un prestigioso iuslaboralista gaditano, cuyo blog “Tiempos interesantes” (está disponible en el apartado de Conexiones intempestivas) es de obligado estudio para sindicalistas y operadores jurídicos, ejecutivos de ringorrango y encofradores sociales. Comoquiera que los comentarios de nuestro amigo no pueden estar en las entretelas de este blog, los saco al aparador. Concretamente expone


Antonio Álvarez del Cuvillo: Querido José Luis, El problema más importante de lo que propones con la representación unitaria es la dependencia de la trayectoria. No se trata de ver cuál es el modelo mejor en abstracto, sino de analizar qué se hace con lo que hay.En este momento, con sus luces y sus sombras es una institución muy consolidada. Si se la hace desaparecer confiando en una nueva forma de representación sindical al hilo de una eventual reorganización es muy probable que se elimine lo que existe para que no sea sustituida por nada. A lo mejor digo una burrada, pensando en alto y sin saber. ¿Y si se dejara como está la representación unitaria pero cambiaran las reglas de representatividad? Me parece que actualmente, queramos o no, lo que se incentiva es que los sindicatos consigan representantes formalmente a su nombre antes que otra cosa. Así, en muchos sitios, sobre todo en empresas pequeñas, el contacto con los delegados puede ser muy pequeño y la cosa está poco articulada. Tener muchos afiliados siempre es bueno, pero no se ve de manera muy directa el estímulo. (Fin del comentario)


Lo importante de esta observación del profesor Álvarez del Cuvillo está en: “¿Y si se dejara como está la representación unitaria pero cambiaran las reglas de la representatividad?”. Por mi parte, se me ocurre lo siguiente: 1) si el problema fuera “qué se hace con lo que se tiene”, nuestros amigos italianos nunca hubieran cambiado el viejo modelo de las comisiones internas por el de los consejos de fábrica; 2) para un servidor el problema fundamental no recae en que el comité de empresa sea un sujeto distorsionador de la afiliación sindical (¿para qué afiliarme si dispongo del comité?) sino a que dicho instrumento, por su propio carácter, está desubicado del paradigma de la globalización. Ese es el problema que yo veo.


Por supuesto, coincido con Antonio en que “no se trata de ver cuál es el modelo mejor en abstracto”, de manera que todo cambio debería hacerse en función de las grandes transformaciones que se están operando en el centro de trabajo y en la organización del trabajo: concretos ambos. Una serie de profundas transformaciones que, con cierta frecuencia, nos pillan con estos pelos.


Radio Parapanda. Datos y comparativa sobre afiliación y representación sindical en Europa, concretamente en http://www.1mayo.ccoo.es/nova/NNws_ShwNewDup?codigo=3537&cod_primaria=1167&cod_secundaria=1167

domingo, 17 de octubre de 2010

ASINCRONÍA EN EL 29 DE SEPTIEMBRE



Sobre la importante movilización del día 29 de septiembre conviene seguir haciendo algunas reflexiones. Comoquiera que dicha acción colectiva fue exitosa, se está en condiciones de hace una meditación serena, tranquila. Pues bien, quitémonos los pelos de la lengua para hablar sin muchos tapujos.


Convengamos –según los datos que tenemos todos en el armario de la realidad-- que en esta huelga los sectores industriales, que ya cuantitativamente son minoritarios por su demografía como por los niveles de afiliación al sindicalismo confederal, han sido los que han corrido con el peso mayoritario del desarrollo de la huelga. Los sectores terciarios, que ya son mayoría en número de asalariados y en índices de afiliación, han tenido una participación muy, muy desigual: de gran importancia en los transportes y medios de comunicación, y en el resto –salvo excepciones—ha habido un gran número de garbanzos negros (1).


Más todavía: podemos decir que los sectores tradicionales han sido los que han participado mayoritariamente en esta acción, mientras que los emergentes o bien se han ido por la tangente o se han disfrazado de noviembre para no infundir sospechas. Oído cocina, no hago ningún reproche a nadie. Lo que sí afirmo es que estas sincronías no pueden estar al margen del análisis de la biografía del conflicto del 29 de septiembre.



