jueves, 8 de noviembre de 2018

El dialecto de Cospedal y Lesmes


El palo de Cospedal está aguantando su propia vela y el hierro que ha aplicado a los demás se ha vuelto en su contra. Los potingues de la política tienen esas cosas: hoy te quiero menos que ayer y mañana será otro día. Sobre chispa más o menos es lo que le ha dicho Pablo Casado, que aprieta pero no ahoga. Mientras tanto, el señorito Javier Arenas exhibe una sonrisa que está a punto de convertirse en mueca. Y Soraya, lejos del mundanal ruido, lo celebra en la intimidad.

Cospedal ha caído por sus relaciones con las alcantarillas, siempre amigas hasta donde dé de sí el parné. En su caída no se ha podido resistir a transformar la sintaxis en puro dialecto de Bigote Arrocet.  No hubo corrupción en el partido, pero mandó investigar a unos cuentos. Clandestinamente, y al no fiarse de la mitad de la cuadrilla encargó los contactos a su hombre de confianza, su marido. La famiglia como instrumento de investigación parapolicial. En fin, cuando las cosas no están claras es de obligada referencia acudir al embrollo lingüístico. Bigote Arrocet como asesor de estilo para situaciones apuradas.

Bigote que parece haber asesorado también a Lesmes, primer espada de la fracción Parné del Tribunal Supremo. El caballero togado recurre, de igual manera, al anacoluto y al quebrantamiento del silogismo.  Igual que Cospedal, antes y después de la caída. Lesmes, zarandeado por todas las tribus judiciales, políticas y periodísticas se descuelga afirmando que la sentencia del Alto Tribunal es consecuencia de una ley confusa. O sea, más toneladas de extravangacia.

Un periodista ponderado y respetado como Lluis Foix se hace cruces de la jerigonza de Lesmes. Y, educadamente, le espeta: ¿Ley confusa, dice usted? Y así las cosas, usted dicta esa sentencia. Pues bien, eso les ocurre a Cospedal y Lesmes por no seguir los consejos del gran Manquiña: «Oiga, el conceto es el conceto?». De ahí que, también nosotros, recomendemos a Lesmes que acompañe a Cospedal en su retiro formidablemente remunerado.  


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