jueves, 15 de octubre de 2020

Casado, antisistema


 

Los de Pablo Casado forman parte ya de la familia zoológica de los antisistema. En el arca de Noé se encuentra esa parentela «vestida de azul con su camisita y su canesú». De esta manera ese partido político representa una cesura con relación a las derechas tradicionales de nuestro país. Con la única cognación que podría tener vínculo de consanguinidad sería con aquellos tristemente célebres persas, famosos por su Manifiesto firmado por 69 diputados absolutistas en Madrid el 12 de abril de 1814. Ningún dirigente político español de derechas  se reconocería en las posiciones de Casado y su cohorte. De ahí que no sorprenda la distancia (medida en años--luz) entre lo que recomienda el Fondo Monetario Internacional con relación a la lucha contra la pandemia y lo que dice el Partido Popular y hace la Díaz Ayuso en la Comunidad de Madrid.

 

Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo, ha dejado claro un concepto para el ahora mismo: «Contra esta crisis, gasto público». Esta señora no ha perdido su orientación de derechas. Precisamente porque lo mantiene, Lagarde es perfectamente consciente que, de no ser así, el sistema puede sufrir profundas convulsiones. Precisamente por ello, Vitor Gaspar (un alto funcionario del FMI) avisa con claridad que «existe el riesgo de retirar prematuramente el apoyo fiscal», por lo que  –añade el portugués-- «mantener esa política hasta que la recuperación esté sobre una base sólida». Ver https://blogs.imf.org/bloggers/vitor-gaspar/

Primera conclusión provisional: desde las covachuelas de la FAES hasta el camaranchón del gobierno de Madrid, la toxicidad que se emite es contraria a las orientaciones de los organismos internacionales  –FMI, OCDE y OMC--  y las autoridades de la Unión Europea. Es Aznar que reedita la célebre escena del mañico gritando al tren que se acerca: «¡Chufla, chufla que como no te apartes tú!».  (Nobleza baturra, 1935. Imperio Argentina Miguel Ligero).

En resumen, la confrontación sistémica del Partido Popular con el gobierno progresista es, en primera derivada, un asunto doméstico, que tiene repercusiones europeas, y –más todavía--  expresa la desubicación de los de Casado de las orientaciones de los organismos internacionales. Sorprende, por todo ello, ese estilo bonachón de la mayoría de los comentaristas políticos que cocinan sus platos equidistantes sin señalar las responsabilidades de cada cual. Aclaremos no es la influencia de Pilatos, sino tener la lengua guardada para mantener la cuenta corriente.

 

Post scriptum.---  «Lo más importante para intentar que nos salga bien eso de soplar y sorber, gobernando la rabia, es no cometer muchos errores no forzados», aconseja Joan Coscubiela en https://www.eldiario.es/opinion/zona-critica/soplar-sorber-gobernar-rabia_129_6291886.html. Una idea consanguínea a la de don Venancio Sacristán: «Lo primero es antes».


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