martes, 13 de noviembre de 2018

Toma y daca en la televisión catalana


Minicróniccas catalanas- 109




Escribe Andreu Claret

No vi la entrevista que le hicieron a Arrimadas en TV3 porque soy de poca televisión, pero a la vista del lio que se ha montado, he ido a la hemeroteca de TV3 donde he encontrado un corte de 20’ con un título revelador: ‘L’estira-i-arronsa entre Inés Arrimadas i Vicent Sanchis’. Estira-i-arronsa? O sea toma y daca.

¿Desde cuándo el director de la televisión pública debe transformar una entrevista en prime time con la líder de la oposición en un toma y daca? La entrevista con cualquier político (no sólo si es de los adversos) puede y debe ser dura, implacable si se quiere, como lo son, por ejemplo, las de la BBC. Y no le faltaba munición a Sanchis, teniendo en cuenta que Arrimadas defiende un nuevo 155 para Catalunya que supondría, entre otras cosas, el fin de TV3 como televisión autonómica. El director de la cadena tenia argumentos para permanecer en campo abierto con dignidad, a pesar del dominio del plató que tiene Arrimadas, pero prefirió la trinchera de tertuliano. La trinchera en la que él lleva años de gloria y en la que viven, mentalmente, muchos catalanes. Como dijo Monica Planas, en el Ara, con una defensa de TV3 tan ramplona que hizo un triste favor a la profesionalidad de la cadena.

Este corte de 20’ es el paradigma de hasta adonde hemos llegado, de la banalidad y descomposición que ha alcanzado el debate público en Catalunya. Fue efectivamente un toma y daca lamentable, servido en bandeja a Arrimadas que lo zanjó de manera despiadada recordándole al director de TV3 su reprobación por el Parlament catalán. Al repasar el impacto que el altercado tuvo en twitter, entendí mejor la actitud de Sanchis y su triste significado. Las redes independentistas celebraban, felices, el boicot que había sufrido la cadena por parte de sus habituales seguidores. No elogiaban a Sanchis, ni criticaban Arrimadas. ¡Aplaudían la caída del share! No hay mejor definición de la mentalidad de trinchera que nos corroe. ¿Qué importa lo que diga el adversario, si tenemos razón? Lo importante no es preguntar, debatir, convencer. Para muchos independentistas, el objetivo no es enchanchar la base, como pretende Junqueras. Es estar pertrechados detrás del parapeto para cuando llegue la ocasión.

(El original se encuentra en el muro de Facebook de Andreu Claret)

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