(1) Según datos que aparecen en el importante estudio “La diversitat en el sindicat. Trets demogràfics i ocupacionals, valors i participació de l’ afiliació a CCOO de Catalunya” (Ceres, 2009), las cosas están como sigue en lo atinente a la distribución de la afiliación según los sectores de la actividad: agrario, 1,1%; industria, 33,2; construcción, 3,9; servicios, 61,9. Esa investigación estuvo a cargo de Pere Jódar, Ramón Alós, Sergi Vidal, Luis Ortiz y Daniel Garrell
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Radio Parapanda. Sobre los piquetes. Comentarios al artículo homónimo de López Bulla, escribe SOT-UGT en un blog excelente.

viernes, 15 de octubre de 2010

SOBRE LOS PIQUETES



Dejé escrito en el Primer Congreso de Comisiones Obreras de Catalunya (Mayo de 1978) lo que me propongo desarrollar a continuación. Quien quiera comprobarlo no tiene más que ir a “las fuentes”: los documentos congresuales aparecieron publicados por la Editorial Crítica, 1978. He vuelto a leerlo y, en lo que atiene a las presentes reflexiones, no veo nada que corregir, aunque sí mucho que ampliar.


1.-- Entro abruptamente en la cuestión sin ningún tipo de perifollos: existe una relación inversamente proporcional entre los piquetes y la fuerza organizativa estable del sindicalismo, esto es: a mayor necesidad de piquetes menos fuerte –y, por lo tanto, más débil-- es la organización. Así pues, el piquete es la constatación de un problema organizativo que viene muy de atrás, que sigue sin resolver. Eso sí, el piquete tiene un pálpito romántico que poco tiene que ver con lo prosaico galdosiano del hecho de organizar, de tener una considerable fuerza estable que no precisa de instrumentos fugaces para la consecución de los objetivos que se propone. Ese pálpito romántico es el substituto de lo que distingue ontológicamente al sindicalismo a saber: que es una organización. Dígase, así pues, que el piquete es la expresión de la debilidad del sindicalismo. Es más, puestos a no dejarnos ya nada en el tintero: el piquete es también la expresión de los revoltés, no de los revolutionaires.


La investigadora norteamericana Beverly Silver ha estudiado en Le forze del lavoro. Movimienti operai ed globalizzacione dal 1870 (Mondadori, 2008) las formas de lucha de los trabajadores, en sus rasgos generales, a lo largo de todo ese itinerario. En aquellos tiempos lejanos los obreros en la manufactura expresaban su acción colectiva no tanto dentro de la fábrica sino en el exterior: la organización del trabajo no ofrecía, todavía, instrumentos particularmente ventajosos para la lucha, de ataque al poder del patrón, hecha la excepción de la huelga; de ahí que la movilización obrera tendiera a basarse en las relaciones sociales del y en el territorio: un ámbito social externo a la fábrica. El piquete de masas era el instrumento acorde con esa situación. Ahora bien, tras la consecución de importantes conquistas de poderes e instrumentos (no pocos de ellos con rango institucional) el sindicalismo confederal sigue utilizando, cuando es débil en el terreno organizativo, una técnica, digamos, decimonónica.


No fue lo que ocurrió, por ejemplo, el famoso 14 de diciembre de 1988, al menos en Catalunya, donde los piquetes se contaron con la mitad de los dedos de la mano. No había necesidad de ello, aunque no por la fuerza cuantitativa del sindicalismo (me refiero a la afiliación, considerablemente menor que la actual) sino por la asunción anómala --no quedó nadie sin adherirse a la acción-- que el conjunto asalariado y la ciudadanía hicieron de los objetivos de la protesta. De aquí que surja otro elemento: también la necesidad de piquetes es inversamente proporcional; cuanto menos es asumido el objetivo de la convocatoria más necesidad se tiene de instrumentos fugaces (piquetes) para realizar la presión. Pero, por lo general, existe una fuerte relación entre organización estable con amplia capilaridad social y la asunción que de un proyecto que motiva el conflicto social hace el conjunto o amplias capas de la ciudadanía. Con lo que volvemos al problema del nivel cuantitativo y cualitativo de la afiliación al sindicalismo. O sea, al vínculo estable, no al episodio fugaz de seguir la orientación del instrumento, también fugaz, que es el piquete.


