viernes, 16 de octubre de 2020

El PP: ni agua a quien quiera solucionar las cosas


 

«Cuando la epidemia acelera, lo hace como una locomotora, acumulando una inercia descomunal. A partir del momento en que se la intenta frenar, recorre aún un largo trayecto antes de detenerse. Esto es lo que va a ocurrir en las próximas semanas en Catalunya. Aunque las nuevas restricciones sean eficaces y empiecen a reducir los contagios desde hoy mismo, los datos seguirán empeorando en los próximos días por la inercia de la epidemia». Es el alerta que envía Josep Corbella en La Vanguardia de hoy. Y sin embargo, el sector cimarrón de la política española sigue empecinado en su vieja normalidad: se niega a colaborar en la lucha contra la pandemia, se auto margina militantemente de negociar reformas. La derecha  --una y trina— sigue la inhospitalaria doctrina de aquel rudo porteño, Carlos Bilardo: «Al enemigo, ni agua». Esta es la confusión de las derechas de secano, orinal y chanel número 5: creen que el enemigo es el gobierno, pero los efectos de esa inhospitalidad la sufre el conjunto de la ciudadanía y, peor aún, las clases laboriosas.

El Partido Popular no levanta cabeza. Hoy sale a la luz el barómetro del CIS de este mes, octubre: el PSOE aventaja en 12 puntos al PP. Normal, de un lado, los de Casado no se arremangan los brazos para entrar en faena y, de otro lado, el personal parece seguir la máxima de Teresa de Ávila: «en tiempos de desolación nunca hacer mudanza». Pero lo más chocante es que los niños bitongos del PP ni siquiera imitan a sus mayores que gobiernan o están en la oposición en Europa. Imitan a Trump tirando la mascarilla al público.

El PP solo ofrece afectación, contorsiones y aspavientos. Casado sale pitando para Bruselas con la idea de llorar en el hombro de las autoridades de la Unión Europea. Objetivo: mitad para tapar  los efectos del fallo de la Gurtel, mitad para hacerse la fotico con Ursula von der Leyen antes de que esta señora se retrate con Pedro Sánchez próximamente en Madrid. Casado --mitad Bilardo, mitad repelente niño Vicente.

Casado en Bruselas intentando trasformar su bloqueo del Consejo General del Poder Judicial en deslegitimar al gobierno progresista que se limita a levantar acta de una iniciativa de los grupos parlamentarios Socialista y Unidos Podemos para deshacer el nudo. (Me permito una observación sobre el intento de ciertos miembros del CGPJ a los que Lesmes les da carrete. Van más allá de su oposición al proyecto de los grupos parlamentarios, intentando señalar cómo debiera ser la ley. Esto es, otorgándose un poder de legislar a la remanguillé).

La pandemia «recorrerá aún un largo trayecto antes de detenerse» y nadie parece vislumbrar cuándo se detendrá. El gobierno progresista y las fuerzas que le apoyan, aunque algunas lo hagan puntualmente, necesitan calma. Mucho más temple, sobre todo porque la zahúrda de Casado y Cía incrementará la marejada. La nave –es un pronóstico--  sorteará los temporales si el capitán, el piloto y el puente de mando trasmiten esencia, presencia y potencia, temple y punto de vista fundamentado. Repito una sugerencia de ayer: Joan Coscubiela aconsejaba que ««Lo más importante para intentar que nos salga bien eso de soplar y sorber, gobernando la rabia, es no cometer muchos errores no forzados».

 

Post scriptum.--- El gran Manquiña dejó dicho que ´el conceto es el conceto´. El gran Pepe Sacristán presume –y con razón— de que su padre, Venancio, le aconsejaba que «Lo primero es antes».

 

1)           https://www.lavanguardia.com/vida/20201016/484105802836/catalunya-el-futuro-que-viene.html

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