miércoles, 7 de octubre de 2020

Nuestra fiscalidad es coja


 

No recuerdo haber coincidido nunca –en determinados asuntos importantes, se entiende--  con Emiliano García-Paje, presidente de Castilla-La Mancha. No lo digo como exhibición de desacuerdo sino como uno de mis muchos pecadillos veniales. Hoy he leído sus declaraciones en El País y –me alegro— comparto lo que dice (1). Yo celebro mis coincidencias con quien sea. En esta ocasión, la sincronía es tanto en el diagnóstico como en la solución. Raimón Obiols diría con salero: «tanto en la problemática como en la solucionática». Obiols, una de las mentes más brillantes de la izquierda española.

Don Emiliano parte de la siguiente exposición: hay una competencia fiscal desleal entre autonomías; una frívola e indebida competencia que se traduce en privilegios fiscales. No es coherente que reclamemos convergencia y cohesión fiscal en Europa y aquí compitan unas autonomías contra otras.

Hay, por lo demás, situaciones estridentes que claman al cielo: Madrid elimina en la práctica sucesiones y donaciones con una bonificación del 99 por ciento, y es la única autonomía donde no se paga el patrimonio. Madrid, jardín fical. Francamente, eso es can Pixa. Por lo que García—Page propone una ley de armonización fiscal, que establezca unos parámetros homologables entre todas las autonomías. De acuerdo.

 

Tarde o temprano saldremos de la crisis. Pero no todos saldremos al mismo tiempo y en idénticas condiciones. Cuando corresponda, el gobierno deberá perfeccionar los mecanismos de compensación inter territorial para amortiguar los desniveles de los efectos de la crisis. Tiempo habrá para ello.

Ahora bien, es ineludible hacer una profunda investigación de los resultados de la arquitectura institucional de la España autonómica. Observar sus innegables avances y analizar sus disfunciones, especialmente en los momentos críticos. Demasiados burgos podridos y no pocos garbanzos negros. Hay que coger el microscopio y ver todos los detalles. Un trabajo de acupuntura. No se puede plantear alegremente la España federal si antes no se hace un balance pormenorizado de la España autonómica. Y tanto si se opta por la corrección de las hipotéticas anomalías de la España autonómica como si se decide el modelo federal, la cuestión fiscal no puede ser un perifollo ni –menos todavía--  el mecanismo que, pretendiendo justificar la arquitectura (autonómica o federalista), penalice a Maracena y beneficie a Sabadell. Porque, aparte de la injusticia que ello supone, provocaría una división interna en el conjunto asalariado en primera derivada y una alianza entre los trabajadores de una zona junto a su respectiva burguesía contra los asalariados y patrones más favorecidos. (Oiga, he dicho ´burguesías´. ¿Se extraña? ¿Quiere que diga ´emprendedores´? Es que me troncho de risa.

 

Post scriptum.--- Derriban la estatua de Hume en la Universidad de Edimburgo. Don Venancio Sacristán tal vez hubiera dicho: «Lo primero es antes».

   

1)            https://elpais.com/espana/2020-10-06/garcia-page-hay-que-impedir-la-competencia-fiscal-desleal-entre-autonomias.html

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