Conviene reflexionar sobre el histórico descuido que sigue teniendo el sindicalismo confederal español acerca de la organización, del trabajo fisiológico, cotidiano de organizar. Un descuido que, además, viene de forma redundante a través de ese instrumento que es el comité de empresa, que ni es sindicato ni es organización. Una y otra carencia es el campo abonado para que, ante cada conflicto, tenga que recurrirse al piquete que, curiosamente, disfrazamos como informativo para no infundir sospechas. Porque, hablemos claro, si el piquete debe informar es que el sindicato no ha informado previamente; y si el piquete debe recordar es que no se ha hecho un trabajo, organizado sistemáticamente en ese centro y territorio, antes del día D.


2.-- Uno de los elementos que lógicamente provoca la santa ira de los sindicalistas es el feroz ataque que, desde diversos ángulos, se dirige contra el conflicto social y los sujetos que lo convocan. Por supuesto, cuestión diversa es la opinión crítica que, respetando las reglas democráticas y los usos de la discusión tolerante, se hacen contra el propio conflicto social y los sindicatos. Una y otra son cosas distintas, pero lo cierto es que ambas son infinitamente más poderosas mediáticamente que el espacio que se le ofrece al sindicalismo confederal. Pues bien, precisamente por ello –justamente porque ante cada convocatoria se repite esa cacofonía-- es necesario que el sindicalismo entienda que no dispone de otro instrumento mediático que el nivel cuantitativo y cualitativo de su afiliación estable, no del instrumento compulsivo del piquete. O lo que es lo mismo: los piquetes televisivos, radiofónicos y demás nunca podrán ser contrarrestados por los mecanismos fugaces que, en cada solemnidad, ponemos en funcionamiento, los piquetes.


3.-- Conclusión provisional: cuando encarte y me llamen volveré a salir de piquete. Pero seguiré escribiendo que desde ahora mismo hasta ese momento en algo nos hemos descuidado en los terrenos organizativos.




Radio Parapanda. Según Baylos hay que PENSAR PARA OTRO, PENSAR COMO SE DEBE

miércoles, 13 de octubre de 2010

CONSIGNAS ZARRAPASTROSAS



Me ha sorprendido desagradablemene el lema que –viniendo de la Confederación Europea de Sindicatos— han hecho suyo alguna que otra organización en las recientes movilizaciones. Pongamos, por ejemplo, que hablo de la CGIL. La verdad es que me quedé patitieso cuando en diversos medios ví que el lema (parola d´ordine) era “non all’ austerità”. Y, perplejo, no tuve empacho en pensar que hay no poca confusión en ciertos grupos dirigentes sobre cuestiones de gran calado.

A estos grupos dirigentes (europeo e italiano) les ruego encarecidamente que lean lo que en relación al problema dejó dicho un personaje del que tal vez tengan lejanas noticias. Lo dijo en
Austerità y se llamaba Enrico Berlinguer. Y, como estamos hablando de cosas de mayúscula envergadura, recomiendo al personal que hay en lengua castellana un librito llamado “Enrico Berlinguer. Austeridad”, primorosamente traducido por Alberto Nicolás, editado por Cuadernos Materiales, 1978. Hoy ese libro está descatalogado, pero en los aires juncales de Internet es posible encontrar alguna versión castellana de la intervención de Berlinguer.


Pues bien, en apretada síntesis podemos decir que Berlinguer razonaba de la siguiente manera: 1) el desarrollo, tal como están las cosas, choca ya abruptamente con el paradigma medioambiental; 2) es necesaria una política de austeridad que afronte los grandes despilfarros, el inmoderado consumismo. Ahora bien –añadía Berlinguer—“la política de austeridad no es la igualación a la baja ni tiene nada que ver con una recreación de la pobreza”. Y sobre todo afirmaba: es necesario un nuevo modelo de producción y de qué producir.


Los grupos dirigentes de la CES y de la CGIL deberían leer parsimoniosamente que “la política de austeridad no es la igualación a la baja y no tiene nada que ver con una recreación de la pobreza”. Que intencionadamente repito para corregir los defectos (si los hubiera o hubiese) de paralexia. Más todavía, la austeridad no tiene nada que ver con el empobrecimiento; antes al contrario, es la antítesis del despilfarro organizado. Es, ciertamente, la antítesis del fomento de la estructura de consumo típica que potencia un consumo privado individual basado en necesidades artificiales y modos cada vez más sofisticados, pero no más útiles de satisfacerlas, manteniendo a niveles lo más precarios posibles los consumos colectivos, al tiempo que comporta la existencia de ingentes gastos improductivos.


Por lo tanto, la austeridad es una política alternativa que se orienta en otra dirección de los actuales modelos de producción y de qué producir; de los consumos y, por lo tanto, del uso social de las conquistas: un tema que abordé en
EL USO SOCIAL DE LAS CONQUISTAS SINDICALES (1). Además, ambas cuestiones tiene un potente vínculo con la defensa y promoción del paradigma medioambiental. De donde, nuevamente, se infiere al carácter transformador de cómo concebía las cosas nuestro amigo Berlinguer. O sea, lo contrario de lo que parecen pensar quienes han puesto en marcha tan estúpida como reaccionaria consigna de no a la austeridad. Porque no han caído en la cuenta de que no es, no es, no es (tres veces no es) una política de nivelación tendencial hacia la indigencia, ni se propone objetivos de mera supervivencia de un sistema económico y social que ha entrado en crisis.


En definitiva, como diría Peter Glotz en su Manifiesto por una nueva izquierda europea, “hay que superar el concepto cuantitativo de progreso y substituirlo por un concepto cualitativo; debe, pues, reconstruir socialmente y ecológicamente el concepto de progreso”. La austeridad berlingueriana es la mejor hipótesis para tan fundamental objetivo. Por ello, granadinamente hablando, recomiendo a los grupos dirigentes de la CES y la CGIL que se dejen de pollas que el agua está muy fría. Que como todo el mundo sabe no es una falta de respeto sino un adecuado consejo gastronómico. Y, comoquiera que estamos hablando de una política alternativa, quiere decirse que la austeridad no es algo contingente, sino de muy, muy, muy largo recorrido.




martes, 5 de octubre de 2010

¿LOS ANTI SISTEMA EN LA HUELGA GENERAL ?



El sindicalismo confederal no ha denunciado a quienes, a sabiendas y queriendas, organizaron el día de la huelga general una serie de altercados en Barcelona que, ni directa ni indirectamente, tienen nada que ver ni con las reivindicaciones de los sindicatos ni con la movilización propiamente dicha.


Lo diré sin pelos en la lengua: esa partida de noctívagos no son compañeros equivocados. Son gentes que desprecian el sindicalismo, calificado como reformista, el viejo anatema de antañazo. Son una partida gótica que presume de carbonarios frente a la acción colectiva de las masas en movimiento. Pero no sólo hay actitudes despreciativas, hay ataque concreto: cada vez que hay una gran movilización, surgen de las tinieblas para reventar el gran gesto. Un gran gesto que no debe destacar por la pedagogía que encierra; lo que debe destacarse es la fogata del contenedor de la basura y la cara con antifaz ocultando la piedra en la mano. Lo que debe quedar, según esos esquemas, que vienen –como sus derrotas-- de tiempos añejos es el redentorismo de esa pretendida vanguardia reducida: el grupo de los “pocos pelos y bien peinaos”.


Como la sancta simplicitas está muy repartida, todavía hay gente que opina que son buena gente, un poco exaltados, esto es, compañeros que se equivocan. ¿Habrá que recordar el turbio historial del hombre que fue jueves? Por cierto, recuerdo a un anti sistema en mis años mozos: nos decía de todo, reformistas, revisionistas, vendeobreros … Hoy, luciendo pelo canoso y barba blanca, barrigón abultado y papada reluciente, es alto dirigente de la derecha nacionalista catalana y, desde tiempo hace, luce su palmito por las bancadas del Parlament de Catalunya.
Un curioso diputado que dejó la rosa de fuego por el caviar beluga. Ni antes creía en los sindicatos (por reformistas), ni ahora tampoco (por lo que sea).



La marcha en apoyo a la Huelga General en España. (Reportaje de Carlos Mejia. Desde Perú. Solidaridad con los trabajadores españoles)

lunes, 4 de octubre de 2010

MÁS Y MÁS AFILIACIONES AL SINDICALISMO




Me enseñaron mis mayores, en tiempos de María Castiñeira, que las grandes ocasiones eran momentos propicios para incrementar la fuerza organizativa. Es decir, usando términos coloquiales: para hacer más afiliados. Sería conveniente –si es que los clásicos daban en la tecla— saber si se ha dado un aumento de los inscritos en el sindicalismo confederal. En resumidas cuentas, ¿cuántas personas que estaban en la acción del 29 de septiembre, adheridas esporádicamente a la “familia sindical”, decidieron estabilizar esa relación?


Premisa: si el sindicalismo ha valorado la acción del 29 ¿no sería lógico hacer un apretujón y buscar más, más, más adhesiones estables, más, más, más afiliados?
Conclusión: pues no faltaba más.



domingo, 3 de octubre de 2010

EL PARTE METEOROLÓGICO POST HUELGA



Nuevamente los dirigentes sindicales tienen una gran responsabilidad: la que se desprende de saber en qué rumbo deben poner el timón del trasatlántico, tras la mar arbolada del 29 de septiembre. Es lo que se conoce como la administración del conflicto.


Ahora bien, para administrar el conflicto es preciso conocer con precisión milimétrica sus dimensiones. Sin el conocimiento pormenorizado del parte meteorológico no será posible saber qué rumbo poner. Digamos las cosas con claridad: el honor del sindicalismo confederal se ha salvado y la autoestima está en un lugar de alta decencia. Por eso, es preciso saber a ciencia cierta –y no de oído-- las dimensiones reales de la huelga, y desde esas cotas qué línea de conducta se desprende.


No sería bueno que todo el mundo se amparara en que ha habido mar arbolada para ocultar la placidez de sus aguas particulares. Quienes han tenido calma chicha deben explicarse.

viernes, 1 de octubre de 2010

¿DÓNDE HA HABIDO GARBANZOS NEGROS?



El diapasón que la huelga ha tenido merece una profunda reflexión por parte de los convocantes. Por eso, de manera serena y con la alegría del (duro) deber cumplido, es bueno verificar lo que se ha hecho durante estos últimos tres meses y su colofón: el 29 de septiembre. Y, sobre todo, desde la consideración de que los muertos que matan algunos gozan de buena salud.

Una movilización de este calibre bien merece entrar a fondo en todos sus pormenores. Y con el mismo tesón que valoramos y nos felicitamos por el éxito, vale la pena entrar, de igual manera, allá donde ha habido dificultades, garbanzos negros e incluso burgos podridos. Porque, como en las cosas de la vida, de todo hay y ha habido en botica. Posiblemente alguien piense que un análisis que incluya esas gangas podría desvalorizar la huelga general. En absoluto. Precisamente cuando las cosas van bien es cuando se puede ir más al fondo de los problemas. Y han ido bien. Seamos claros, en aquellos sectores donde hubo dificultades en anteriores ocasiones (y no se verificó sus motivos) se ha repetido la historia.